Ingeniería para la piel

Premio Extraordinario de Doctorado en Ingeniería Informática por la Universidad de León, Víctor González Castro está trabajando como investigador postdoctoral en la École Nationale Supérieure des Mines de Saint-Étienne (Escuela de Minas de Saint-Étienne) en Francia. En concreto, en un proyecto destinado a automatizar el diagnóstico de melanomas a través del procesamiento automático de imágenes digitales de lesiones y manchas en la piel. Este joven ingeniero informático destaca que el diagnóstico temprano de melanomas es determinante para evitar la mortalidad de pacientes con este tipo de lesión, por lo que su automatización puede ser de gran ayuda para dermatólogos, en especial teniendo en cuenta que no existe unanimidad entre los expertos en el diagnóstico manual.

Su tesis doctoral dirigida por los doctores Enrique Alegre Gutiérrez y Rocío Alaiz Rodríguez, se centró en los campos del procesamiento digital de imágenes y el ‘machine learning’ o aprendizaje automático. Destaca que el procesamiento digital de imágenes abarca muchas ramas; desde la mejora de su calidad o la modificación en las mismas (como, por ejemplo, las que se utilizan en aplicaciones como Instagram), hasta la extracción de medidas cuantitativas de que permitan caracterizarlas o describirlas. «El aprendizaje automático permite que una máquina tome decisiones en base a una serie de inputs», señala este joven ingeniero. Por ejemplo, aclara, permitiría generar un clasificador automático que devolviese la probabilidad de infarto en función de las mediciones de un electrocardiograma.

Víctor González Castro trabajó, entre 2007 y 2011, en el grupo de investigación Visión Artificial y Reconocimiento de Patrones (Varp) de la ULE en varios proyectos relacionados con estos campos, aunque el principal (en el que se centró su tesis) fue un proyecto en colaboración con un equipo de veterinarios, también de la ULE, que tenía como objetivo la evaluación automática de la calidad de muestras de semen de verraco para su posterior uso en inseminación artificial.

En concreto se centró en la estimación de la proporción de espermatozoides con acrosoma dañado o muertos en muestras de semen. El acrosoma es una membrana que rodea la parte anterior de la cabeza del espermatozoide que permite, entre otras cosas, la penetración del espermatozoide en el óvulo. Por lo tanto, una muestra de semen con una proporción alta de espermatozoides con el acrosoma dañado no sería apta para la fertilización. Tradicionalmente la estimación de la proporción de acrosomas dañados o de espermatozoides muertos se realiza manualmente, usando tinciones y microscopios con iluminación fluorescente, que tienen un alto coste. La utilización de las técnicas automáticas propuestas, basadas en el procesamiento de imágenes e inteligencia artificial, permite acelerar el proceso y abaratar los costes. Fruto de sus investigaciones, este joven ha incluido en el Registro de la Propiedad cuatro programas informáticos destinados a la clasificación de espermatozoides en función del estado de su acrosoma utilizando técnicas de visión artificial, reconocimiento de gotas distales en colas de espermatozoides mediante este método, otro para reconocer las gotas proximales y las cabezas de espermatozoide con colas de látigo.

Al mismo tiempo colabora con su antiguo grupo de investigación de la Universidad de León en el proyecto europeo Asasec, liderado por el Inteco, y cuyo objetivo es desarrollar una solución tecnológica para la lucha contra la pornografía infantil. En concreto, trabaja en un módulo centrado en la detección de objetos en imágenes o vídeos, que puedan ser relacionados con otros almacenados en archivos presentes en bases de datos policiales, incautados en diversas operaciones policiales contra redes de pederastia, lo que simplificaría la labor policial en la lucha contra estos delincuentes.