Diario de León

Hacia un futuro muy presente

Efecto mariposa. MIGUEL ÁNGEL TURRADO Director de Estrategia y Tecnología Hewlett-Packard Española

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Y cómo será el futuro? Esta es una pregunta que todos nos hacemos y es que a todos nos preocupa saber algo más sobre cómo serán las cosas. Muchos lectores de mi columna me preguntan por cómo será ese futuro tecnológico. No en vano, HP no deja de ser una empresa que, por su apuesta constante por la innovación, lleva 73 años escribiéndolo. Desde la primera calculadora de bolsillo o la primera impresora de chorro de tinta, hasta el primer sistema de DVD reescribible, (DVD+RW) compatible con los reproductores DVD estándares. Inventos que hoy están presentes en todos nuestros hogares.

Es aventurado saber hoy cómo será el mañana, cuando estamos sumidos en una vorágine sin precedentes, donde cada minuto se generan 98.000 tweets, se descargan más de 23.000 aplicaciones, se venden más de 700 PCs, se infectan más de 230 ordenadores con malware, se suben más de 600 videos a YouTube, o hay un equivalente a más de 208 mil personas jugando a AngryBirds. Aunque es complicado, por no decir imposible, acertar sobre cómo será ese futuro tecnológico, sí que hay algo altamente probable que el futuro estará soportado por cuatro pilares, hoy ya presentes, pero que serán esenciales para ese futuro de la tecnología: movilidad como nunca antes la hubiéramos imaginado, el famoso cloud computing, la gestión de ingentes cantidades de información humana (BigData) y las máximas necesidades de seguridad.

El primer pilar es la movilidad. Todo lo queremos móvil. En el futuro seguiremos demandando servicios más y más complejos, disponibles en todo momento y donde quiera que estemos. El 90% de los consumidores tienen el móvil a menos de un metro de distancia las 24 horas del día. El 70% lo primero que hacen al levantarse es consultar su móvil. Con ello, veremos avalanchas de nuevos dispositivos y soluciones que permitirán facilitar aún más nuestras vidas móviles. La llegada hace unos días de Windows 8, como contaba en mi última columna, provocará una de esas importantes avalanchas.

La segunda gran tendencia es el cloud. Nuevos modelos de entregar servicios tecnológicos ofrecidos a través de internet. El cloud del que ya llevamos tanto tiempo hablando está arrancando con respecto a lo que va a llegar a ser. Puede facilitar una demanda ya generalizada: Infraestructura Anywhere [en cualquier sitio], Aplicaciones Anywhere, Información Anywhere… o mejor dicho….Servicios Anywhere. En un estudio que ha realizado HP prevemos que para el final de esta década, entre el 20 y el 50% de todos los servicios de IT serán proporcionados en cloud, fuera de los mecanismos tradicionales utilizados actualmente por empresas y administración.

Otro de los pilares presentes y futuros es el BigData. Nadie duda que seguirán aumentando los datos que nos rodean y que cada vez producimos más y más datos sin parar. Nuestras vidas digitales —todas nuestras fotos, videos, emails, SMS/whatsapps, etc— generan contenido digital sin tregua. Su gestión y extraer la mejor información de ahí será clave. Los problemas con los que nos vamos a enfrentar con el Big Data son dos: el problema Big debido a esas ingentes cantidades de datos que crecen casi un 60% anual, y el problema del Data , tratar con una información totalmente desestructurada. De hecho, el 90% de la información generada lo es en forma desectructurada o como me gusta llamarle, información humana , para la que los sistemas tradicionales (diseñados para datos estructurados) no están preparados.

Y por último, pero no menos importante, la seguridad. La importancia de las TIC en todos los ámbitos de la sociedad y la economía hace que los ciberataques sigan aumentando en el futuro y hay que estar preparados para ello. Las nuevas tendencias como el cloud o la movilidad (tabletas y teléfonos) continúan siendo una buena oportunidad de ataque malicioso. A esto hay que añadir la explosión de las redes sociales (que amplían el horizonte de los ciberdelincuentes), las ciberamenazas en las infraestructuras críticas (no todas suficientemente protegidas) o la adopción masiva de la tecnología (usada, tanto para la vida profesional como personal), hacen más que imprescindible abordar políticas de seguridad cada vez más potentes. Ahora y cada vez más, las amenazas son más sofisticadas, persistentes e impredecibles.

En definitiva, cada 7 ó 10 años, la tecnología experimenta un cambio tectónico, que establece nuevos modelos de negocio. Un cambio que transforma la forma en la que la tecnología es consumida y el valor que puede ofrecer. Un cambio que elimina inhibidores existentes, y que desata el poder de la innovación. Las cuatro tendencias anteriores están marcando, pero sobre todo marcarán, ese nuevo cambio tectónico para el que todos debemos de estar preparados.

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