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la ingeniería de las bacterias

CARLOS BARREIRO.. . dirige el servicio de proteómica de inbiotec, el segundo de la . comunidad.

Carlos Barreiro en el Servicio de Proteómica del Instituto de Biotecnología.

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nuria gonzález | león
León

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Carlos Barreiro realizó su tesis doctoral en Inbiotec y actualmente es el responsable del Servicio de Proteómica y del Área de Procesos Industriales de este centro tecnológico. A lo largo de su carrera investigadora ha trabajado principalmente con actinobacterias y, más recientemente, en hongos filamentosos. Así, en su tesina estudió al microorganismo Amycolatopsis lactamdurans productor del antibiótico cefamicina C. Posteriormente, realizó su tesis doctoral con Corynebacterium glutamicum , la bacteria de la que se obtiene el ácido glutámico utilizado como saborizante en los restaurantes de cocina asiática o en los caldos de carne para cocinar; así como la lisina, con la que se enriquecen los piensos del ganado vacuno y las aves. También ha dirigido dos tesis doctorales sobre especies del género Streptomyces, productoras del inmunosupresor tacrolimus y, más recientemente, se ha implicado en al análisis de las proteínas del hongo productor de la penicilina, Penicillium chrysogenum . Carlos Barreiro tiene la suerte de dirigir el único servicio de Proteómica y Espectrometría de Masas existente en Castilla y León, junto al del Centro del Cáncer de Salamanca. Considera que la investigación es fundamental en el ámbito alimentario porque «es una fuente inagotable» de temas de estudio. A ello se suma, según explica este científico, las nuevas modas que surgen en torno a los alimentos funcionales y los nutraceúticos. «Estas tendencias necesitan mucha investigación que las apoye para que sea real la mejora en la salud humana», indica. Respecto a que esa investigación llegue a las empresas asegura que, poco a poco, la comunicación es «más fluida» entre ambas partes.

Considera que la ciudad de León presenta, posiblemente después de Madrid y Barcelona, uno de los mejores índices de empresas y centros de investigación por habitante, en referencia a la importancia de Inbiotec que «pasa desapercibida» en muchas ocasiones dentro de la propia ciudad. También hace autocrítica y afirma que los investigadores, en ocasiones, «tendemos a ser muy crípticos en nuestras explicaciones y con frecuencia no facilitamos que éstas lleguen a todos los niveles de la sociedad».

Resalta que el futuro de un investigador en España es «complejo e incierto» porque al estado de precariedad actual hay que sumar que la ciencia «siempre es un sector prescindible a la hora de recortar financiación». Pese a ello, reconoce que le gustaría continuar en Inbiotec que ha sido «cantera de investigadores». Muchos de ellos se encuentran trabajando en buen aparte del mundo, desde Chile a Alemania pasando por la geografía española (Granda, Sevilla o Salamanca). Comenzó su carrera en torno a la ingeniería genética de microorganismos productores de compuestos de interés farmacológico como son antibióticos, vitaminas o aminoácidos, y ha ido derivando hacia el estudio de las proteínas desde la óptica de la Proteómica.

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