urgencias compartidas
Una aplicación permite a los médicos conocer los resultados de las pruebas en tiempo real. Y a está disponible en la tienda de Google Play. Se llama Urgencias, una aplicación de Android gratuita desarrollada en León que de momento funciona para traumatismos craneoencefálicos, pero que añadirá todos los protocolos médicos de los servicios de urgencias cuando el Servicio Andaluz de Salud valide (en breve) el prototipo.
Los servicios de urgencias de los hospitales son un ir de venir de médicos y personal sanitario, pacientes, pruebas, informes,... Un trasiego de información que se ordena, se realiza, se intercambia y se analiza, en un complejo sistema de relaciones que suele traducirse en largos tiempos de espera. El desarrollo de los dispositivos móviles abre un nicho de mercado empresarial para desarrollar aplicaciones que ordenen y agilicen este frenético universo de intercambio de información, siempre bajo la premisa, aún más exigente en este sector, de la confidencialidad de la información que se transmite.
Uno de los programas pioneros en este campo ha sido desarrollado desde el Área de Arquitectura y Tecnología de Computadores de la Universidad de León y probado en el Servicio Andaluz de Salud. Tras una fase de revisión para solventar problemas surgidos en la complejidad de la aplicación práctica, varias empresas han mostrado ya su interés por comercializar una aplicación que promete revolucionar la comunicación interna en el universo médico de los servicios de urgencias.
La aplicación, gratuita, está ya disponible en Google Play bajo el nombre de Urgencias, que ha registrado. De momento recoge los protocolos e información para casos de traumatismos craneoencefálicos, pero cuando el Servicio Andaluz de Salud valide el programa, algo que ocurrirá en los próximos días, se añadirán todos los protocolos necesarios en los servicios de urgencias.
El proyecto inicial se centró en el desarrollo de un prototipo para gestionar el servicio de urgencias de un hospital mediante el uso de los nuevos dispositivos de comunicación. De hecho, el primer diseño se centró en la utilización de smartphones, ya que su uso está generalizado y no implicaría una inversión inicial importante en nuevos equipos por parte de los centros médicos, algo especialmente importante en época de recortes presupuestarios. Pero las tablets son también una herramienta ideal para desarrollar este tipo de proyecto.
La idea era que los doctores pudieran, a través del dispositivo móvil que utilicen, acceder en tiempo real a la información y el estado asociado a cada paciente, desde que éste accede a los servicios de urgencias hasta que recibe el alta médica.
El médico que atiende al paciente cuando llega realiza un diagnóstico inicial y decide realizar una serie de pruebas, con instrucciones sobre cómo realizarlas y en qué orden. Según explican Luis Panizo, responsable del departamento de la Universidad de León, y Víctor Cantón y Salvador Labajos, autores del proyecto, el sistema permitiría que los resultados de estas pruebas lleguen al móvil del médico aunque se encuentre en los boxes realizando otras visitas o con otra actividad del servicio. Los doctores recibirían los resultados en el momento en el que estuvieran disponibles, y tendrían en todo momento información actualizada del estado de todos los pacientes a su cargo.
El médico podría además rellenar formularios con los resultados obtenidos, que automáticamente serían enviados al resto de los médicos que se encuentren en el centro, y que compartirían esa información. Un sistema de intercambio que permitiría agilizar las pruebas en función de los resultados, y cuyo objetivo final es la reducción de los tiempos de espera, un trato más personalizado del paciente y una mejor eficacia del prodeso por la comunicación y coordinación entre los doctores de distintos departamentos.
El planteamiento inicial de utilizar un smartphone respondía también a una premisa comprobada en todos estos procesos: generalmente los profesionales son reacios a destinar tiempo y esfuerzo al aprendizaje de nuevos dispositivos y sistemas, pero manejan con fluidez los dispositivos móviles habituales en su entorno de ocio y comunicación, smartphones y tabletas fundamentalmente.
El prototipo requiere que el médico que llega al servicio de urgencias acceda a la aplicación e introduzca su identificación. El sistema se encarga entonces de obtener una copia de la base de datos con toda la información almacenada sobre los pacientes que se encuentran ingresados en el servicio de urgencias, y el estado de sus pruebas y diagnósticos.
Durante su jornada laboral el facultativo va registrando en su dispositivo móvil toda la información que considere reseñable de los pacientes a los que atienda, información que será enviada al resto de los doctores. Al terminar su jornada el médico abandonará la aplicación, y el resto de los usuarios serán informados de que abandona el centro,
Las pruebas del prototipo se realizaron en el Hospital de Algeciras, del Servicio Andaluz de Salud, donde se detectaron necesidades de mejora en el desarrollo del proyecto sobre las que se ha trabajado en los últimos meses. Entre los problemas surgidos destacaban la excesiva diversidad de los protocolos utilizados en los servicios médicos, la gran variedad de pruebas, actividades y la intervención de un elevado número de facultativos.
Todo ello generaba graves problemas de interconexión entre los dispositivos móviles, ya que en un principio se trataba de ofrecer el servicio a través de una aplicación, pero sin necesidad de contar con una base de datos común y un servicio informático específico, con el objetivo de ofrecer la posibilidad de gestionar esta información sin que los centros médicos tuvieran que acometer mayores inversiones.
El replanteamiento del proyecto ha llevado a contar con un pequeño servidor en el que se levanta la base de datos, y que gestiona el tráfico de mensajes, realmente abultado, sin bloquear los sistemas.
Ahora, perfeccionado el prototipo, se busca una empresa que lo comercialice. Buena prueba de que la idea es atractiva es que ya hay compañías que se han interesado por él. Como ocurre con otros muchos proyectos interesantes, los recortes presupuestarios están provocando que todos estos adelantos tecnológicos tengan una aplicación en la práctica más lenta de lo deseable. Pero los promotores confían en el éxito del proyecto. «Nosotros tenemos ideas y demostramos que pueden funcionar. Otros tienen que comercializarlas», explica el profesor de la Universidad de León.