cada vez más inteligentes
Las ciudades de la comunidad se apuntan a la red de desarrollo de las smart cities . S on cada vez más y con mayor actividad. la Red Española de Ciudades Inteligentes suma adeptos entre los municipios de Castilla y León, que unen esfuerzos para apostar por el futuro, la eficiencia y la tecnología.
Cada vez más municipios se apuntan al proyecto que las declara «ciudades inteligentes», en un intento de apostar por los avances tecnológicos y la eficiencia para favorecer «la transición de los sectores tradicionales hacia modelos basados en el conocimiento». En Castilla y León en los últimos meses se han sumado a esta iniciativa Salamanca, Burgos y Palencia; también Valladolid forma parte de ella. Son los miembros en la Comunidad de la Red Española de Ciudades Inteligentes, que reúne ya a 27 municipios y que sienta las bases de una gestión automática y eficiente de las infraestructuras y los servicios urbanos. La reducción del gasto y la generación de actividades económicas son dos de los objetivos de esta iniciativa, que se suma al movimiento mundial de las conocidas como smart cities.
El concepto de «inteligente» aplicado a las ciudades supone la implicación de las administraciones públicas, para dotar de mejores y más modernos servicios a los usuarios; de los ciudadanos, que deben participar en el desarrollo de la nueva ciiudad; a la gestión energética, para apostar por la sostenibilidad y el cuidado del entorno y los recursos naturales; y especialmente las tecnologías de la información y las comunicaciones, como soporte y herramienta de todo el proceso.
El concepto de ciudad inteligente abarca todo el entorno que rodea a los ciudadanos, desde los hogares a las empresas, la movilidad, turismo, asistencia socio-sanitaria,... Factores sobre los que desarrollar la denominada «inteligencia ambiental».
En el caso de Castilla y León, en una iniciativa de la que todavía no forma parte la provincia, llama la atención la actuación coordinada de Valladolid y Palencia, que aportan un «punto de vista novedoso», según la organización: «Considera no una, sino dos ciudades, cercanas y de características diferentes, añadiendo así el transporte de una ciudad a otra como una problemática más de la smart city».
Entre otras actuaciones llevadas a cabo en las dos ciudades se incluye una red inteligente de contadores, el apoyo a la implantación del coche eléctrico, las comunicaciones del hogar digital, la eficiencia energética en edificios singulares, el tratamiento de aguas residuales o la organización del tráfico, para que sea más eficiente.
Las actuaciones que llevan a cabo las ciudadades y municipios que se adhieren a esta iniciativa pasan por la formación y la participación de las personas en la vida pública, así como la integración de la actividad económica en formas de vida más flexibles y también más productivos. En el caso de las administraciones, adherirse a las smar cities implica apostar por el e-gobierno, la transparencia y la apuesta por la participación ciudadana.
Uno de los principales objetivos de las actuaciones a que se comprometen los gobernantes es la habitabilidad, que pasa por mejoras desde la oferta cultural a las actuaciones sociales y sanitarias, así como la seguridad, la calidad de las viviendas, las facilidades educativas o la cohesión social.
La movilidad es una de las cuestiones básicas a tener en cuenta en una ciudad inteligente, que no es posible sin un sistema de transporte sostenible, y un control del tráfico eficaz basado en la utilización de las TIC.
Tampoco es posible concebir una ciudad inteligente sin una adecuada protección medioambiental, una gestión de residuos sostenible y una reducción de los elementos contaminantes.