Diario de León

sonia busca en el cosmos

sonia fernández-vidal es doctora en física cuántica. su empeño en el día a día es desvelar los secretos ocultos del universo . S onia Fernández-Vidal es doctora en Física Cuántica. Ha trabajado en la construcción del acelerador de partículas en el CERN, el centro de investigación nuclear más prestigioso del mundo, e investigado en el centro donde se gestó la bomba atómica. Compagina la búsqueda de respuestas sobre el universo con la divulgación científica y el impulso para involucrar a las empresas en la ciencia.

Sonia Fernández-Vidal, doctora de Física Cuántica, trabajó en el CERN y ha publicado dos libros que son superventas.

Sonia Fernández-Vidal, doctora de Física Cuántica, trabajó en el CERN y ha publicado dos libros que son superventas.

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nuria gonzález | león
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Sonia Fernández-Vidal tiene 34 años y en su haber figura haber pasado por prestigiosos centros de investigación nacionales e internacionales. Esta joven leonesa, con raíces en Carrizo de la Ribera, dice que de pequeña «soñaba» con convertirse en científica, sentía curiosidad por comprender cómo y por qué el universo funciona y desvelar los secretos que aún hoy siguen ocultos. Encontró en la física las respuestas a sus preguntas y al llegar a la universidad se sintió cautivada por la física cuántica y la visión que ofrece del cosmos. Tanto, que hoy, además de investigar en el acelerador de partículas o en el centro en el que se gestó la bomba atómica ya ha escrito dos libros de divulgación con el fin de que todas esas respuestas lleguen a la gente de la calle. En ello se ha empeñado desde que se doctoró en Física por la Universidad Autónoma de Barcelona.

Hace fácil lo que parece difícil, entender la física cuántica. Dice que es la teoría que explica cómo funciona el mundo microscópico de los átomos, las partículas diminutas que lo forman y que siguen un conjunto de reglas muy distintas a las que estamos acostumbrados en nuestro día a día. «Hacen cosas que nos parecen imposibles, incluso mágicas como atravesar paredes, estar en dos sitios a la vez o teletransportarse», resalta.

Sonia Fernández-Vidal ha trabajado en el Centro Europeo de Investigación Nuclear, en el proyecto del nuevo acelerador de partículas Large Hadron Collider. Su proyecto se centró en una colaboración entre el grupo de criogénia y el de vacío, que se ocupa de que esta gran máquina sea el sitio más frío de la tierra (-271ºC). La misión era la de evitar que en los tubos donde circulan los protones a velocidades cercanas a la de la luz no existiesen otras partículas (de aire o cualquier otro material) que los frenasen y los hiciesen chocar donde no debían.

Y del centro de investigación internacional cuyo objetivo es comprender lo que sucedió en el origen del universo, al Laboratorio de Los Álamos, un centro de investigación del gobierno americano dónde se desarrolló la bomba atómica. Allí trabajo sobre un proyecto de decoherencia cuántica, dentro de la división de Física Teórica.

Su periplo continua en el Instituto de Ciencias Fototónicas de Barcelona en un proyecto europeo que lleva por título Computación Cuántica Escalable con luz y átomos . Consiste en el estudio de sistemas de interacción entre luz y materia teniendo en cuenta las propiedades cuánticas de ambos para desarrollar sistemas de computación e información cuántica.

El último proyecto en el que ha trabajado tiene que ver con la óptica e información cuántica. «El objetivo de estas investigaciones es poder crear sistemas de información con la tecnología que la física moderna nos aporta», explica Sonia Fernández-Vidal. Por ejemplo, nuevos sistemas de encriptación de la información así como de computación.

Respecto a los últimos avances del Bosón de Higgs, esta física asevera que será un hito en la historia pero «no representa ni mucho menos la última respuesta sobre el funcionamiento de la masa, sino nuestra esperanza de encontrar una solución a todas estas preguntas».

El Bosón de Higgs era la piedra angular del modelo estándar de física de partículas con el que los físicos pueden describir la materia y las fuerzas existentes en el universo. Todas excepto la fuerza de la gravedad, añade, siguen siendo una incógnita. Se trata de una pieza fundamental en este gran puzzle, «pues es la que resolverá el enigma de porqué las partículas tienen masas mientras otras no la tienen», matiza esta científica.

En la actualidad forma parte del equipo de Clacktion, una compañía especializada en s earch engine marketing . Es decir, se trata de una «empresa laboratorio» que se ocupa de ayudar a grandes empresas a adentrarse en el mundo de Internet y poder llegar con eficacia a sus clientes. Toda la plantilla está formada por doctores en física o matemáticas porque «es necesario el análisis de datos para extraer conclusiones y doctores con hábitos de innovar», resalta Sonia Fernández-Vidal. Esta leonesa piensa que las empresas no sólo deberían dedicar más recursos a la investigación sino que «esta actitud debería estar instaurada dentro de los valores de la empresa».

En su afán porque la ciencia llegue a la sociedad, ha compaginado esta actividad con la de la docencia y también con la de conferenciante. Precisamente en sus exposiciones ante el público no científico vio la posibilidad de plasmar estos contenidos en forma de libro, algo a lo que la animó el escritor Francesc Miralles. El primero ha sido La Puerta de los Tres Cerrojos , que define como una aventura para niños de 9 a 99 años para acercarse a las física cuántica. Considera muy importante la cultura científica y aunque reconoce que la ciencia es de difícil comprensión «debe de llegar a todos porque enriquece a las personas». Tiene claro que es necesaria una cultura científica «si se quiere entender y tomar una decisión sobre la energía nuclear o la clonación». De su primer libro, el Premio Nobel de la Paz, Mamad Yunus, ha dicho que «hace que la ciencia sea accesible y atractiva para todos los lectores». Algo que para esta leonesa supuso un gran impulso. «No son sólo personas de reconocido prestigio a nivel internacional, sino también de gran corazón y por quienes siento un gran afecto y admiración», añade.

En enero de este año publicó Quantic Love , la novela que resuelve la ecuación del amor, que vendió 40.000 ejemplares en un mes. Un relato que explica los experimentos más avanzados del mundo a través de una visión sexy de la ciencia.

Defiende que la cultura científica es imprescindible a la hora de entender y tomar una decisión sobre la energía nuclear o la clonación. «La decisión puede ser de un signo o de otro, pero para tomarla debe estar bien fundamentada. Para ello es esencial que la sociedad esté bien informada sobre los avances científicos y el impacto de éstos en nuestro día a día», argumenta.

Muestra su preocupación por la fuga de cerebros que está viviendo España al tiempo que asegura que es más fácil encontrar trabaja en el extranjero, especialmente en Europa o Norteamérica, donde está mucho mejor considerada una persona que se haya dedicada a la investigación o la ciencia.

Cuando todas sus obligaciones se lo permiten, regresa a Carrizo aunque no todo lo que quisiera. Dice que aquí ha pasado las mejores navidades y veranos de su vida rodeada de su familia. Y de aquí conserva también muchos recuerdos. «Si ahora mismo pudiese teletransportarme (gracias a la física cuántica) a León, disfrutaría de un buen vino —con su tapa generosa, por supuesto— en el Barrio Húmedo. Iría sin falta a contemplar la Catedral y recorrería Ordoño hasta la estatua de Guzmán para acabar leyendo en un banco cercano al Bernesga», concluye.

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