entrevista. César Carralero. Director de Quality Objets
Gafas para reemplazar la vista
tienen sensores que transforman los obstáculos en sonidos que permiten a los invidentes esquivarlos. Funcionan conectadas a un teléfono con Android. U na persona invidente puede ir andando por la calle en paralelo a una pared sin utilizar el bastón, orientándose en su camino por la brújula, en la dirección a su casa, sin chocarse con bancos, o papeleras, e incluso esquivando ramas de árboles. Son las gafas sonoras ‘Retriever’, que se comercializarán en América en 2015 y cuentan hasta con un botón de emergencias.
‘Retriever’ genera una imagen sonora tridimensional del entorno utilizando unos sensores similares a los de aparcamiento que tienen algunos coches. Su giróscopo, la brújula y el detector de GPS permiten al usuario moverse por el espacio de forma segura, tal y como lo hacen los murciélagos en la oscuridad. Así define el funcionamiento de estas gafas para invidentes que suplen a la vista César Carralero, director de Quality Objects.
«En un principio, el proyecto estaba orientado a invidentes totales pero también queremos mejorar la calidad de vida de las personas con capacidad visual reducida, para quienes vamos a desarrollar un dispositivo similar sobre una gafa con cristales transparentes», revela Carralero.
El precio de las gafas, que se comercializarán en dos tamaños, no superará los 200 euros (unos 270 dólares) y podrán adquirirse en centros de visión especializados. El director de QO asegura que, en un futuro, perfeccionarán una versión especial para deportistas con escasa capacidad visual y «no descartamos utilizar las Google Glass para distintos desarrollos orientados a personas con visibilidad reducida o problemas de audición».
Después de un sencillo entrenamiento en el funcionamiento de ‘Retriever’, impartido por profesionales, las personas con problemas visuales pueden no solo evitar obstáculos en la calle sino también dirigirse a una ubicación concreta.
Además, el dispositivo cuenta con un botón de emergencias que, en caso de necesidad, conecta inmediatamente al usuario con un servicio de asistencia y rescate que funciona las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana. Un sistema de ayuda que puede ser muy útil para los usuarios de avanzada edad, dice el experto.
Las gafas, según explica César Carralero, son válidas para todo grado de ceguera. Los usuarios dispondrán de gafas opacas para personas con ceguera total —que son el soporte del hardware, batería y sensores y llevarán cristales oscuros— así como gafas transparentes —diseñadas de forma que el hardware no tape la visión— para aquellas personas que no tengan el 100 por ciento de ceguera.
En los modelos transparentes, las gafas llevan el hardware en las patillas, de forma que no ocupa espacio en la zona de la lente y podrán ser con cristales convencionales o sin cristales.