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TIC. El aeropuerto circular

Es una gran pista con forma de anillo de la que despegarán y aterrizarán los aviones evitando vientos y turbulencias. E l tráfico aéreo mundial es cada vez más denso y, a medida que aumenta la cantidad de aviones que despegan y aterrizan cada día, también crece la congestión de las pistas de aterrizaje de los 4.130 aeropuertos del mundo. Este diseño sólo tiene ventajas.

Publicado por
RICARDO SEGURA | MADRID
León

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sUn equipo de investigadores europeos ha diseñado un nuevo concepto basado en una pista circular para solucionar la falta de capacidad de los aeropuertos que, según afirman, es la mayor limitación para el crecimiento del transporte aéreo. Es el proyecto ‘The Endless Runway’ o TERP, es decir la pista sin fin, impulsado por los centros de investigación aeroespacial NLR (Países Bajos), DLR (Alemania), Onera (Francia), Inta (España) e Ilot (Polonia), cuya viabilidad técnica ya ha sido demostrada, según explica el experto holandés en aviación Henk Hesselink.

Hesselink, coordinador de este proyecto (www.endlessrunway-project.eu) desde el Laboratorio Aerospacial Nacional NLR, en Amsterdam, señala que los proyectos tecnológicos actuales optimizan el uso de la capacidad aeroportuaria disponible pero, a menos que se siga un nuevo enfoque estructural, no permitirán triplicar el tráfico aéreo como está previsto que logren.

«Las limitaciones físicas en las operaciones de la pista, como la separación mínima que debe haber entre los aviones para que los vórtices de estela (turbulencia de aire producidas por los extremos de las alas) de uno no afecten al otro, y los vientos cruzados y de cola, hacen difícil mejorar el rendimiento de las configuraciones convencionales de aeropuertos», añade.

Según los autores del TERP, la pista circular puede generar un gran avance en la capacidad aeroportuaria, evitando las limitaciones físicas de las pistas convencionales al desplazar los puntos de despegue y de aterrizaje de cada aeronave siendo, además, sostenible para el medioambiente al reducir el uso del terreno destinados a infraestructuras, la contaminación y el ruido.

La pista circular posibilitará que un avión pueda operar durante los aterrizajes y despegues, independientemente de la fuerza y dirección del viento que sople en la zona, lo cual permitirá a los usuarios del espacio aéreo acortar la trayectoria de sus vuelos y optimizar sus rutas de salida y llegada.

«La dirección de las pistas rectas hace que las maniobras aéreas dependan de la dirección del viento, pero una pista circular permitirá que los aviones despeguen en cualquier dirección y tomen tierra desde cualquier dirección, encontrando siempre en el círculo un punto de aterrizaje o despegue ideal para tener solo el viento en contra y no cruzado», explica Hesselink.

En los aeropuertos convencionales los aviones usan las mismas rutas aéreas de acceso, lo que les obliga a mantener una distancia de separación para evitar las turbulencias de los vórtices de estela, pero la pista circular permitirá reducir la distancia que separa a los aviones que aterrizan y despegan. Otra de sus ventajas de esta configuración aeroportuaria es que disminuirá el tiempo que las aeronaves ocupan la pista.

El círculo de la pista, con unos 3 kilómetros de diámetro, será suficientemente grande como para alojar en su interior la infraestructura aeroportuaria, incluso la de un aeropuerto central, lo cual permitirá que el aeropuerto sea compacto y puedan utilizarlo los aviones de hoy en día, sin necesitar modificaciones estructurales significativas, apuntan los autores del proyecto.

El diseño está configurado por una pista circular con peralte (mayor elevación de la parte exterior de una curva en relación con la interior) en su cuyo interior discurren una serie de pistas secundarias que conducen a las terminales, hangares y otras infraestructuras aeroportuarias.

Según explica Hesselink, se han identificado tres condiciones diferentes en las cuales los aviones podrían aterrizar adecuadamente en la pista circular: con viento fuerte, viento suave y vientos cambiantes.

«Hemos investigado este concepto mediante simulaciones efectuadas en ordenador, en las que se estudiaron las aeronaves, el control del tráfico aéreo y el diseño del aeropuerto», asegura.

«El próximo paso que daremos consiste en los ensayos de vuelo. Los test aéreos en pistas circulares —con drones de alas fijas de hasta 300 kilogramos de peso— servirán para probar el comportamiento de las aeronaves en la pista de aterrizaje circular durante los despegues y aterrizajes, sobre todo bajo diferentes condiciones meteorológicas», según Hesselink. El siguiente paso consistirá en efectuar con los drones pruebas de los procedimientos de diversas emergencias aéreas, en entornos controlados y con situaciones programadas, durante las diferentes fases de los vuelos. Y luego, con aviones tripulados.

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