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NICOLÁS MIÑAMBRES
León

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El mapa de la vida

Adolfo García Ortega. Ed. Seix Barral, Barcelona, 2009. 544 pp.

E l trágico atentado del 11 de marzo ha sido, como el de las Torres Gemelas, abundante y fructífera fuente narrativa y sociológica. Al dramático suceso del 11-M se acerca literariamente Adolfo García Ortega en El mapa de la vida , un título de hondos ecos polisémicos, de los que no está ausente una plástica paradoja. El lector se encuentra ante «el mapa de la vida», pero también ante el mapa de la muerte. Intuye el futuro de los protagonistas al final de la obra, pero en su desarrollo ha contemplado un pasado personal próximo y un presente de trágicos sucesos colectivos. Todo ello con un trasfondo histórico (el Renacimiento italiano de Fra Angélico y el Giotto y el mundo de la tradición evangélica de Miriam y Josef, sin que falten alusiones al mundo musulmán) sublimado con la presencia de los ángeles, dotada como otros símbolos de la novela, de un extraño misticismo relacionado con el pasado religioso y el presente urbano.

Estamos ante una curiosa visión de la diacronía histórica y simbólica, con presencia muy directa del sustrato psicológico. El encuentro en el Museo del Prado de Ada y Gabriel, los protagonistas, abre un camino nuevo en el drama de su vida: «El río del futuro se había ensanchado de pronto» (p. 64). Ada y Gabriel son víctimas de un pasado próximo (el fracaso amoroso y el horror de los atentados políticos) pero será el pasado lejano del Renacimiento italiano el que, de alguna manera, les abra el camino del amor. Todo ello a pesar de diferencias considerables. Gabriel es un diseñador de montañas rusas fracasado y Ada es una experta en el Renacimiento italiano. Ella plasma en forma de diario sus inquietudes personales y estudia las tribulaciones artísticas de Giotto, tal vez como paradigma de su propia vida. No faltan en sus observaciones estéticas frecuentes reflexiones y aforismos del filósofo Spinoza. Todo ello queda sublimado con la presencia de los ángeles, dotada como otros símbolos de la novela, de un extraño misticismo del pasado religioso y del presente urbano. Los ángeles son vigilantes extraños, cuya aparición no perturba las relaciones y actitudes de los protagonistas. A ese fenómeno de los ángeles dedica el autor «Salida», un epílogo entre irónico e inquietante.

Ada y Gabriel se esfuerzan por dar vida a un nuevo amor, luchando contra las secuelas físicas del atentado terrorista y contra los efectos psicológicos de un amor desaparecido. Opuestos en su condición profesional, se identifican en su afán por superar un pasado próximo, tarea con frecuencia complicada. Como sustrato humano de su actitud, revivida por efecto del sentimiento, aparecen (sólo nombrados en la humildad de su anonimato con la inicial de su nombre) una serie de personajes que sufrieron los efectos devastadores de la muerte o no alcanzaron un mínimo brote de resurrección sentimental. Un papel esencial es el del egipcio Sayyid, símbolo inquietante de la autoría terrorista. No faltan otros elementos humanos, como el caso del músico de jazz Ronie, eco de una humanidad ajena y maltratada. La que forma parte de ese corazón multirracial, humilde y variado que hace latir a la ciudad de Madrid, una vez más «rompeolas de todas las Españas».

El desenlace no sirve de motivo para el optimismo, pero cabe una cierta esperanza. Gabriel lo piensa: «Lo guiaba la incertidumbre basada en la palabra clave, que nunca lo abandonó desde los trenes: reconstrucción» (p. 536). Tal vez porque Gabriel es un hombre con visión de futuro: «el mapa de la vida siempre se le aparece como una operación que realizar» (p. 318). Será al final cuando el título de la obra cobre su sentido, aunque incierto: «No sabía con certeza adónde iría en adelante, pero lo único cierto era que tenía en su poder el mapa para llegar hasta el final, todo lo que había visto hasta entonces, el mapa de la vida» (p. 538). Finaliza así una novela densa, compleja, elaborada con un sabio manejo de las técnicas literarias más actuales, en las que las connotaciones alegóricas (entreverando el presente con múltiples y variadas referencias al pasado) alcanzan excelentes resultados.

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