Diario de León

Seguridad. El bazar del ciberdelito

Las nuevas tecnologías y dispositivos electrónicos se generalizan, diversifican e interconectan y surgen nuevos delitos. E l número de ciberdelitos perpetrados en el mundo va en aumento. Entre los más habituales figuran las estafas, el fraude en el comercio y la banca electrónica, y la usurpación de identidad. Otros son sorprendentes.

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RICARDO SEGURA | MADRID
León

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Pirateo de personas a distancia, copias no autorizadas impresas en 3D, delincuencia virtual en videojuegos... Son algunos de los ciberdelitos del futuro descritos por el criminólogo Christian Moreno, profesor y colaborador del Máster Universitario en Criminología de la Universidad Internacional de Valencia (España), VIU (http://universidadviu.com/).

Moreno ha elaborado el informe ‘Una mirada al presente y al futuro de los ciberdelitos’ (www.viu.es/investigacion) en el que hace una fotografía de la cibercriminalidad actual en Latinoamérica y Europa, y analiza ejemplos de la delincuencia en la red del mañana.

«El número de ciberdelitos perpetrados en todo el mundo va en aumento», señala Moreno, en referencia a lo que también se conoce como cibercrimen o ciberdelicuencia, e incluye a aquellas actividades que quebrantan la ley y se efectúan a través de internet con ordenadores o sistemas informáticos y electrónicos de todo tipo.

En América Latina son más comunes los cibercrímenes relacionados con el fraude en el comercio y la banca electrónica, la estafa, los fraudes, la extorsión y la usurpación de identidad, según este informe. En España son más frecuentes las estafas, los delitos relacionados con la corrupción de menores, revelación de secretos y amenazas y coacciones.

Este experto señala varios aspectos que favorecen la ciberdelincuencia: «La desaparición de fronteras, la irrisoria relación entre coste-beneficio al cometer un ciberdelito, el anonimato, y la hiperconectividad, ya que en breve habrá más objetos de nuestra vida cotidiana que personas conectados y todo lo conectado es potencialmente hackeable».

Al igual que en una tienda donde hay productos muy variados, en el ‘bazar delictivo’ del futuro habrá una gran variedad de canales y formas de delinquir, según este experto en criminología.

El informe explica que la internet profunda abarca todos aquellos recursos que están en línea y que los motores de búsqueda convencionales no pueden indexar ya que solo muestran el 0,003 de todos los recursos que hay en la red, «tanto es así, que este canal es 500 veces más grande que la red superficial a los que accedemos de forma habitual».

Según Moreno, este canal, aunque puede tener aplicaciones totalmente lícitas, se está convirtiendo en una herramienta de acceso a espacio para delincuentes donde existen verdaderos supermercados de delincuencia online, con material y servicios ilegales y fraudulentos, desde drogas hasta productos de lujo robados, falsificaciones o asesinos a sueldo2.

«El internet de las cosas —la interconexión digital de los objetos cotidianos entre sí y de estos con un sujeto— ha llegado para quedarse», dice Moreno. Cuando sueñe por la mañana, el despertador de la casa pondrá en marcha las persianas, ventanas, la cafetera, un canal de noticias e información de tráfico y una agenda electrónica.

«Aunque esto nos da muchas comodidades, también abre la puerta a nuevos delitos», según este criminólogo.

En breve «todos los objetos llevarán asignada una IP (número que identifica un dispositivo en una red) y todo se podrá controlar desde un mismo dispositivo, pero esto, a la vez, nos hace más vulnerables porque un ciberdelincuente puede tomar el control de todo lo que nos rodea accediendo ilegalmente a los sistemas o redes ajenos».

Cuanto caminemos por la ciudad con unas gafas, reloj o teléfono inteligentes, y cualquiera de estos objetos quede bajo control ajeno, el ciberdelincuente podrá activar la cámara para observar qué vemos, el GPS para saber dónde estamos y el micrófono para escuchar lo que decimos. También podrá tener acceso a la información almacenada en estos aparatos, según el informe de la VIU.

«Estamos frente a otra puerta a nuevos delitos ya que, si bien los dispositivos son los que realmente han sido pirateados, las personas que los llevan también estarían siendo pirateadas indirectamente», dice Moreno.

«En ocasiones, en espacios como los videojuegos, la línea entre lo real y lo virtual es prácticamente borrosa, y es donde se va a crear un caldo de cultivo propicio para el auge de nuevos tipos de delincuencia», añade.

Su informe analiza el mundo de los juegos online y concluye que «muchos jóvenes contemplan el mundo del juego como su primera vida y principal lugar de residencia, y su mundo real como algo secundario. Un mundo donde se radicalizan y donde es posible perpetrar todos aquellos delitos que no pueden tener lugar en la vida real».

«Hay que tener en cuenta que estos mundos virtuales cuentan con sus propias monedas que, igual que los bitcoins o mercadeando con ellas, pueden convertirse en dinero real, así pues demos la bienvenida a los nuevos delitos contra el patrimonio», explica.

Según Moreno ya están al alcance de todos las impresoras en 3D como ‘Cube’, que permiten imprimir cualquier objeto de plástico en minutos, y en la red existen diseños y tutoriales para utilizarlas sin ningún tipo de problema. Lo de la pistola impresa en 3D ya forma parte de la antigüedad digital.

La ciberdelincuencia va por países. Aunque los países grandes como Chile, Argentina, Ecuador o Colombia tienen un nivel medio de seguridad, aún se encuentran lejos de EEUU y Canadá.

«Colombia, Brasil y México son los países de Latinoamérica más vulnerables al ciberdelito ya que allí siete de cada diez ciudadanos ha sufrido algún delito o ataque relacionado con las nuevas tecnologías, mientras que España está a la cola de Europa en materia de ciberseguridad y es doble de insegura que países como Francia o Portugal», según Moreno.

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