el talento se va a boston
Raquel Santiago Orejas.. Número 1 de su promoción en la facultad de educación, enseña español en el College of Holy Cross de Boston. El Cesic busca talentos en II edición de Innovaciencia. El Consejo Superior de Investigaciones Científi cas (CSIC) convoca la segunda edición de Innovaciencia, un certamen de ideas y proyectos de innovación para menores de 30 años. A Innovaciencia se pueden presentar —de forma individual o colectiva— proyectos científicos e innovadores relativosa cualquier área científico-técnica. El plazo para la presentación de los proyectos termina el 25 de abril. Las bases completas y toda la información en la web www.innovaciencia.es.
Se vuelve a Boston. Da clases de español allí desde hace un año. En el College of Holy Cross. Tiene 23 años y enseña a alumnos que tienen apenas un año menos que ella. A Raquel Santiago Orejas no le ha valido, de momento, ser número 1 en su promoción, Premio Extraordinario Fin de Carrera de la Facultad de Educación y una brillante alumna. No le ha valido, de momento, para encontrar trabajo aquí. Se ha pasado un año en Irlanda y ahora otro en Estados Unidos. En cambio, le ha servido para dedicarse a lo que más le gusta, a su gran vocación: enseñar.
«Estudié magisterio por Educación Física, me decidí por vocación. Suena a tópico. Y la verdad es que cuando empecé la carrera tuve mis dudas sobre mi futuro pero en el momento que entré en una clase a realizar mis prácticas supe que había elegido bien», recuerda. Y añade una pizca de humor. «También algo genético debe de haber… mi madre es maestra y mi padre también enseñó durante algunos años, por no mencionar otras personas de mi familia que son parte del gremio...».
Tal vez por eso, porque es su pasión, vive sin zozobras estar fuera del país trabajando.
«Mi proyecto es enseñar. Estudié para ser maestra y es mi objetivo. Enseñar en España o en el extranjero no me importa, lo único que sé es que quiero dedicarme a ello. Ahora es difícil hacerlo aquí pero espero que tras dos años de experiencia trabajando en el extranjero se me abran algunas puertas», dice.
Para cuando los tiempos mejoren, espera poder dar clases de inglés o educación física, su especialidad aunque de momento contempla su futuro inmediato como profesora de español para extranjeros... en el extranjero.
Se siente, como una gran parte de su generación, un tanto extraña. Sabe que han sido afortunados al recibir la mejor enseñanza de la historia y profundamente desafortunados por la falta de oportunidades para tener trabajo.
Agradece a su madre todo lo que le ha enseñado y no olvida sus prácticas en el Camino del Norte. Pero, especialmente, a los profesionales y amigos que ha conocido fuera de España. «Ellos abrieron mi mente a una nueva manera de trabajar», asegura rotunda.
Recuerda con nitidez el consejo que le dieron cuando empezó la carrera. «Me dijeron que me esforzará todo lo que pudiera, que al final todo tiene su recompensa. Después de unos años empecé a dudarlo y pensaba que lamentaría haber estado todas esas horas en la biblioteca y haber tenido una vida social poco ajetreada, pero resultó que gracias a ese esfuerzo he vivido dos experiencias increíbles en el extranjero, que han sido dos de los mejores años de mi vida. Así que a estudiar sin olvidar a los amigos, claro. Hay tiempo para todo, estudiar y amigos, es difícil, pero no imposible. Todo es importante. Así que ánimo y suerte a todos y todas», dice.
Va en un avión, camino de Boston.