Cerrar

I+D+i. Ordeñando las nubes

Un dirigible extrae y condensa el vapor de las nubes a dos km de altura para conseguir agua y energía eléctrica. S e llama ‘cloud power’ y extrae el vapor de las nubes y canalizarlo a tierra en forma de agua para utilizarla directamente o transformarla en energía. Podría ser la solución para la hipotética crisis mundial.

Publicado por
DANIEL GALILEA | MADRID
León

Creado:

Actualizado:

¿Es posible obtener agua pura y energía eléctrica directamente de las nubes, sin contaminar el medioambiente y de una forma rentable y ecológicamente sostenible? El ingeniero ruso Andrew Kazantsev y su equipo están a punto de conseguirlo por medio de un innovador sistema: un aerostato del que cuelga un malla condensadora de grandes dimensiones, la cual absorbe el vapor, lo condensa y lo transforma en gotas de agua, que se precipitan a tierra a través de un conducto. El tercer componente de esta tecnología denominada AirHES (abreviatura de ‘air hydroelectric station’, o central hidroeléctrica aérea) es un turbogenerador situado en el suelo, del que puede obtenerse agua fresca y limpia, o bien corriente eléctrica, ambas verdes como las llama Kazantsev, aunque lo correcto quizá sería blancas, debido a su fuente original.

Para Kazantsev, «la tecnología ‘cloud power’ (poder de las nubes), consistente en recoger el vapor y canalizarlo a tierra en forma de agua o para transformarlo en energía, podría ser la solución para la hipotética crisis mundial del agua que algunos expertos vaticinan que podría producirse hacia el 2050, si se sigue consumiendo este preciado líquido al ritmo actual, y cuando la demanda de este recurso natural llegue a superar su disponibilidad», según explica.

«AirHES es un globo meteorológico, como los que existen en la actualidad y que pueden subir a miles de metros de altura en el cielo, pero nosotros los dejamos a la altura de las nubes, donde utilizamos una gran colector, que cuelga del aerostato, y captura la humedad de las nubes que lo atraviesan. El agua recogida se envía a tierra por medio de unos conductos y la presión que acumula al descender sirve para generar energía eléctrica mediante un turbogenerador», explican desde la compañía.

El componente principal de este sistema es el ‘colector de nubes’: una malla que cuelga verticalmente en el aire y que atrapa la humedad en sus fibras. El agua capturada corre hacia abajo debido al recubrimiento especial en la malla, y llega —mediante canales y embudos— a un reservorio situado en la parte inferior del colector para, desde allí, bajar al suelo terrestre, señalan los inventores del sistema.

Según Kazantsev y su equipo, el mecanismo de elevación de los colectores AirHES es el aerostato o ‘Blimp’, básicamente un gran globo aerostático convencional para vigilar las condiciones meteorológicas y las temperaturas entre los 18.000 y los 36.000 metros de altura en la estratosfera, aunque —como explica Kazantsev— «sólo necesitamos elevarlo a unos 2.100 metros hasta a las nubes de nivel medio de la troposfera».

El turbogenerador se encarga de obtener agua potable limpia y pura proveniente del dispositivo aéreo.

Los desarrolladores de AirHES aseguran que «este sistema, a pleno rendimiento y expandido por todo el mundo, sería capaz, sería capaz de abastecer varias veces las actuales necesidades energéticas de la humanidad y de generar más electricidad que todas las centrales eléctricas que funcionan en la actualidad».

Para Kazantsev, «este dispositivo puede convertirse en una fuente casi eterna e ilimitada de electricidad y de agua limpia para beber y para el riego, en cualquier parte del mundo, donde haya nubes y un mínimo espacio de suelo, y podría utilizarse sobre cualquier superficie, incluyendo las extensas áreas de desiertos, mares y océanos».

«Asimismo, el AirHES dispone de una gran movilidad, lo que le permitiría desplegarse rápidamente, si fuera necesario, o incluso utilizarse en el transporte, por ejemplo, para el avituallamiento de la electricidad y agua potable de los buques oceánicos», añade el científico.

«¿Cuánto poder puede generar cada unidad de aire HES? Este sistema podría producir suficiente electricidad para abastecer una amplia gama de consumos, desde los kilovatios (kW) para teléfonos móviles u ordenadores portátiles, hasta los gigavatios (GW) capaces de energizar a grandes plantas industriales o tecnológicas ubicadas en la zona oceánica ecuatorial», explica Kazantsev.

«Según nuestros cálculos, teniendo en cuenta que en una condiciones promedio, 10 metros cuadrados de la malla de los colectores son suficientes para producir unos 1.000 litros de agua fresca y unos 180-200 vatios (W) de electricidad al día, una red de colectores fácilmente podría llegar a abastecer de agua y energía eléctrica a una ciudad de 100.000 habitantes», explica este ingeniero ruso, desde San Petesburgo.

Los creadores del sistema AirHES (http://airhes.com) aseguran haber desarrollado una fuente de energía renovable, limpia, barata y ecológicamente eficiente, capaz de abastecer de electricidad y de agua potable, no solo a las áreas empobrecidas, sino que podría expandirse y beneficiar a todo el mundo.

Consultado sobre qué tipo de efectos climáticos podría producir la manipulación artificial de las nubes por medio de esta tecnología, Andrew Kazantsev señala: «una sola unidad de AirHES produce unos efectos mínimos en el tiempo meteorológico, ya que prácticamente equivale a producir una lluvia artificial mediante el uso de la manguera».

«Por otra parte, el agua recolectada proporcionará energía, se utilizará para beber y para el riego, y luego se convertirá, de nuevo, en vapor para restaurar una nueva nube», añade.

Según Kazantsev, el efecto global de este sistema también sería mínimo porque para satisfacer todas las necesidades de la humanidad solo se necesitaría utilizar una parte muy ínfima, del orden de las centésimas, de las gotas de agua de las nubes destinadas a convertirse en lluvia de forma natural.

«Este sistema incluso podría tener efectos positivos en el medioambiente, ya que si se despliegan con inteligencia cientos de AirHES móviles, cada uno de ellos con la capacidad de generar megavatios (MW) de energía, se podría controlar el clima local, gestionar el riego y crear zonas de confort, incluso en el desierto, y yudar a prevenir la sequía, las inundaciones, los huracanes y tornados en ciertas regiones del globo», concluye Kazantsev.

Cargando contenidos...