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seguridad sobre dos ruedas

la ingeniera ana cristina díez Desarrolla un sistema que avisa del riesgo que tiene el motorista de sufrir una caída. S u pasión por las motos y la necesidad de mejorar la seguridad en la carretera ha llevado a Ana Cristina Díez, una joven ingeniera leonesa, a crear un sistema que avisa del riesgo de caída al motorista, en función de la inclinación del vehículo, de la situación de los neumáticos, el estado del asfalto o de las condiciones meteorológicas.

Ana Cristina Díez ha diseñado el prototipo que mejora la seguridad de las motos.

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nuria gonzález| león
León

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Ana Cristina Díez González tiene 24 años y su pasión por las motos hizo que estudiara Ingeniería Industrial. El dispositivo innovador diseñado con motivo de su proyecto fin de carrera le ha valido la Matrícula de Honor. Se trata de un módulo de apoyo a la conducción de motos cuyo fin pasa por visualizar el nivel de riesgo que corre un motorista de sufrir una caída, ya sea por tener el neumático frío, por las condiciones meteorológicas adversas, por la inclinación excesiva de la moto o una mezcla de todas ellas.

Este robot recibe el nombre de ArduGasGas y la idea de su creación surge debido a la tradición motera en la familia de esta leonesa y la necesidad de que existan dispositivos que mejoren la seguridad en carretera. Su padre corrió en 125 centímetros cúbicos, en el Campeonato Madrileño de Velocidad, así como muchos años en la ya desaparecida categoría 125 cc Criterium en La Bañeza. «Intentando seguir sus pasos me di cuenta de lo difícil que es este mundo, por lo tanto me puse a estudiar Ingeniería Industrial con el objetivo de, algún día, poder trabajar en ello», recuerda esta joven que añade que un tema realmente importante es el de la seguridad de las motos en carretera».

Ana Cristina Díez explica que en una pantalla LCD se indicará el grado de inclinación y temperatura media del neumático. La medición del riesgo de caída se visualizará mediante tres diodos LED’s: Verde (poco riesgo), amarillo (riesgo medio) o rojo (alto riesgo).

Este proyecto es una continuación del primer trabajo que realizó al finalizar la Ingeniería Técnica Industrial. Así, mediante un giróscopo y un acelerómetro consiguió realizar mediciones de la inclinación en dinámico (es decir, en movimiento). También investigó artículos y estudios sobre cómo afectan la inclinación, la temperatura y las condiciones del asfalto en la dinámica de las motos. En este estudio se apoyó para poder establecer los niveles de riesgo en su último proyecto.

Esta joven leonesa reconoce que hacer funcionar los sensores fue una tarea «muy tediosa». Así recalca que, en cuánto a los sensores de temperatura, utilizó dos sensores por infrarrojos (sin contacto), que se colocan en cada extremo del neumático delantero. «Necesitaron una calibración, ya que son sensores analógicos», dice. En cuanto al sensor de inclinación, utilizó un módulo que muestra directamente en grados la inclinación, fabricando una ruleta graduada casera para su comprobación y calibración.

Este robot lleva como plataforma microcontroladora la tarjeta Arduino Mega. De ahí el nombre del sistema, Ardu y GasGas como referencia al mundo de las motos. «Los resultados finales fueron satisfactorios para mí, ya que el desarrollo del proyecto no fue más que una consecución de problemas», resalta.

Mediante un «switch» elige la posición según la condición meteorológica del día y el estado de la carretera, en función de que haya sol y el asfalto sea nuevo, día soleado y asfalto viejo (lo más habitual), día lluvioso y asfalto viejo (las condiciones más peligrosas). También incluyó la posibilidad de que exista hielo o nieve, si bien no es aconsejable utilizar la moto en estas condiciones.

Una vez elegidos los parámetros, en pantalla se muestra el estado de la temperatura y la inclinación. Dentro del software está implementado el programa con valores «límites», es decir, si por ejemplo la entrada de temperatura es menor de 25ºC se considera que el neumático está aún frío, y saldría una alarma «amarilla».

Explica que «el módulo es totalmente casero», fabricado tras muchas horas de trabajo en un rincón de su casa en el que soldó, cortó, pegó e hizo todas las pruebas necesarias. Espera convertir en realidad este prototipo si bien ya lo ha probado en su propia moto. La defensa del proyecto fue realizada con la ruleta graduada para ver la veracidad en la inclinación, y los cambios en todos los niveles de riesgo. Funcionó correctamente y por eso el tribunal decidió concederle Matrícula de Honor.