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robótica. evolución por revolución

La economía del conocimiento se vende como el recambio de la era tecnológica en la cuarta revolución industrial archa. E l maquinismo se vislumbró a principios del siglo XX como la liberación para el ser humano de los trabajos más penosos. La robótica barrunta la cuarta revolución industrial en el siglo XXI. El 43% de los puestos de trabajo están en riesgo de poder ser automatizados a medio plazo. Incluso ofrecen placer a través de robots. Pero al alcance de muy poca gente.

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ana gaitero | león
León

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Las profesiones relacionadas con la interacción humana y la creatividad son las que menos riesgo tienen de ser robotizadas. Y aunque una gran parte de los puestos de trabajo pueden ser potencialmente automatizados, apunta un informe de Caixa Bank Resarch, «no hay que confundir el potencial de robotización de la economía con la desaparición de los empleos. La tecnología destruye profesiones, pero no la posibilidad de trabajar».

¿Quiere decir que el trabajo, como la energía, no se crea ni se destruye; sólo se transforma? En España, en los años 70 el peso del sector industrial era del 34%. Actualmente no alcanza el 15%. La tercerización de la economía es una de las consecuencias de la globalización y deslocalización industrial. El precio de la energía, muy ligado a la preservación del medio ambiente, es otro de los factores más influyentes aparte del coste de la mano de obra.

Cuentan los gurús que el futuro reinventará el mundo laboral. «La automatización de las profesiones que conocemos hoy en día ofrece la posibilidad de reorientar la naturaleza del trabajo, liberando a los trabajadores para que puedan dedicarse a nuevas actividades en las que desarrollen su potencial, como ya hicieron el aspirador o la lavadora en el ámbito doméstico», apuntos los expertos.

Para afrontar los cambios tecnológicos, la cuarta revolución industiral, la formación se presenta como la herramienta no sólo apropiada sino imprescindible. «Cuando la tecnología avanza tan rápido que el sistema educativo no puede adaptarse al mismo ritmo, el paro y la diferencia salarial aumentan y, con ello, la desigualdad», explica el informe citado.

Ya estamos en período de ajuste, la crisis económica se ha ocupado de afianzar la desigualdad y la incertidumbre. Hay que subirse al carro de la innovación y la tecnología. «Nuevos materiales, software más potentes, procesos más eficientes y una enorme cantidad de servicios basados en Internet está cambiando la industria», comenta Rosa García, presidenta de Siemens España.

La transformación del mundo laboral que está produciendo la tecnología desde los comienzos de la máquina de vapor se centra ahora en la formación de profesionales con cualificación para programar, planificar, controlar y desarrollar los procesos. Nuevos materiales y un sin fin de actividades que ahora se realizan por Internet alientan nuevas profesiones en la era de la robótica. La economía del conocimiento no está a la vuelta de la esquina. Ya está aquí.

El maquinismo afianzó el liberalismo y el patriarcado. ¿Será la robótica una era feminista? Por ahora no lo parece. Ya hay quien promete placer con robots mujeres. Dice Vandana Shiva que las máquinas sólo han reportado ganancias a la gente que manda. Hay que pensar en ello.

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