Diario de León

El auténtico hombre orquesta

Autor reconocido. Fabián tiene publicados ya tres trabajos: Espera a la primavera, Adiós, tormenta y Después del Incendio y otras cosas así. El primero fue el mejor disco editado en el 2007 para Mondo Sonoro Noroeste; el segundo se clasificó entre los diez mejores discos de folk editados en el 2009 para Mondo Sonoro y el segundo mejor para Efe Eme. El País le ha definido como «compositor e intérprete prodigioso».. E s cantautor, pero eso hoy significa mucho más que componer, tocar y cantar. Expertos en aplicar la «artesanía tecnológica» para sortear con ingenio y esfuerzo los estrechos márgenes del actual mercado, los músicos son también gestores y financieros. Expertos en exprimir lo que las nuevas tecnologías ponen en su mano.

Juan Marigorta, Fabián Díez Cuesta y Pepe López, en el estudio del primero, donde graban el nuevo disco del cantautor, que lo ha financiado a través del crowfunding.

Juan Marigorta, Fabián Díez Cuesta y Pepe López, en el estudio del primero, donde graban el nuevo disco del cantautor, que lo ha financiado a través del crowfunding.

León

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Una voz dulce y un joven desenfado indie enmarcan el intenso mensaje de unas letras que ponen en rima y melodía sutil lo que en sus post aporrea con dureza: la realidad que a su vez aporrea a los que le rodean. Envuelto en una sonrisa franca y cercana, acunado en los acordes de una guitarra que acaricia mientras desgrana con frágil ternura las letras que ha logrado llevar hasta Centroeuropa o América. Adrián prepara en los estudios de sus colaboradores amigos leoneses su cuarto disco, practicando el arte del malabarista que supone dedicarse a la música en estos tiempos. Compositor, músico, cantante,.... Y productor, editor, bloguero, experto en redes sociales, cazador de iniciativas, hombre-anuncio de sus proyectos, rastreador de tendencias, financiero,... Un trabajo full-time en el que «puede parecer que dedicas un 80% a la música y un 20% a la gestión. O al revés».

Son muchos frentes. Los del autor, los del productor, los del editor, los del manager, los del financiero, los de marketing, los de atención a los seguidores,... Así hasta donde quiera seguirse. De la letra a la música, de la búsqueda del estudio al equipo, de la promoción al concierto, de la edición a la venta,... Querer vivir de la música hoy es una carrera de fondo que require tanta alma como entrenamiento. Olímpicos de la canción, músicos, artistas, cantaurores. Artesanos y tecnólogos. Gente que sigue siendo fiel a su esencia. Artistas que saben que, en el fondo, el esfuerzo del músico hecho a sí mismo tiene la recompensa de que no se parece a nadie. Es quien es. No existe el respaldo de las discográficas. Pero a cambio no padecen las esposas del sonido uniforme, del café para todos. Es la libertad, y tiene su precio.

En esta libertad se mueven Fabián Díez Cuesta y sus compañeros músicos, Pepe López y Juan Marigorta. Como otros muchos. Y se mueven las producciones de La Viejita Música, el sello con el que Fabián apoya a otros artistas.

La libertad tiene sus inconvenientes, pero tiene sus ventajas. Buscarse la vida también. Y estar pendiente de lo que ofrece el entorno igualmente desvela sus recompensas.

Fabián ha editado ya tres trabajos, y ahora desgrana el cuarto entre los estudios de sus colaboradores. Ellos arañan espacios propios para edificiar un estudio de percusión, otro de cuerda,... Un pedacito del alma del nuevo trabajo del cantautor en cada rincón donde un músico esconde una parte del estudio que, sumado, alumbrará un depurado trabajo discográfico.

Una lírica musical que esconde su no menos meritoria lírica financiera. El nuevo escenario musical no es ajeno a los cambios que la llamada sociedad de la información impone. Más parece ser una de sus principales víctimas. Autores a merced de un sistema desplomado y de nuevas fórmulas multitudinarias que dejan unos céntimos a los cerebros que alumbraron la gallina de los huevos de ¿oro? En el caso de que no se opte por el pirateo. Hoy es necesario que miles de personas se descarguen legalmente sus canciones en el universo de redes, tecnologías y nubes para que al autor la suma de céntimos por descarga le suponga un beneficio.

Inmerso en este escenario, Fabián decidió hacer frente al entorno con sus propias armas. ¿Cómo? Contaba con las letras y las melodías, los músicos y los pequeños estudios, los seguidores y el entusiasmo,... Y buscó en las redes que han transformado para siempre sus referentes la brújula del futuro.

La ha encontrado, con enorme éxito y en tiempo récord. El cantautor llamó a las puertas de Verkami para seguir su camino. Entre acordes y rimas, el crowfunding se abre camino. Son los nuevos tiempos.

Fabián tiene ya tres discos en el mercado (los dos primeros agotados). El tercero ya fue una autoedición. Con una carrera consolidada entre su audiencia, ha protagonizado giras en Europa y Colombia; y tiene legión de seguidores en México, entre otros países.

Con ese bagage, a la hora de afrontar su último trabajo no sólo no desdeñó, sino que se subió al carro de las últimas tendencias tecnológicas.

Si el micromecenazgo sirve para financiar proyectos biotecnológicos, científicos o literarios, ¿por qué no musicales? Al fin y al cabo, él tenía ya un volumen nada desdeñable de seguidores.

Siguiendo el ejemplo de Jero Romero con The Sunday Drivers, grabó un vídeo explicando su proyecto y consiguió que su propuesta fuera aprobada en la plataforma Verkami. «Un punto de encuentro entre gente con ideas, proyectos interesantes y usuarios con ganas de ayudar a llevarlos a cabo», según la iniciativa.

Se trata, en fin, de una propueta de micromecenazgo a través de la que los emprendedores de todo tipo consiguen la hoy imposible financiación. Convence a alguien de tu proyecto, y tienes su ayuda (financiera).

Fabián se registró en la red, envió su vídeo explicando el proyecto y logró la aprobación de los gestores de esta enorme plataforma de búsqueda de apoyos.

El músico leonés reclamaba 5.000 euros para poder editar su nuevo trabajo. En apenas una semana no sólo cubrió su objetivo, sino que a falta de unos días para que concluya unas 230 personas acercan sus aportaciones a los 7.000 euros. El funcionamiento de esta plataforma consiste en que aprueben tu proyecto, y si no consigues el mínimo fijado la iniciativa se elimina.

No es el caso. Superada con creces la propuesta inicial, Fabián se prepara para compensar a todos los que le han apoyado. Con aportaciones de entre 6 y 250 euros (estas últimas, para pequeñas marcas, «hasta me patrocina una tienda de cervezas»).

Por seis euros se puede descargar el trabajo en formato digital antes de que salga a la venta, y de ahí va subiendo la aportación y se añade el envío de los discos, ediciones firmadas en formato vinilo, camisetas, entradas para los conciertos, posters, letras manuscritas firmadas, discos con el nombre de la persona a la que se dedican,... Todo un despliegue de imaginación y merchandising para un proyecto de éxito que parte de una premisa esencial: «En este caso es importante tener un volumen de seguidores importante previamente. Porque están comprando algo que todavía no conocen. Si no, es difícil que la gente te financie».

Aunque en el universo de las redes nada hay imposible. Lo sabe bien esta nueva generación de artistas que, hoy más que nunca, fuera de la música tienen que ser auténticos hombres orquesta.

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