La alternativa. Los puntos débiles
Aunque parezca que los coches eléctricos van ganando terreno, sólo uno de cada cien vehículos que se venden en el mundo es eléctrico. Y eso que al 78% de los españoles les gustaría conducir un vehículo eléctrico en sus desplazamientos habituales, aunque solo el 6% lo ha conducido (encuesta Alphabet de renting de 2016).
El elevado precio, la autonomía limitada de la batería y la escasez de puntos de carga son los puntos débiles del coche eléctrico y los motivos por los que no hay una mayor demanda. La situación va cambiando: la autonomía actual puede llegar a los 350 km, hay puntos de recarga disponibles en centros comerciales, aparcamientos públicos, estaciones, se puede dispone de uno en el propio domicilio y hay más de 3.800 puntos de recarga eléctricos repartidos por España. Las compañías eléctricas pretenden además aumentar el número, instalando un punto de carga rápida en las autovías cada 100 kilómetros como máximo.
Los expertos creen que estas medidas, unidas a las nuevas normativas que se están firmando en las principales ciudades, que solo permitirán el acceso al centro urbano de vehículos de emisiones cero o Eco, fomentarán la adquisición de estos vehículos.
Según datos de AXA Partners, en los dos últimos años la causa principal de averías en coches eléctricos fue la descarga de la batería de servicio (12V) y la incidencia en la recarga de la batería de Alta Tensión (punto de carga en mal estado, cable defectuoso…) que representaron un 60% de las incidencias. Otros motivos fueron problemas en el funcionamiento del motor, con un 5%, y fallos que podrían ocurrir en vehículos tanto eléctricos como de motor de combustión: pinchazos en ruedas, reventones de neumáticos, colisiones y otros accidentes. Además, es necesario contar con redes de grúas expertas ya que se requiere de una preparación especial para remolcar esta clase de vehículos.