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ª1. El científico que lo logró

Antonio De Pedro LÓPez. Pertenece a una estirpe familiar de mentes brillantes. Busca fármacos.

Antonio de Pedro López en el laboratorio de la ULE.

Publicado por
SUSANA VERGARA PEDREIRA | LEÓN
León

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Quería ser científico y lo logró. Siempre le gustaron las batas y los laboratorios, desde pequeño quiso saber el porqué de las cosas, aprender algo cada día. Ese sueño infantil se ha cumplido. Antonio de Pedro López investiga en un laboratorio de la Universidad de León compuestos bioactivos para descubrir nuevos fármacos. O, como él dice, «el objetivo central de mi trabajo lo constituye la expresión heteróloga del último regulador específico de ruta en actuar en la biosíntesis del macrólido antifúngico pimaricina, el regulador PAS-LuxR PimM como herramienta para activar clusters biosintéticos de metabolitos secundarios en diferentes especies del género Streptomyces». Exige forzosamente una traducción al idioma del resto de los mortales.

De Pedro tiene uno de los currículum más brillantes de la Universidad de León. Impresiona leerlo. Licenciado en Biología por la rama fundamental, máster en Metodología de Investigación en Biología Fundamental y Biomedicina, autor de artículos científicos con su grupo de investigación, obtuvo un 10, sí, un 10, en su trabajo fin de carrera (permítame el lector que lo ponga tal como se titula, ‘Deregulation of the PAS–LuxR regulator PimM as a tool to activate dormant gene clusters’, algo así como ‘Desregulación del regulador PAS-LuxR PimM como herramienta para la activación de agrupaciones génicas durmientes’), premio extraordinario fin de máster, miembro fundador de la Asociación Cultural Bioma de la ULE para contribuir al desarrollo y promoción de la Biología en León, voluntario en causas humanitarias y sociales, melómano, miembro del Coro Ángel Barja del que forma parte de la junta directiva, y un tipo majo además. ¿Les he dicho que tiene 25 años?

Antonio de Pedro es un viejo conocido en la Universidad. Su familia. Concretamente sus hermanos. Todos alumnos brillantísimos. Todos expedientes sobresalientes. Ellos optaron por la ingeniería informática.

A Antonio de Pedro, paradojas de este país, le ha costado hacerse con una beca-contrato para pagarse sus estudios, lástima que esto no lo lea el ministro Wert. Él se siente afortunado, Antonio de Pedro, digo. «Son muchos/as los/as compañeros/as y amigos/as del gremio que están haciendo un doctorado sin ninguna ayuda económica. Otros/as tratan de buscar algún empleo de forma incansable. El resultado suele ser que algunos acaban trabajando de lo suyo, otros en empleos que poco tienen que ver con la carrera estudiada y en ocasiones no tienen éxito. Y de éstos, un buen puñado han tenido que emigrar al extranjero». Una crítica nada velada a la situación actual de los jóvenes en España, estén o no sobradamente preparados.

«Mi generación es una generación muy preparada a la que sólo le falta que le den la oportunidad de demostrar de todo lo que son capaces de hacer», dice.

Y, sobre el país, añade: «Existe una falta de confianza generalizada en nuestra generación y la crisis que nos ha tocado vivir no ayuda. Es triste ver cómo el talento y la educación invertida en nuestro país emigra para conseguir éxitos que se llevan otros países extranjeros. Si bien no veo mal que los investigadores salgan de España para aprender y formarse, es importante que se facilite el regreso de los mismos pero a día de hoy volver a España no resulta atractivo pues tiene más inconvenientes que ventajas».

Lamenta la falta de inversión en ciencia y tecnología ?«pues es invertir en futuro» aunque sabe que su futuro está «garantizado» al menos los próximos cuatro años gracias a la beca FPU. El futuro vendrá por sí solo.

Tiene claro, por encima de todo, su agradecimiento a sus padres y sus profesores, y de manera especial a su grupo de investigación: Javier Santos Aberturas, Tamara Díez Payero, Claudia Sofía Morgado Vicente y Eva García Barreales. Y, además, que quiere ser feliz.

«Es lo que todo el mundo buscamos de una forma u otra. Si lo que haces te hace feliz, vas por la dirección correcta. Sólo tienes que confiar en ti mismo. Arriésgate, pues el que arriesga, nunca pierde. No dejes que el miedo minimice tu potencial pues los fallos o errores son nuestros mejores maestros y son los que nos hacen crecer en la vida. Cuando intentas hacer algo, siempre vas a ganar experiencia sin importar si lo conseguido es un éxito o un fracaso, sin embargo, el que no lo intenta nunca obtendrá nada. Somos humanos y nos podemos equivocar, lo importante es detectar cual es el fallo, aprender de él y levantarnos pues estas lecciones vitales son las más valiosas que podemos recibir».

En fin, que se entiende que sea premio extraordinario.

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