Diario de León

I+D. Los marcapasos más minis

la empresa que inventó el primer marcapasos en 1958 ha desarollado el estimulador cardiaco sin cables. S e llaman Micra y NanoStim. Tienen el tamaño y la forma de una cápsula de medicamentos, pueden colocarse en el corazón a través de una de las grandes venas del músculo y son inalámbricos, a diferencia de los dispositivos actuales que llevan cables que pueden producir infecciones.

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PABLO GUTMÁN | MADRID
León

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Un marcapasos artificial consta de un generador de impulsos eléctricos y de un cable. Para implantarlo, se realiza una pequeña incisión al paciente debajo de la clavícula izquierda y se introduce el cable a través de una vena cercana, hasta la aurícula derecha o el ventrículo derecho, dependiendo del tipo de trastorno que se esté tratando. Posteriormente, cuando el cable está en el lugar adecuado —confirmado mediante rayos X— se conecta al marcapasos y éste queda alojado debajo de la piel. El procedimiento finaliza cosiendo la incisión (www.fundaciondelcorazon.com).

Pronto este tipo de procedimiento podría ser innecesario ya que, en su lugar, los médicos podrán usar unos nuevos marcapasos inalámbricos miniaturizados, lo bastante pequeños como para colocarlos en el corazón a través de los vasos sanguíneos, como las grandes venas del muslo, haciendo que la cirugía cardiaca sea menos traumática, según MIT Technology Review.

Los fabricantes de estos dos marcapasos explican que sus baterías durarán de 8 a 10 años a plena capacidad de estimulación, y que estos dispositivos están libres de cables o electrodos que se abren camino hasta el corazón, ya que se colocan dentro del propio músculo cardiaco y sus microgeneradores transmiten los pulsos eléctricos a través de minúsculos electrodos, que entran en contacto con las paredes cardiacas, según esta revista científica.

Ambos marcapasos recibieron, el marcado o marca CE, de Conformidad Europea, que indica que cumple con los mínimos requisitos en materia de seguridad de la Comunidad Europea, el modelo Nanostim en 2013, y el Micra en 2014, y ambos están considerados como dispositivos experimentales en EEUU.

St. Jude Medical, la empresa que inventó el primer marcapasos en 1958, ha desarrollado el marcapasos Nanostim, un dispositivo cilíndrico de menor tamaño que una pila triple A, que detecta la actividad eléctrica del corazón, lo estimula si es necesario y se comunica con un sistema de programación.

A diferencia de los marcapasos comunes, este dispositivo se aloja enteramente en el ventrículo derecho del corazón, no requiere cables y no provoca cicatrices ni un bulto permanente bajo la piel en el lugar donde se coloca, aseguran desde esta compañía (www.sjm.com) con sede en St. Paul, Minnesota (EEUU).

Un corazón sano normal regula automáticamente su frecuencia, pero algunos corazones laten con demasiada lentitud o de modo irregular y requieren un marcapasos para corregirlo, según SJM.

Los marcapasos unicamerales tradicionales requieren que el médico practique una incisión quirúrgica en el pecho para colocar el dispositivo en un bolsillo debajo de la piel. Luego, el médico implanta unos finos conductores recubiertos de aislante, los cables, que conectan el marcapasos al corazón a través de las venas, y administran los impulsos eléctricos que estimulan el órgano para que lata a un ritmo normal.

Sin complicaciones

Según SJM la incidencia de complicaciones en los marcapasos es de alrededor del 4 por ciento y, cuando se presentan, suelen afectar al bolsillo en el que está implantado el marcapasos, que puede infectarse, o a los cables, que pueden moverse de su lugar. Unos riesgos que se reducen con el Nanostim, con el que el bolsillo quirúrgico y los cables quedan eliminados, según esta compañía.

Para colocar este dispositivo, que pesa 2 gramos, tiene un volumen de 2 centímetros cúbicos y mide 42 milímetros de largo y 6 milímetros de diámetro, el médico introduce un catéter con el marcapasos dentro mediante una pequeña punción en la ingle y lo dirige hasta el corazón. Una vez dentro del corazón, el cirujano acopla el marcapasos sin cables a la pared junto al extremo inferior del ventrículo derecho, y luego retira el catéter.

En la gran mayoría de los casos, la intervención se realiza con anestesia local y dura alrededor de una hora. Una vez que lleva implantado el marcapasos, el paciente debe acudir a algunas consultas con el médico, quien puede ajustar el dispositivo mediante un programador.

Este dispositivo está disponible en Europa, donde ya se han efectuado implantes en el Reino Unido, Alemania, Italia, República Checa, Francia, España y los Países Bajos, y está pendiente de aprobación en Estados Unidos, según SMJ.

La compañía Medtronic (www.medtronic.com) también anunció en 2013 el primer implante en humanos en un paciente de Austria del marcapasos sin cables Micra TPS, y en 2015 diez hospitales españoles comenzaron a utilizar este marcapasos sin cables considerado, actualmente, como el más pequeño del mundo.

Con una décima del tamaño de los marcapasos actuales convencionales, el Micra se coloca directamente en el corazón mediante un catéter insertado a través de la vena femoral.

La principal ventaja del Micra TPS es que no usa cables que lo conecten con el órgano para proporcionar al paciente la terapia de estimulación, ya que está ‘unido’ al músculo cardiaco por medio de unas pequeñas patas y manda impulsos eléctricos a través de un electrodo colocado en el extremo del propio dispositivo.

Una vez colocado, el marcapasos queda enganchado a la pared del ventrículo derecho y puede recolocarse si es necesario.

«Por su tamaño y diseño, este marcapasos puede introducirse directamente en el corazón mediante un procedimiento mínimamente invasivo», dice el doctor Clemens Steinwender, jefe de Cardiología del Hospital General de Linz (Linz, Austria), donde se implantó este dispositivo por primera vez, como parte de un estudio clínico a nivel global.

«En contraste con el procedimiento actual de implante del marcapasos, el Micra no requiere efectuar incisiones quirúrgicas en el pecho ni crear ningún bolsillo debajo de la piel, con lo que se eliminan las posibles complicaciones derivadas del implante y también cualquier signo visible del dispositivo», indica el experto.

La Sociedad Española de Cardiología, SEC (http://secardiologia.es) hace hincapié en el avance que supone este dispositivo mínimamente invasivo disminuyendo las posibles complicaciones.

La SEC destaca que uno de los problemas principales de los marcapasos actuales son las infecciones por causa de los cables (endocarditis) y que este marcapasos, al no usar cables, elimina por completo la posibilidad que estos se rompan y disminuye el riesgo de infección y de hematomas.

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