la chica que da guerra al cáncer

Tal vez algo le deba a sus tías, biólogas. Seguro a su madre, sus hermanos, sus compañeras de carrera y sus tutores de tesis. Y no, no se olvida de ellas, de «Sara y las chicas del Ibiomed». Por su ayuda, dice. En realidad, ella es la que más ha puesto. Es Premio Extraordinario de la Universidad de León y para eso no hay ayuda que valga.

Es su gran recomendación a quien empieza ahora una carrera. «Que luchen hasta el final por conseguir todo aquello que quieren, que no hay nada imposible que no se pueda conseguir con esfuerzo. Y que no olviden a quienes les han apoyado. Que nunca se rindan».

Es lo que hace ella con la investigación sobre el hepatocarcinoma, uno de los cánceres de hígado más frecuentes y también de peor pronóstico. Se llega demasiado tarde a su detección, cuando la terapia actual ya no es eficaz. A eso se dedica, a buscar sustancias o compuestos que frenen el avance del cáncer y a conocer cómo funciona a nivel molecular para dar con la diana terapéutica.

De momento lo hace en León, pero como casi todos los jóvenes que se dedican a la investigación en este país, tiene pensado, previsto, estudiado y temido irse a otro lugar. «Si las cosas no mejoran, la decisión más sensata para poder seguir dedicándome a esto es buscar fuera de España», dice. «Espero que las autoridades políticas se den cuenta de que el futuro y la prosperidad de un país dependen de las nuevas generaciones y del desarrollo científico y tecnológico y, por tanto, es ahí donde hay que invertir».

Lo enfermos de cáncer lo saben bien. Y los demás, también.