Diario de León

Un quijote 3.0 con nueva moneda

Toc, toc. ¿Está doña Conciencia Social? Que se despierte, soy Shelpin, una empresa leonesa que aprovecha las nuevas tecnologías para reescribir el mundo y hacerlo mejor desde las acciones cotidianas. Ya que somos consumidores, seámoslo desde la emoción, para que cada compra genere un dinero que se invierta en causas solidarias la base de esta industria es la minería, no de carbón, sino de encontrar las claves informáticas que validan las transacciones en la red

El FabLab leonés ha acogido diversas presentaciones sobre la tecnología Blockchain, cuya implantación en la provincia persigue Álex Casas.

El FabLab leonés ha acogido diversas presentaciones sobre la tecnología Blockchain, cuya implantación en la provincia persigue Álex Casas.

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León

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Como bien dijo el Quijote, «Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades». El leonés Álex Casas soñó con derribar molinos para cambiar el mundo en el que crecerán sus hijas y poder reconstruirlo con mayor solidaridad, emoción y confort. Al despertar, se subió en su ‘Rocinante’ y comenzó un periplo por el mundo que le llevó de Ucrania a Londres, Kiev, Munich y Madrid. Conoció una criptomoneda, el bitcoin, que está revolucionando la forma de realizar transacciones económicas en el Planeta, gracias a la tecnología Blockchain. Vislumbró que con esas herramientas virtuales, se podía llamar a la puerta de las marcas comerciales y de servicios para sugerirlas que donaran un porcentaje de las compras que realicen sus clientes para donarlas a las causas de las oenegés que elija cada comprador y dentro de un marco de total transparencia en sus acciones. «Es un círculo virtuoso perfecto de generación de bienestar», se dijo. Como el camino era largo, se buscó a un escudero, Leo Álvarez, un Sancho amigo de la infancia capacitado en e-learning y gestión de contenidos. Claro, cuando tú sueño encuentra un caldo de cultivo, se expande como la espuma. Juntos visionaron que se podía atajar el desmembramiento empresarial que sufría León, donde nacieron, e incluso cómo la ciudad de los Principia comenzaba a tutearse con las grandes capitales aupada por la tecnología emergente Blockchain. El escudero dejó que su señor continuara su prometedor proyecto. ¿Pero qué hace tan especial a esta ‘cadena de bloques’ para que Google, Yahoo, Linkedin, Microsoft y hasta los grandes bancos están invirtiendo en empresas emergentes (star-up) del sector?. La clave es que permite realizar transacciones financieras entre dos participantes de manera segura, confiable e irreversible, sin necesidad de utilizar un intermediario para establecer una relación de confianza entre las partes. Al eliminar intermediarios se produce un evidente ahorro de costes. Además, los datos de las transacciones (públicas, pero anónimas) son imposibles de falsificar una vez registrados. Tampoco se pueden borrar, y la base de datos contiene un histórico de todas y cada una de las operaciones desde la creación del Blockchain, una red sólo accesible a personas autorizadas.

Es verdad que comenzó a conocerse ligada a los bitcoins, pero posee otras aplicaciones, entre ellas, la más interesante, es para smart contracts. Son un tipo de ‘contratos inteligentes’ entre dos o más partes que son capaces de ejecutarse y hacerse cumplir por sí mismos, de manera autónoma y automática. El uso de la tecnología Blockchain en este tipo de documentos sirve para confirmar que el contrato ha sido cumplido sin tener que revelar información confidencial sobre ninguna de las partes ni sobre la naturaleza de la transacción. El emprendedor Alex Casas descubrió, precisamente, que con los smart contracts su empresa podría navegar a toda vela. Enlazaría a las marcas que quisieran ser socialmente responsables con los clientes y con las oenegés para que al comprar un pantalón o una falda en esas compañías asociadas se generara un dinero fiduciario que cada cliente dedicaría al proyecto solidario que más le gustara. Las misiones de las oenegés tendrían que ser concretas y medibles y el dinero quedaría bloqueado hasta que la organización demostrara que había cumplido el trato, momento en que se liberaría la cuantía. Casas explica que en un mundo de hipercompetitividad, donde ya se ha logrado producir mucho y con buena calidad, las marcas necesitan diferenciarse por algo, y la tendencia, el engagement, son las emociones. «Hay personas a las que la vulneración de los derechos infantiles les rompe el alma, a otras los atentados contra el medio ambiente, la discapacidad o el hambre. Existen cientos de causas y cada una hace un tilín a alguien. Por eso si un consumidor sabe que le van a devolver un dinero por sus compras en determinadas marcas que puede destinar después a ayudas, elegirá esas marcas, y en Shelpin facilitamos ese encuentro», matiza. Para este leonés, las opciones de desarrollo pasan indiscutiblemente por el sector tecnológico, donde se ha trabajado bien durante los últimos años. De hecho en la ciudad existe un ecosistema TIC consolidado, con la presencia de multinacionales como Hewlett Packard o Indra, y empresas locales de ámbito nacional e incluso internacional (Proconsi, Xeridia, Plain Concepts y Tecnosylva). Un ecosistema que se completa con el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe). Por eso pretende «coordinar los esfuerzos de los agentes económicos, políticos y sociales para el desarrollo económico de la provincia a través del posicionamiento en una tecnología emergente y con alto potencial de desarrollo como es Blockchain», señala. Una herramienta que necesita para su propia empresa y que está casi en pañales en la provincia. «Tenía dos opciones, o marcharme fuera donde hay grandes programadores de Blockchain o traer esa tecnología porque quiero quedarme en León». Casas se ha empeñado en formar a los estudiantes como base de desarrollo e implantación de Blockchain en los ámbitos tecnológicos, jurídico y de negocio. También en difundir esa tecnología y sus posibilidades al sector empresarial y de emprendimiento de León para identificar oportunidades de inversión y materializarlas; en generar las estructuras de apoyo a empresarios y emprendedores; y en mostrarla a la ciudadanía a través de su uso más conocido: el bitcoin, fomentando la utilización de esta criptomoneda en los leoneses y los comercios. Con ello está convencido de que se atraería inversión a León de start-up y se podrían revolucionar sectores estratégicos para la economía de León, como la industria agroalimentaria y logística, además de evitar la fuga de talento de la provincia. En su labor quijotesca, lleva más de un año contactando con políticos, sindicatos, instituciones como la Universidad, la Junta, la Diputación, ayuntamientos, Ildefe, Cel, Fele, Cámara de Comercio, asociaciones y empresas TIC para convertir a León en un Blockchain Hub. Traducido al cristiano significa ser un imán para el desarrollo de esta tecnología y para poder convertirse incluso en un Nodo. Los nodos mantienen copias constantemente actualizadas de ese enorme libro de cuentas Blockchain. Están ahí por altruismo o por conocer mejor la tecnología y así poder desarrollar aplicaciones sobre ella. Dentro de ellos destaca un subgrupo conocido como los mineros, que realizan en sí las operaciones trabajando 24 horas al día, siete días a la semana, para resolver problemas informáticos a cambio de una retribución en bitcoins. Todas las operaciones que se realizan en la red se van agrupando en bloques (blocks en inglés), y para validarlas los mineros deben encontrar una especie de clave informática llamada Hash. Se trata de fórmulas matemáticas que sintetizan en muy pocos caracteres una gran cantidad de información. No hay dos Hash iguales, y no se pueden modificar. Cada bloque cuenta con un Hash nuevo y con el Hash del bloque inmediatamente anterior, como una especie de sello de lacre. Todo va enlazado, de ahí la partícula chain (cadena en inglés). Cada vez que un minero encuentra un Hash válido (debe reunir una serie de condiciones), se lleva, tras la comprobación de al menos el 51% de los mineros, 12,5 bitcoins; al cambio actual, casi 30.000 euros. Así la cadena de bloques se actualiza constantemente, quedando los libros actualizados en los nodos. Parece un buen negocio: te vas a la cama dejando un potente ordenador trabajando y a la mañana siguiente tienes 12,5 bitcoins en tu monedero virtual. Para Álex Casas, en León puede funcionar esa ‘minería’, ya que existe una mano de obra cualificada (el año pasado más de 500 personas obtuvieron el grado de Ingeniería Informática y otras 1.000 trabajan en el sector TIC), la ciudad destaca ya como polo de desarrollo para la industria de los drones y la ciberseguridad, y dispone del superordenador Caléndula. Una nueva misión para un nuevo mundo en el que las criptomonedas crecen de valor hasta un 330% en sólo un trimestre.

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