la semilla de la innovación

Tres de cada diez agricultores y ganaderos han sufrido alguna vez un accidente con la maquinaria en el campo. Dentro de estos siniestros, los vuelcos y deslizamientos de las máquinas cuando trabajan en fuertes pendientes y los atrapamientos por elementos mecánicos con movimiento rotativo o lineal son los más habituales, sobre todo aquellos en los que está implicado un tractor. Para conseguir erradicar la siniestralidad, el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino financia un proyecto nacional que lleva por título Adaptación de máquinas específicas para la producción y recolección de forrajes en zonas de montaña , desarrollado por el grupo de investigación de ingenieros de Mecanización Agraria, dirigidos por Juan Antonio Boto, y en el que participan el Principado de Asturias, la Comunidad de Navarra y el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León. El objetivo es poner a disposición de este sector la maquinaria específica adaptada para el manejo de forrajes en zonas de montaña de elevada pendiente, algo que ya es habitual en países como Francia, Alemania o Austria. El proyecto piloto, a punto de concluir, se realiza en los montes del Principado de Asturias.

Motosegadoras hidrostáticas, vehículos multifunción o tractores específicos de montaña son la última tecnología que garantizaría una mayor seguridad para los profesionales del campo en terrenos con pendiente. Los vehículos multifunción o transporter son máquinas para recoger el forraje en zonas de elevada pendiente y transportarlo hacia zonas donde se pueda almacenar, empaquetar o ensilar. Los tractores específicos de montaña son equipos con una gran estabilidad para el trabajo en pendientes por su elevado ancho y bajo centro de gravedad. Presentan tracción en los dos ejes y disponen de transmisión hidrostática. Permiten la conexión de implementos accionados en su parte delantera y trasera y disponen de direcciones hidrostáticas, con cuatro alternativas de uso, que se adaptan a diferentes tipos de conducción. Se emplean habitualmente para usar todos los implementos utilizados en la recolección de forrajes en zonas con pendientes elevadas, así como para la utilización de desbrozadoras, regeneradoras de praderas o abonadoras.

En una primera fase, ya concluida, el proyecto analizó la situación actual de la producción y recolección de forrajes en zonas de montaña, especialmente en lo que a mecanización de los trabajos se refiere, para hacer una caracterización de explotaciones agrarias. También se ha realizado una base de datos con la maquinaria comercial existente de posible uso en las zonas de montaña, diferenciando su especificidad en los trabajos previstos. El equipo de investigación ha hecho una selección de máquinas potencialmente adaptadas a los trabajos en zonas de montaña del Principado de Asturias. Tras realizar una serie de demostraciones a los agricultores y ganaderos, se editará una guía de buenas prácticas especialmente en lo relacionado con la seguridad de uso.

Para tener una radiografía de la situación actual, los investigadores hicieron 347 encuestas en 263 explotaciones para lo cual necesitaron recorrer 19.430 kilómetros por zonas de alta montaña. La maquinaria es considerada fundamental para la actividad forrajera, a la que se destinan la mayor parte de las inversiones de la explotación. El 70,3% de los encuestados ha adquirido maquinaria en los últimos cinco años. Los siniestros más frecuentes son los vuelcos del tractor, en un 35,4%, seguidos de los atrapamientos por elementos mecánicos con movimiento rotativo o alternativo (26,3%) y los deslizamientos de las máquinas cuando trabajan en fuertes pendientes (22%). Las causas de los accidentes se atribuyen principalmente a errores humanos y exceso de confianza del operario (un 70%). Tractores con más de una década de antigüedad y sin los dispositivos de seguridad adecuados son algunas de las carencias detectadas gracias a este investigación y que se pretenden subsanar con este trabajo científico.