Engranajes de airbus con acento leonés
J esús González Cidón es una de las caras visibles de Airbus. Apasionado de su trabajo y de todo lo que tenga que ver con la aeronáutica, se formó en la Universidad de León, desde donde dio el salto a varias multinacionales donde no ha dejado de aprender y desarrollarse como profesional recopila de todos los departamentos de airbus la información necesaria para la configuración del avión y concretar su mantenimiento «león tiene grandes empresas que se dedican a la innovación como hp o indra, pero todavía está a años luz de las grandes ciudades»
Lo de los motores lo lleva en la sangre. Desde pequeño sintió una irremediable atracción por todo lo que oliese a gasolina. El automovilismo ha sido siempre uno de los grandes hobbies de su padre y su hermano, quienes restauraban coches y motos clásicas. Por eso no es de extrañar que el leonés Jesús González Cidón siguiese los pasos familiares y se decidiese por dedicar su vida profesional a la ingeniería, tras la huella también de su hermano. Éste es el principio de la historia Jesús González, uno de esos leoneses con talento que ve cómo su vida profesional se desarrolla a pasos de gigante. Actualmente, es responsable de Reference Data del programa L&M (Light and Medium) de Airbus. Su trabajo consiste en recopilar la información de los diferentes departamentos como son la configuración del avión, las tareas de mantenimiento que debe realizar en servicio o los materiales y herramientas que necesitará para llevar a cabo la misión. Ahora, además, está inmerso en el trabajo que requiere el gobierno canadiense, un nuevo cliente que ha adquirido 16 aviones C-295 y debe negociar la gestión de la logística y el mantenimiento de la flota en servicio una vez entregada. Esto le supone viajar constantemente a Otawa para concretar los términos del contrato, al tiempo que prepara nuevas ofertas para otros clientes como Nueva Zelanda, interesada en añadir nuevos aviones Airbus a sus flotas.
Allí lleva ya tres años, pero la historia de González Cidón comenzó en León. «Mi sueño desde que era un niño fue convertirme en ingeniero mecánico o aeronáutico», explica. Un sueño que se convirtió en realidad sin tener que salir de casa «gracias a la universidad de León». Pero decidió ir un poco más allá y se embarcó en una beca Erasmus para aprender un nuevo idioma con el que poder ampliar su currículum. ¿El destino elegido? La Universidad de Beira, en la ciudad de Covilha, en Portugal. «Creía que el portugués me podría resultar muy útil en el panorama aeronáutico en Brasil, pues es uno de los sectores más importantes», explica.
Fue un año «increíble» durante el que adquirió un buen dominio del portugués y tras el que regresó a León. Una vez aquí, realizó unas prácticas a través de la Universidad de León (ULE) en Indra «la mejor empresa tecnológica a nivel nacional» donde según cuenta el propio Jesús González, coincidió con «grandes profesionales» junto a los que comenzó a poner en práctica sus conocimientos como ingeniero. Durante este tiempo, realizó simuladores de vuelo de aviones de marcas tan prestigiosas como Airbus o Boing.
Algunos de los aviones con los que ha trabajado el leonés Jesús González Cidón.
Cambio de destino
Por aquel entonces, poco imaginaba a dónde iba a llevarle el destino y el final del proyecto y la falta de crecimiento profesional pusieron fin a una etapa que duró dos años.
«Me considero una persona muy ambiciosa y eso me llevó a tomar una decisión difícil como dejar a mi familia, mis amigos, mi pareja y, sobre todo, mi tierra, para relanzar mi carrera», relata González. El destino elegido fue la ciudad suiza de Zúrich. Alli podría aprender alemán y quizás entrara en el sector automovilístico del norte de Europa. «Pero la vida me sorprendió a los seis meses de estar allí y me salió una oferta de la consultora americana Accenture para trabajar en madrid como ingeniero para Airbus».
Desde entonces y durante dos años se dedicó a recopilar todos los datos para la logística y mantenimiento del gran avión de transporte de la compañía, el A400M. Y llegó una nueva oportunidad, «la oportunidad de mi vida: poder entrar a formar parte de la plantilla de Airbus».
Ahora trabaja de lo que siempre quiso y recuerda con nostalgia su paso por la Universidad de León, «una de las mejores de España con carreras tan importantes y reconocidas como Veterinaria, Derecho, Bilogía, Biotecnología Industriales o Ingeniería Aeronáutica». De esta última, la que estudió, asegura que tiene en León el mejor escenario de todo el territorio nacional, «pues disponemos de la base militar de La Virgen del Camino, donde realizamos todo tipo de prácticas, un privilegio del que disponen pocas universidades del país», afirma. Sin embargo cree que León, que tiene «grandes empresas» como HP, Indra o Incibe que aportan valor añadido a una ciudad pequeña, todavía está «a años luz» de las grandes como Madrid o Barcelona. «Indra, por ejemplo, apuesta mucho por la innovación, pero es un sector muy enfocado a la informática, por lo que los aeronáuticos no encajamos mucho en los perfiles que necesita», argumenta González Cidón. Por eso, apuesta por que las empresas se dispersen por toda España, no sólo en las grandes ciudades «para que no tengamos que irnos de León para ejercer de aquello que hemos estudiado». Una eterna reivindicación que, al menos de momento, no se cumple en la provincia. Se declara un enamorado de su trabajo. «Tengo una visión general de todos los departamentos, de toda la configuración del avión, de todo lo que necesita para realizar el mantenimiento. Soy la cara visible del cliente, puedo viajar y, además, tengo el privilegio de trabajar en una de las mejores empresas del mundo en el sector aeronáutico», resume.