Nothomb escribe cartas de guerra

Crónica irene dalmases

Llevaba tiempo Amélie Nothomb dándole vueltas a la idea de escribir una novela sobre la guerra de Irak, pero no fue hasta hace tres años, en un hotel de Barcelona, cuando empezó a darle consistencia a Una forma de vida , el relato que presentó ayer y en el que también es protagonista el cuerpo humano. De negro riguroso, con sombrero de copa y levantada como cada día desde las cuatro de la madrugada, Nothomb ofreció una multitudinaria rueda de prensa en la que se pronunció sobre los conflictos bélicos actuales —«la tragedia de las guerras modernas es que no acaban nunca»— y reflexionó sobre fenómenos como la anorexia.

En Una forma de vida , publicada en castellano por Anagrama, narra la relación epistolar que mantiene una escritora llamada como ella y el soldado estadounidense Melvin Mapple, enviado a Irak y que engorda más de sesenta kilos en una manera de «expresar ante el mundo el horror sin precedentes de esta guerra», según escribe en una de las páginas.

La autora belga nacida en Japón advirtió que la correspondencia que aparece en la obra es «absolutamente imaginaria», aunque sí es cierto que ella contesta los centenares de cartas que recibe de sus lectores y admiradores, siempre a mano, igual como escribe sus libros. Reconoció que es la primera novela epistolar que escribe, aunque recordó que desde muy pequeña no es ajena al género porque cuando estaba en Asia viviendo, sus padres la obligaban a escribir a su abuela. Así, considera el hecho de escribir y recibir cartas como algo placentero por la constatación de que «todos necesitamos al otro».

Sobre lo que ha ocurrido en ese país en los últimos años, consideró Nothomb que su opinión «es igual a la de cualquier europeo», porque no conoce «a nadie que estuviera a favor. Todo el mundo sabía que era una catástrofe y que acabaría mal» señaló una escritora que opina: «Soy muy poco original». Como en otras novelas suyas, la relación de los protagonistas con la comida va más allá de lo físico, llegando a lo «metafísico», lo que atribuye, en parte, a que ella misma, con trece años, sufrió una anorexia muy severa que la condujo a «las puertas de la muerte».

Calificada por Jorge Herralde como una «gótica risueña», admite Nothomb que debe ser la única escritora del mundo que presenta sus novelas manuscritas al editor, escribiendo siempre con el estómago vacío, porque, de lo contrario, no está «en plenitud». Y preguntada sobre si iniciará nueva novela en Barcelona, dijo que ya viene «embarazada», en referencia a que ya tiene un nuevo título entre sus manos.