Tecnología. supermochila voladora
Crean Un propulsor de uso personal para usar con piloto o por control remoto. E s un propulsor de uso personal, similar a una gigantesca mochila metálica, que despega y aterriza verticalmente, se suspende en el aire y lo surca con una enorme maniobrabilidad, capaz de volar con piloto o por control remoto.
«Cada representación del transporte del futuro, desde Buck Rogers —personaje de ciencia ficción— incluye un equipo personal de propulsión a chorro, así que ¿se pone en duda esta invención del inventor neozelandés Glenn Martin, que ha hecho realidad el primero propulsor del mundo de este tipo que resulta práctico, tras dedicar treinta años de su vida a desarrollarlo?
Así se refiere la revista «Time» al sistema de propulsión personal. Ahora, la compañía neozelandesa con sede en Christchurch, ha presentado su primer modelo de mochila voladora autopropulsada para uso de los servicios de emergencia, capaz de alcanzar velocidades de 74 kilómetros por hora, volar a una altitud de 250 metros, mantenerse en el aire un máximo de 20 minutos y cubrir una distancia de unos 30 kilómetros.
Este aparato, de 180 kilogramos de peso, tiene un depósito de combustible para 45 litros de capacidad y un ordenador que sirve de respaldo al piloto por si éste pierde el control del aparato, ya que posibilita que la mochila se enderece automáticamente por si sola y se mantenga flotando a la altitud a la que estaba. Además, está equipada con un paracaídas de emergencia que permite aterrizar a hombre y máquina con seguridad. Su piloto debe ascender a una altura de al menos 150 metros antes de comenzar a volar, para asegurarse de que el paracaídas disponga de suficiente tiempo para desplegarse en caso necesario y permitirle tocar tierra.
En todas las direcciones
La súper mochila voladora dispone de un asiento que mantiene en el lugar adecuado al piloto y está equipada con una jaula antivuelco, un reposa-pies y restricciones al movimiento de los brazos, así como una patas de aterrizaje fabricadas con materiales que absorben el impacto cuando la máquina aterriza.
La MJP dispone de palancas de control que, al girarlas su piloto, hacen que el aparato lo pueda ir hacia la izquierda o a la derecha y se mueva hacia adelante o hacia atrás, hacia arriba, hacia abajo o hacia los costados, y también permiten controlar su inclinación respecto de la tierra.
La posición, dirección y rotación de la mochila pueden ser controladas por un piloto a bordo o a distancia, desde otro vehículo volador cercano o desde tierra.
Al despegar, el artefacto es asistido por un equipo que ayuda a estabilizar cualquier desequilibrio y prevenir que la máquina vuelque cuando los ventiladores comienzan dar vueltas, y para aterrizar va perdiendo altitud poco a poco, al disminuirse el empuje ascendente de sus propulsores.
Este aparato construido con fibra de carbono, no utiliza un motor a reacción o ‘jet’, sino que lo propulsan dos ventiladores gemelos alojados dentro de sendos canales que generan el impulso de ascenso, y funciona con un motor de combustible de dos tiempos, al igual que una cortadora de césped o una moto pequeña.
Para Peter Coker, director ejecutivo de la compañía fabricante, aunque el primer modelo de MJP está destinado a la primera respuesta en casos de emergencias, se contempla el lanzamiento de distintos equipos de vuelo, para uso personal o profesional, incluidos los de uso militar, y hay en marcha planes para adaptar los futuros modelos a diferentes tipos de combustible.
Entre helicópeto y dron
«Este sistema volador es nuevo y novedoso, ha sido el sueño de muchas personas desde la década de 1960, y es mucho más que un juguete de lujo», explica Christine Gooding, gerente de Marketing y Medios de Comunicación, de Martin Aircraft Company, desde Christchurch (Nueva Zelanda).
Según Gooding, la Martin Jetpack fue concebida para salvar vidas y su primer objetivo es el sector encargado de dar una ‘primera respuesta’ a las situaciones de emergencia o peligro, en labores de búsqueda y rescate y en tareas que realizan las agencias de seguridad en las fronteras, los bomberos, la policía y las ambulancias.
Este aparato «también se puede utilizar en trabajos de recuperación en desastres naturales y para trasladar suministros o establecer comunicaciones con fines militares», añade.
Cuando lleva tripulante, podría compararse con el helicóptero Robinson R22 (www.robinsonhelicopter.com) aunquepuede entrar en lugares muy pequeños.