música para LOS SENTIDOS

Mejorar la calidad de vida y facilitar la relación emocional mediante la estimulación auditiva a personas que se encuentran en coma vigil o totalmente dependientes es el objetivo de la investigación que se desarrolla en el CRE de San Andrés y que lleva por título «Activación subliminal psicodinámica en sala de snoezelen con personas con grave discapacidad». La neuropsicóloga Mayte Gutiérrez explica que este proyecto se ha puesto en marcha dada su trascedencia para mejorar la calidad de vida de personas con graves dependencias. «En algunos casos sólo pueden abrir y cerrar los ojos o comunicarse mediante gestos», recalca la neuropsicóloga del CRE, lo que confiere mucha importancia a cualquier forma de comunicación que se pueda conseguir. «Debido a la necesidad de intervención de pacientes con grave discapacidad motivada por un deterioro muy importante de sus funciones cognitivas superiores, queremos investigar la incidencia de las respuestas emocionales a través de la activación subliminal psicodinámica en la sala de snoezelen», señala.

Esta sala se denomina así por la tecnología y las ideas desarrolladas por dos terapeutas holandeses (Hulsegge y Verheul) en la década de los 70, cuando comprobaron que obtenían respuestas positivas cuando se exponía a personas con discapacidad intelectual severa a un ambiente construido alrededor de determinados estímulos sensoriales como luces de colores o la música. Desde este espacio las personas que tienen cerradas algunas puertas sensoriales encuentran otras formas de relacionarse con el mundo, de sentir placer, de obtener sensaciones propioceptivas en un espacio de experimentación multisensorial.

En este proyecto participan un total de veinte personas con grave afectación motórica y con deterioro cognitivo grave, diez hombres y diez mujeres. Su valoración funcional se determina por el índice de Barthel. Toda la muestra con puntuaciones inferiores a veinte puntos significa que son dependientes severos. La valoración neuropsicológica determina que toda la muestra presenta un deterioro grave, realizado a través del Mini Mental State Examination (MMSE) de Folstein donde puntúan menos de diez puntos.

Para diseñar los audios subliminales, que escuchan estas personas durante diez minutos cada día en la sala snoezelen, se utiliza un software que permite grabar las locuciones, introducir una música y generar unas frecuencias especificas. Con este software se mezclan los niveles de estos tres audios. En el caso de la grabación de la voz, se utiliza un nivel óptimo de voz, con un mínimo ruido y el mayor silencio posible procurando mantener toda la riqueza de las frecuencias altas de la voz. Se introducen unas frases positivas que afirman el estado de ánimo o aptitud que se quiere potenciar. Se edita la voz para eliminar lo que no interesa como ruidos o gestos.

El segundo paso es introducir la música que será el audio que queda en primer plano. En ese caso se introduce una música relajante y que aporte la sensación de calma, seguridad y aptitud positiva. El siguiente paso es generar las frecuencias que producen las ondas Delta, que son las frecuencias a las que trabaja el cerebro en un estado de sueño y de hipnosis. Son frecuencias muy bajas del orden de 0,2 a 3,5 Hz. con lo cual son imposibles de percibir por el oído puesto que el rango seria de 20hz a 20khz , a no ser que sea por procedimientos mecánicos (vibraciones). La otra forma de oírlas es utilizar una frecuencia portadora de esta frecuencia para elevarla a un rango audible, y modular sobre ella con una diferencia de frecuencias. Finalmente se mezcla el audio: en primer plano la música, las ondas delta quedan en un plano mas bajo, que puede ser audible pero que no moleste y la voz ha de estar en un plano también bajo, que sea muy poco entendible. Esto es lo que escucharán después las personas que participan en el proyecto. Después, las auxiliares de clínica del CRE que les atienden, en un pre y post tratamiento son las que recogen las conclusiones rellenando un cuestionario objetivo que consta de dos partes: una referida al nivel psicológico (apreciación de la conducta, personalidad, emociones y comunicación) y otra a nivel físico (apreciación de la espasticidad y movilidad articular). Consta de diez items en dos niveles que valora si se producen mejoras respecto a la espasticidad, la colaboración en la movilización, el estado de ánimo, la expresividad facial, la interacción, el disfrute de la comida, sonrisa o bienestar.