Con el arpa tensada en nuestras manos
Desde mi soledad. Voces del corazón
Julio Molero Pisabarro. León, 2009. 128 pp.
JOSÉ ENRIQUE MARTÍNEZ
Pasado es presente (2007) y Poemario de amor: sueños en el tiempo (2008) son los poemarios anteriores de Julio Molero. En ellos los versos nacen de «las mesmas aguas de la vida», impregnados de sentimientos íntimos (amor, recuerdos, sueños, soledad...) y de la naturaleza rural de su tierra natal (Altobar de la Encomienda). Todo ello compone una poesía de carácter intimista, con decoro formal de marchamo tradicional.
Desde mi soledad. Voces del corazón es título que reafirma un tema y un origen (la soledad) y el intimismo propio de esta poesía (el corazón). Y desde el comienzo, el entrañamiento con el paisaje vivido desde la infancia y hecho alma propia y origen de buena parte de la imaginería de esta poesía («erial», por ejemplo, lo reitera el poeta como imagen del corazón vacío o de la misma vida en los momentos amargos). Otros versos del poeta dicen: «Arrastro tras de mí / sueños y soledades». Son palabras que resumen el clima lírico del poemario. El yo del autor aparece volcado en el yo del poema que atrae hacia sí lo familiar y cercano, las vivencias de la infancia y del ambiente rural que han dejado huellas en el alma. Entre esas vivencias, los padres, cuya muerte da lugar a sendas elegías, la muerte del hermano y otros recuerdos (la cueva, la portalina, etc.) que producen añoranza y que son evocados con amor. Y en relación con lo elegíaco, el tiempo que discurre y transcurre y gasta y mata. En suma: recuerdos, evocaciones, sueños y ensoñaciones, tiempo, dolor, soledades y amor, palabra muy presente en el poemario en los varios tipos de versos usados, con un capítulo de sonetos, forma querida por el poeta. Pero quizá sea el propio poeta quien haya resumido bien el carácter de su libro: «Estos poemas tan sencillos, problemas de la vida misma, cantos a las cosas... a las personas... recuerdos del pasado, realidades del presente e ilusiones del futuro».
Desde mi punto de vista el poema de mayor interés y menos reiterativo es «León por el tiempo», extensa composición que tiene por protagonista al hombre (al yo) que en un paseo por diferentes calles de la ciudad, recuerda y piensa (amor, tiempo, ensueños...), entre desengaños y esperanzas. Narrativo y reflexivo a la vez, el poema puede marcar el cauce apropiado para esta poesía.