Diario de León

cuardernos de campo

Vigilar desde el origen hasta el mercado con las recientes exigencias europeas es el nuevo proyecto de la empresa Certitec. Y a no se trata sólo de ir varios pasos más allá de la trazabilidad, ni de seguir al pie de la letra los registros de profesionales y procedimientos autorizados. Ahora hay que hacerlo además en tiempo real y con dispositivos móviles. Certitec lleva con tablets y smartphones la información a pie de planta.

Agustín Martínez Santos, director de Certitec, y parte de las instalaciones de la consultoría en Astorga.

Agustín Martínez Santos, director de Certitec, y parte de las instalaciones de la consultoría en Astorga.

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«Sólo nos falta tener clasificados uno por uno los pulgones que hay en cada planta», bromea Agustín Martínez Santos, director de Certitec. Puede parecer una exageración, pero en poco tiempo esa será la realidad de las explotaciones agroganaderas. En los últimos años la tecnología ha llegado al campo no sólo para mejorar la gestión, sino para implementar los procesos de control de la trazabilidad. Las nuevas exigencias dictadas por la Unión Europea a finales del año pasado dan un paso más allá en este control, y obligan a desarrollar nuevas herramientas tecnológicas que están llevando a su vez a una profesionalización cada vez mayor de los empresarios agrícolas y ganaderos. El relevo generacional es ya casi una imposición, junto con una concentración de las explotaciones que permita implantar nuevas tecnologías para cumplir en tiempo y forma con las crecientes exigencias de todo lo que tiene que ver con la cadena de alimentación.

La consultora astorgana ha recibido el encargo de desarrollar la herramienta para la gestión de los Cuadernos de Campo que a partir de ahora (en un plazo de aproximadamente dos años de forma completa) exige la legislación europea. «Es un proceso de gran complejidad. Los cuadernos de campo suponen la documentación de todos y cada uno de los procesos que han afectado por ejemplo a un cultivo, desde mucho antes de la siembra hasta que entra en la cadena alimentaria de los humanos».

Un proceso que va desde las explotaciones (hay que recoger información finca por finca, no sólo la empresa de cada productor) a las fórmulas de riego, el cultivo, la procedencia de las semillas, los fitosanitarios utilizados, las posibles plagas, los productos utilizados para combatirlas, la recolección, los procesos seguidos después, el traslado a las fábricas transformadoras,... Una larguísima cadena en la que nada puede dejarse ya al azar, ni al desconocimiento.

«Es también una herramienta para los productores, controlar todo el proceso con esta exahustividad hubiera evitado, por ejemplo, confusiones en crisis como la de los pepinos».

Las herramientas tecnológicas que ya se están desarrollando para hacer frente al rendimiento de cuentas en todos estos procesos tienen además a día de hoy una exigencia a mayores: la movilidad. Ya no valen los softoware avanzados desde los despachos, ahora tienen que estar apoyados y preparados para ser utilizados en cualquier momento y en cualquier lugar. Tablets y smartphones son los dispositivos desde los que empresarios, productores, técnicos y vigilantes están llevando a cabo, y lo harán cada vez en mayor medida, el control de toda la producción que acaba en nuestros supermercados».

Las aplicaciones que se desarrollan vuelcan así buena parte de sus esfuerzos en las conexiones en tiempo real. «Se trata de que si por ejemplo un productor detecta una anomalía, pueda fotografiarla y enviarla a un técnico o un instituto, que de manera casi inmediata pueda decirle qué hacer para controlar el problema».

«Este concepto, que va mucho más allá de la trazabilidad, es ya una exigencia además de muchos de los fabricantes. Cuando compran la materia prima buscan desde luego la mayor calidad, pero también necesitan que cada cosa que comercializan bajo sus marcas esté totalmente documentada y etiquetada, y pueda seguirse al máximo detalle en todos sus procesos, desde los productos con los que ha sido tratada a las fincas de donde procede, o los nombres de los técnicos que han dictaminado sus tratamientos».

Certitec, que está muy especializada en el campo de las nuevas tecnologías para empresas del sector agroalimentario y agroganaderas, ya desarrolló un sistema vertical de gestión de explotaciones que está implantado en el mercado. Es la empresa con mayor implicación en este tipo de desarrollos a nivel nacional, por eso ahora ha recibido el encargo de poner en marcha las herramientas para cumplimentar los cuadernos de campo. «Una herramienta que contemple un directorio o agenda de todo lo que se hace en cada cultivo y en cada finca de producción».

Certitec ha recibido el encargo de desarrollar el motor de software para toda España, a la vez que implementa procesos para que puedan seguir este tipo de controles también las empresas cuya actividad se mueve alrededor de las explotaciones agroganaderas, desde las fábricas de pienso hasta los productores de fitosanitarios, fertilizantes, transformadores de productos,...

Martínez Santos, que gracias a esta especialización sigue muy de cerca la evolución del sector agrícola y ganadero en España, advierte de que «las explotaciones tienen que gestionarse como empresas, que es lo que son. Y además como empresas que requieren un control mucho más estricto que otros sectores, porque forman parte de los alimentos que luego ingerimos».

El consultor insiste en que «la industria está mucho más profesionalizada de lo que acostumbrábamos, y el censo agrícola tendrá que reducirse aún más. Incluso hasta una décima parte de lo que es todavía hoy. Necesita concentrarse porque es hacia lo que va el mercado. Se requieren explotaciones grandes, y los jóvenes son conscientes de ello. Además, hacia ahí van todas las ayudas administrativas de transformación del sector. Hasta ahora cada productor llevaba su explotación, ahora tienen que ser profesionales en mucho más de lo que lo eran antes, y deben contar con asesores que además requieren estar autorizados en registros oficiales».

Un nivel de exigencia que no es fácil para el pequeño productor, y que expulsará del mercado a los agricultores y ganaderos de más edad. Para los que apuesten por seguir, las herramientas tecnológicas serán una baza imprescindible.

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