NÚMEROS 1
Desde Brasil al corazón de León
Osvaldo Costa Moreira. Premio extraordinario de la ULE, ha investigado el impacto del entrenamiento en personas mayores.
Su currículum no cabe íntegro en esta página. Tampoco su experiencia de vida. Dejémoslo resumido en que es licenciado en Educación Física por la Universidad Federal de Viçosa (Brasil), máster en educación Física, máster en Innovación e Investigación en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, investigador de Bases Biológicas de la Actividad Física y la Salud, premio extraordinario de la Universidad de León, dos veces premio extraordinario en Brasil, profesor en el Instituto de Ciencias Biológicas y de la Salud de la Universidad Federal de Viçosa, colaborador del departamento de Fisiología de la Universidad de León y el primer miembro de su familia en estudiar en una universidad pública, «que en Brasil, son reconocidamente las de mejor calidad», explica Osvaldo Costa Moreira, un brillante miembro de la comunidad universitaria de la ULE y «un leonés de corazón».
Pero hay algo más que contar de él.
«Vengo de una familia simple y pobre de Brasil. Soy el segundo hijo —tengo una hermana mayor— de un padre mecánico de taller y una madre ama de casa. Los dos tuvieron poca oportunidad de estudiar, mi padre estudió cuatro años de su vida y mi madre seis. Así, que fui inspirado e incentivado por mis padres y mi hermana a estudiar. Tuve ayuda de una tía que tiene una situación financiera mejor y así conseguí llegar a la universidad pública», cuenta casi telegráficamente.
Este brasileño con corazón de León, voluntad a prueba de exámenes que echa de menos su vida leonesa, a sus amigos de aquí que le hicieron también de profesores de idiomas y la tranquilidad de esta ciudad, ha investigado el impacto del entrenamiento en personas mayores.
«La autofagia es un sistema de defensa del organismo contra genes y proteínas mal formados o dañados que, cuando se acumulan en el organismo, pueden promover el mal funcionamiento de órganos o células, estando asociados también con el desarrollo de algunas enfermedades como Parkinson y algunos tipos de cáncer. Así, en una persona saludable, la activación de la autofagia puede proteger el organismo contra las posibles acciones adversas causada por esta acumulación de proteínas o genes mal formados o dañados. Específicamente, en el músculo, la mitocondria ejerce un papel fundamental en diversas funciones celulares. El mal funcionamiento de las mitocondrias también está asociado al desarrollo de algunos problemas para la salud. Cuando envejecemos, los niveles de mitofagia disminuyen y la probabilidad de desarrollar alguna enfermedad aumenta. Sin embargo, investigaciones realizadas con animales demostraron que los animales ancianos que fueron sometidos a programas de ejercicio tuvieron una mayor activación de las proteínas señalizadoras de la mitofagia. La investigación ha permitido demostrar que en personas mayores de 70 años que participaron del programa de entrenamiento de fuerza tuvieron incrementos en sus niveles de fuerza en los brazos y piernas, podían caminar más rápido, sostener más carga con los brazos y tener más facilidad a la hora de levantarse y sentarse de una silla, un pequeño incremento la masa muscular y ligera reducción en la grasa corporal y empezaron a producir más mitocondrias, los que puede indicar mejor funcionamiento de sus células musculares, además de aumentar los niveles de mitofagia».
Ahora, este investigador que lamenta la fuga de cerebros de España por falta de oportunidades, tiene 86 publicaciones en revistas científicas, le gustaría trabajar para mejorar la calidad de vida de pacientes con sida o cáncer, está terminando su doctorado en la Universidad de León y ampliando su formación en la Universidad de Tampa, en Estados Unidos. Compagina todo con su trabajo de profesor de Fisiología Humana y del Ejercicio en Brasil, y no olvida León.