el mercado de la seguridad

Las empresas que pretendan dirigir su actividad y su investigación al campo de la ciberseguridad deben tener también claro quiénes son los distintos estratos que demandan esta protección, y cuáles son los principales problemas que les aquejan. Según el estudio sobre las posibilidades de negocio en el sector realizado por el Incibe, en el caso de las administraciones públicas las preocupaciones se centran en el ciberespionaje y la sustracción de información; mientras que para las pymes y autónomos la oferta de bienes y servicios debería centrarse en el uso o la reventa de información privada, y las filtraciones no intencionadas.

También las grandes empresas y los operadores de infraestructuras críticas tienen prioridades, como es el ciberespionaje industrial, la interrupción de sistemas y la sustracción y venta de formación. Un mercado al que no son ajenos los ciudadanos, que pueden ser víctimas también de la reventa de información privada.

A la hora de atender a la cadena de valor, los clientes son desde las administraciones públicas a las grandes empresas y operadores de servicios críticos, además de las pymes y autónomos y los particulares.

Las ciudades inteligentes (smart cities) son otro de los polos de atención del futuro de la industria de la ciberseguridad, con un mercado mundial que está previsto que en 2020 alcance un valor de 1,5 trillones de dólares.

La integración personal y profesional de las redes sociales, y el flujo de datos que proporcionan a mecanismos diversos, será otro de los nichos de mercado de las empresas que destinen sus investigaciones a la ciberseguridad; junto con el incremento de las tecnologiás móviles, desde los dispositivos ‘wereable’ a los monederos móviles, la traducción de voz,...

Las redes 5G son otro campo por explotar, pero también por defender.