La conciencia del paciente
Sergio Núñez Moreno. .. Investiga la seguridad en los quirófanos de los enfermos anestesiados.
Se siente afortunado. Ha recibido una oferta de trabajo del Hospital del Bierzo para incorporarse en cuanto termine su formación. Sergio Núñez Moreno es residente de cuatro año de anestesiología en el Complejo Asistencial Universitario de León además de máster en Investigación en Medicina y uno de los alumnos brillantes de la Universidad de León.
Le avalan su esfuerzo y unas notas de media 9,29. Pero este joven investigador de 29 años empeñado en la mejora de la inducción anestésica, cuidados postoperatorios y manejo del dolor no está anestesiado ante la realidad laboral de este país. Lo sabe por el método comparativo. Los hospitales de Reino Unido y Chile le ofrecían salarios superiores a la media española. Pero, de momento, ha elegido quedarse aquí, en su tierra, cerquita de Villamartín del Sil, de donde es él y su familia.
Le gusta de la carrera que ha elegido que «engloba un manejo integral del paciente durante las 3 fases quirúrgicas, preoperatoria, intraoperatoria y postoperatoria, además de los cuidados críticos y la reanimación, así como el tratamiento del dolor crónico» pese a que sea «una especialidad muy desconocida incluso por los propios compañeros de profesión».
Su investigación pretende comparar dos dispositivos de última generación, denominados videolaringoscopios, utilizados para el manejo de la vía aérea con el fin de aumentar la seguridad del paciente en quirófano «ya que el manejo de la vía aérea sigue siendo la mayor causa de complicaciones anestésicas».
«El objetivo principal consiste en valorar la diferencia en tiempos de intubación entre ambos dispositivos. Entre los objetivos secundarios recogimos el número de intentos necesarios para llevar a cabo la intubación y valoramos la estabilidad hemodinámica, reflejada por la tensión arterial y la frecuencia cardíaca», señala. Un trabajo que está sólo pendiente de publicación.
A Sergio Núñez le gustaría seguir investigando pero, señala, «hay pocos incentivos y eso limita las líneas de investigación».
Quizá se ponga fin a tanto desatino y dejen a esta generación que tiene nuestro futuro en sus manos tenerlo de verdad.