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La metamorfosis del plástico

Como los náufragos, cinco desempleadas, separadas y con hijos tratan de salir a flote agarrándose a un bote, en este caso de plástico, gracias al proyecto de reciclaje que les ofreció el Ciami de Villaquilambre para transformar los residuos en increíbles piezas de bisutería. Con cada flor, mariposa o libélula que crean aupan su autoestima y se ven útiles el proyecto de innovación social recicla el plástico para realizar una curiosa bisutería

Con el plástico como base, cinco mujeres ligadas al Ciami de Villaquilambre han encontrado una actividad laboral, moldeando las botellas recicladas para crear bisutería con figuras de animales y flores. Su profesora es maestra de esmaltes y les enseñó téc

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León

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«Cuando tienes un sueño, cuando ese sueño lo compartes con otras personas, cuando esas personas son mujeres, mujeres en riesgo de exclusión laboral y debido a su condición de mujer, debido a la edad, al hándicap de ser madres, tiene que salir un gran proyecto de ese sueño, un modo de reinventarse, una metamorfosis. Y qué mejor modo de reinventarnos que creando un mini taller artesanal donde pretendemos crear piezas de bisutería y complementos de moda con materiales reciclados». Así describen Laura, Carmen, Patricia, Noemí y Leticia el proyecto que tienen entre manos para dar una nueva vida al plástico y a sí mismas. El año pasado siguieron un curso en el Centro de Información, Asesoramiento y Mujer de Villaquilambre (Ciami) encaminado a reengancharse al mundo laboral y hoy, en la sede de esa entidad, transforman las botellas en seres dispuestos a volar, como las mariposas, las libélulas o las golondrinas, que recortan y engarzan para ofrecerlas como gargantillas, collares, pulseras, pendientes, broches y anillos. También crean flores y plumas. Se trata de un proyecto de innovación social, a los que tan aficionado es el Ciami, que favorece el emprendimiento femenino y arrincona la marginación social que algunas de ellas sufren. Tras crear los hábitos de trabajo y repetir las acciones, han logrado un producto que les gusta y que ven que puede venderse. La comercialización es el segundo paso. Lo interesante es que el material que necesitan, el plástico, es relativamente fácil de obtener y la principal herramienta, sus manos.

Primero diseñan unas plantillas, las dibujan y recortan con tijera. Liman los bordes, pulen la pieza y aplican una pintura especial, sumando al colorido de los plásticos utilizados otros añadidos. «Están emocionadas», admiten desde el Ciami, porque han encontrado una «tarea creativa, que puede tener salida laboral, es novedosa y a nosotros nos permite trabajar ‘el fondo’ con el que llega el colectivo: madres con dos hijos, sin empleo y con separaciones complicadas, baja autoestima y dificultades para visualizar sus problemas y encontrar salidas». El proyecto de innovación social se ha bautizado como Metamorfosis por elección de las cinco participantes que aprecian las segundas oportunidades, saberse levantar y emprender un nuevo vuelo.

Con el plástico como base, cinco mujeres ligadas al Ciami de Villaquilambre han encontrado una actividad laboral, moldeando las botellas recicladas para crear bisutería con figuras de animales y flores. Su profesora es maestra de esmaltes y les enseñó técnicas de pintura y pulido. JESÚS

El reciclaje le está dando mucho juego al Centro de Información, Asesoramiento y Mujer de Villaquilambre para desarrollar iniciativas con futuro laboral e inclusión social. Otro proyecto que han desarrollado con éxito está vinculado a la ropa de la que nos aburrimos, la que sobra. La idea fue de Natalia Fernández Gómez, una emprendedora visionaria que soñó con un planeta más justo y solidario, con mejorar el medio ambiente e integrar a mujeres en riesgo de exclusión social, como las mujeres que acuden al Ciami. En ellas encontró a las colaboradoras necesarias para alumbrar a los Tribulanis. Se trata de unos juguetes artesanales, que se elaboran con textiles reciclados que provienen de sobrantes de confección industrial y de prendas usadas. Se venden también on-line (Tribulanis.com). El 10% de las ganancias se dedica a proyectos solidarios, a través de oenegés. Las integrantes del centro de Villaquilambre se encargan del corte y confección de esta curiosa saga marciana, a través del plan Entre Hilos, que fomenta su autoempleo a través de elaborar prendas de reciclaje con material de casa. Natalia Fernández imparte en el Ciami los cursos para que las mujeres puedan llegar a tener un trabajo con la costura, y ellas la ayudan a elaborar los muñecos. Actualmente manejan siete patrones diferentes, aunque los estampados no coinciden jamás. En su casa dispone de una máquina semiindustrial de hilada buena y otras tres que utiliza menos. En el Ciami, alguna mujeres llevan su propia ‘singer’ o se les presta una. Con este centro, están ideando preparar un producto artesanal y único que se impulse desde Villaquilambre. En un municipio con una creciente feria de emprendedoras, la concejala del área, Carmen Oláiz, se mostró «más que satisfecha del trabajo que se realiza con las mujeres que tienen intención de emprender un negocio, desde el primer momento, que es el de la motivación, hasta el último, que es la promoción de sus productos, pasando por la formación y todos y cada uno de los pasos que han de seguir, en los que las acompañamos encantadas». Las mujeres emprendedoras tienen una cita en el Ciami cada jueves, de 10.00 a 12.00 horas de la mañana, para reunirse, intercambiar experiencias y encontrar el apoyo preciso a sus negocios o proyectos, así como un blog. Además, el Ciami ayudó a seis emprendedoras rurales que han ido a la Universidad, o la Universidad ha ido a ellas, gracias al proyecto de Innovación Docente que coordinó Almudena Martínez Campillo. Treinta alumnos ejercieron de ‘coaching’ para que el empeño de estas mujeres cristalizara en empresas y sus ideas, en negocios de éxito. La inédita conexión funcionó y fue estimulante para los universitarios y para las trabajadoras. El Grupo de Innovación Docente para la Transferencia de Conocimiento Universidad-Empresa (Transcue), de la facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la ULE, conectó a los universitarios con seis emprendedoras de Villaquilambre, seleccionadas a través del Ciami, para ayudarlas en su proceso de creación de una empresa. La idea logró el premio del Consejo Social de la Universidad de Innovación de la Enseñanza, ya que los estudiantes salieron de su ‘zona de confort’ para enfrentarse a los problemas reales, los resolvieron y aplicaron lo aprendido en las aulas. Así tutelaron los sueños de mujeres que aspiran a vivir de sus ideas de negocio, en colaboración con la asociación de Mujeres Emprendedoras Zardinas, creada también en el seno del Centro de Información y Asesoramiento a la Mujer e Igualdad de Villaquilambre. Se trata de una experiencia de Aprendizaje-Servicio desarrollada el año pasado, dirigida a que equipos de universitarios de varias disciplinas pusieran los resultados de su aprendizaje en cinco asignaturas del ámbito de la Dirección de Empresas al servicio de un grupo de mujeres emprendedoras del medio rural. Específicamente, en la actividad participaron un grupo de estudiantes de los grados en Administración y Dirección de Empresas, Comercio Internacional, Finanzas, Ingeniería Eléctrica y del Máster Universitario en Ingeniería Industrial, así como las emprendedoras María José Alonso, Rosa Gallego, Clara García, Ana Guerrero, Iria Arangunde y Gloria Rodríguez, que están colaborando en un proyecto de negocio común. Las participantes reconocen que los jóvenes las ayudaron mucho, sobre todo, a ver por dónde se obtenía la rentabilidad. Llegar a ser individuos socialmente responsables, que colaboran con su comunidad, y ayudar a que la mujeres alcancen sus metas laborales son objetivos que el Ciami se ha marcado a fuego.