educación. una enseñanza de premio
el departamento de dirección y economía de empresa de la ule innova al conectar a los alumnos con problemas reales de la sociedad. S oy joven, me estoy formando, pero ya puedo ayudar a solucionar problemas reales de la sociedad. Lo que estudio no es etéreo, sirve y posee aplicación en mi entorno. Con esas premisas, los profesores de Dirección de Empresa conectaron a sus alumnos con el mundo exterior para luchar contra el paro en una experiencia de ‘premio’ el 86% de los alumnos cree que mejoró sus habilidades orales, de búsqueda, análisis, reflexión y síntesis
¿Qué tienen que ver un universitario de Ingeniería Eléctrica o Industrial, con otro de Finanzas, Administración y Dirección de Empresas o Comercio Internacional? Aparentemente poco, pero todos ellos aprendieron a colaborar juntos y a nutrirse de las asignaturas dispares de esos grados para ayudar a 13 desempleados de San Andrés del Rabanedo y a otros 13 de Villaquilambre a plasmar un plan de empresa de éxito, que les aportara un futuro laboral.
La artífice de esas conexiones fue la profesora del departamento de Dirección y Economía de la Empresa, Almudena Martínez Campillo, quien, junto a otros cuatro compañeros (Pilar Sierra Fernández, Yolanda Fernández Santos, Constantino García Ramos y Luis Miguel Zapico Aldeano), pusieron en marcha el sistema Service-Learning el año pasado para combinar la mejora de la calidad docente y el éxito académico de los estudiantes con el compromiso social de la Universidad. Pusieron así la innovación docente universitaria al servicio del emprendimiento en la comunidad local, aplicando el método de Aprendizaje-Servicio en cinco titulaciones (cuatro grados y un master universitario) de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales y de la Escuela de Ingenierías de la Universidad de León. La idea logró el premio Consejo Social a la Innovación en la Enseñanza 2016, de la Universidad leonesa.
Según explica Martínez, «en tiempos de crisis como los actuales, cuando una gran parte de la ciudadanía se encuentra sin empleo y, lo que es peor, sin posibilidades de optar a él, una posible alternativa para afrontar esta situación es la creación de una empresa propia, que, además de generar puestos, contribuye al desarrollo económico y social de las zonas donde se implante». Una vez que el emprendedor tiene la idea de negocio, aunque ésta sea innovadora y con posibilidades de éxito, dar el paso hacia el autoempleo «no es sencillo», matiza. Surgen problemas para acceder a recursos humanos, técnicos y, sobre todo, financieros para la puesta en marcha de la nueva empresa. «Ante este escenario, un aspecto clave es que el potencial empresario sea capaz de demostrar la viabilidad de su iniciativa a través de un plan de empresa, imprescindible para organizar la idea de negocio y simular su viabilidad en el mercado», indica. Su elaboración suele entrañar dificultades para una gran parte de los emprendedores «por falta de formación, experiencia o, incluso, asesoramiento al respecto».
Una vez constatada la necesidad, la propuesta de Aprendizaje-Servicio consistió en prestar un servicio gratuito de apoyo a las personas interesadas en emprender un negocio. Para ello los alumnos de cada asignatura recibieron una formación inicial guiada con el temario por los profesores. Después comenzaron a trabajar sobre su parte concreta del Plan de Empresa (marketing, operaciones, recursos humanos y económicos-financieros). Cada semana el profesor fijaba una sesión de tutoría con sus estudiantes para supervisar el desarrollo de la experiencia y el aprendizaje. Tras esa labor, se convocó una primera reunión general para los cinco profesores y los 14 estudiantes implicados en la que, además de realizar un seguimiento del proceso, se constituyeron dos grupos multidisciplinares de siete universitarios que impartieron las conferencias-taller en los municipios de San Andrés del Rabanedo y Villaquilambre con una presentación de Power Point.
Ambos equipos trabajaron bajo la orientación y supervisión de una profesora-tutora y de otro docente que impartió una de las asignaturas relacionadas con una parte del Plan de Negocio, dentro del proyecto GEM (Global Entrepreneurship Monitor) promovido por la London Business School y el Babson College para el emprendimiento. Los tiempos y actividades a realizar, incluidos los ensayos de las conferencias, se efectuaron de forma interactiva con recursos tecnológicos. «Todo el trabajo fue sustentado en las nuevas tecnologías para compatibilizar cinco horarios de profesores y alumnos y para las comunicaciones entre los propios estudiantes de distintos grados. Iban ‘colgando’ sus avances en la materia», remarca Martínez.
De hecho para dar publicidad de las conferencias, se diseñaron carteles-gancho para los actuales y futuros emprendedores de ambos municipios, que fueron colocados por los estudiantes y el personal de los ayuntamientos en distintos lugares de afluencia masiva. También se difundieron en la web institucional de la ULE (unileon.es) y de los dos Consistorios (aytosanandres.es y villaquilambre.es), y en sus redes sociales.
Los objetivos del Service-Learning pasaban por lograr una mejor calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje en cada asignatura, debido a una mayor motivación, implicación y profundización en los contenidos por parte de los estudiantes, que deberían incrementar su rendimiento académico. También orientar la formación de los estudiantes hacia aquellas competencias que la sociedad exige actualmente a los profesionales, como las capacidades para resolver problemas reales, asumir responsabilidades éticas y sociales, realizar análisis críticos, trabajar en equipo, liderar un grupo, hablar en público, que contribuyen a incrementar su empleabilidad. Otro reto pasaba por promover un método docente que permitiera mejorar la coordinación y el trabajo en equipo de distintos profesores, su motivación y calidad docente, y establecer contactos externos para una red de relaciones generadora de beneficios para los implicados; y favorecer a la comunidad local en el marco de la responsabilidad social que tiene que asumir la Universidad, ayudando a los emprendedores del entorno a la hora de elaborar el plan de empresa. varios de los emprendedores ya han abierto con éxito su negocio.
«La experiencia fue gratificante para todas las partes, según han manifestado. De hecho este curso hemos dado un paso más para aplicar el método al ámbito de la mujer rural», afirma. El 92,8% de los alumnos aseguraron que la actividad fue útil para su formación, además de intelectualmente estimulante. También lo vieron como algo positivo profundizar en los contenidos de la asignatura (71,4%), y fortalecer su motivación e interés por ella (64,3%). Además, a un 85,7% de estudiantes les posibilitó ampliar sus conocimientos sobre el mundo de la empresa. La mayoría (un 85,8%) reconoce que mejoró su capacidad de búsqueda, análisis y síntesis; un 85,7% que ha perfeccionado sus habilidades de comunicación oral y un 78,5%, que desarrolló su capacidad de razonamiento crítico y reflexivo.
Por su parte, los profesores implicados piensan que la experiencia fue positiva o muy positiva para mejorar la calidad de su docencia y su motivación como profesores. Almudena Martínez opina que, sobre todo, se logró la transferencia de conocimiento de la Universidad a la sociedad y se incidió en los valores cívicos de los futuros profesionales.