Informática para África

Cuenta que su padre tenía un cibercafé y que los sábados pasaba las tardes con él en el taller, arreglando ordenadores. Ahí se aficionó a la informática, recuerda.

«Cuando crecí, me di cuenta de que muchos de los problemas que tenemos en África se pueden solucionar con la tecnología y con mejores sistemas de información», anuncia Herve Muneza casi nada más empezar la entrevista, que se hace online.

«Por eso ingresé en el grado de Ingeniería Informática», explica. Obtuvo una beca Erasmus Plus de la UE y fue admitido en la Universidad de León. Allí ha hecho el master y un montón de amigos.

«Perdón por mi español», se disculpa. Lo domina.

Ahora trabaja como consultor tecnológico en la empresa Deloitte en Mozambique, donde ha crecido, aunque él nació en Ruanda. No pudo elegir. Tuvo que regresar a su país. «Fue una de las condiciones de la beca», recuerda.

Y quizá tampoco se hubiera quedado. Herve Muneza tiene vocación de ayuda. De ayuda a un continente entero. Lo ha explicado al principio de la entrevista. Y aunque en Mozambique está reconocido —«el mercado mozambiqueño es muy competitivo y se valora mucho los títulos de máster», explica—, le gustaría salir del país, seguir formándose, hacer un doctorado y dedicarse a la inteligencia artificial y a big data. «Hay mucho desarrollo en el área de computación y muchas tecnologías emergentes en las que me gustaría trabajar», cuenta. La robótica y la visión por ordenador son sus otras pasiones.

Mantiene el contacto con León. Y sabe por sus colegas que «hay muchas incertidumbres sobre el futuro en España».

Sus estudios en la Universidad de León le han permitido acceder a puestos de trabajo donde aporta soluciones. Primero como desarrollador de sistemas informáticos en el mayor banco de Mozambique y luego como consultor TIC en Deloitte.

Logró junto a dos compañeros el primer premio en la I Edición Hack2Progress organizado por CIC Consultoría Informática coordinado por la Universidad de Cantabria y ahora tiene una oferta para realizar un trabajo de investigación en robótica.

Su padre le enseñó a elegir un objetivo y cumplirlo, y a Herve Muneza eso no se le ha olvidado nunca. «Fue una de las lecciones de mi vida, con dedicación puede todo», recuerda.

Sabe que pertenece a una generación afortunada, «con muchas oportunidades, que ha podido viajar fácilmente, obtener información e intercambiar ideas», dice. «Una generación que tiene oportunidad de hacer mucho más que otras generaciones anteriores», añade. Y eso, a Herve Muzena tampoco se le olvida.