Cómo conseguir injertos de éxito
Es una de las técnicas agrícolas más antiguas y extendidas, pero también más inexplorada. Carlos Frey analiza las paredes celulares y busca marcadores tempranos de unión. La prestigiosa revista ‘Plants’ ha publicado sus avances
«Las plantas son una caja de sorpresas. Para mí es un tema fascinante. Cómo es posible que dos organismos diferentes se combinen en uno solo. Es algo que me parece asombroso. Y me encanta investigarlo». La práctica del injerto no es desde luego una novedad para Carlos Frey Domínguez, que en su Cacabelos natal y en su familia tiene un amplísimo ejemplo de la utilización de esta técnica agrícola centenaria. «Tenemos muchos cultivos injertados, desde castaños y cerezos a vides o almendros». Técnicas ancestrales y poco conocimiento científico a nivel internacional. Por eso este biólogo por la Universidad de León, Premio Extraordinario Fin de Grado, master en Investigación en Biología Fundamental y en Biomedicina, becado para la Formación de Profesorado Universitario (FPU) e investigador en su tesis de doctorado en las áreas de Fisiología Vegetal y Biología Celular de la ULE decidió ahondar en los secretos de las células que hacen que un injerto sea un éxito o un fracaso. Las aplicaciones son múltiples, más allá de la productividad. Por ejemplo, permiten avanzar en la mayor resistencia de las plantas ante factores ambientales como las sequías o evitar la utilización innecesaria de agroquímicos.
Un trabajo de colaboración entre dos áreas de la Facultad en el que intervienen el doctor Rafael Álvarez Nogal, del Área de Biología Celular, y «los que son mis dos directores de tesis, el doctor José Luis Acebes Arranz y el doctor Antonio Encina García, del Área de Fisiología Vegetal».
Los primeros avances de la tesis doctoral de Frey han sido publicados en la prestigiosa revista Plants, «una revista Q1, que está entre el 25% de las mejores revistas de ciencias de las plantas. Es mi primera aportación científica en forma de artículo al campo de la investigación en el que trabajo, y es una publicación de alto impacto en categoría y de acceso abierto».
El artículo de investigación: publicado se titula Histological Changes Associated with the Graft Union Development in Tomato (Cambios histológicos asociados al desarrollo de la unión de injerto en tomate).
Un comienzo muy prometedor para este joven investigador, que resume sus objetivos en «arrojar luz sobre cómo las plantas que forman el injerto regeneran sus tejidos para fusionarse en una sola. Eso servirá de base para ahondar a nivel molecular en lo que sucede durante el injerto. Ojalá nos permita identificar marcadores tempranos de fracaso de los injertos. Incluso diseñar tratamientos que mejores la tasa de éxito de esta técnica».
El biólogo explica que el injerto, «la unión de dos plantas en una sola, es una técnica agrícola empleada desde la antigüedad. Actualmente se emplea en una inmensidad de cultivos con diversos fines, desde la propagación vegetativa de variedades hasta combatir estreses ambientales, como la sequía o la salinidad del suelo; o estreses bióticos, como infecciones fúngicas o bacterianas. También para aumentar el vigor de las plantas y por tanto su productividad».
Una técnica que se utiliza en los cítricos, las vides, las cucurbitáceas (melones, sandías, calabazas, etc) y las solanáceas (tomate, berenjena, etc). «La especie con la que trabajamos es el tomate. Lo hemos escogido porque es uno de los cultivos con más interés agroalimentario del mundo, porque España es un gran productor y porque actualmente el injerto es una técnica casi indispensable en los grandes invernaderos de este cultivo». Aunque su primera intención fue analizar los injertos en las vides (que además son obligatorios legalmente), por la trascendencia que tienen para la economía del Bierzo.
En todos los casos, «para que un injerto funcione las partes de las plantas que participan en él deben reconocerse, unirse y desarrollar una compleja respuesta de reprogramación celular que les permita fusionar sus tejidos vasculares de forma efectiva. Nuestro proyecto atiende a este proceso, es decir, estudiamos en profundidad y detalle cómo se establece un injerto. Además, también estudiamos el proceso en combinaciones de plantas que no son capaces de unirse, o que cuando se unen forman injertos de baja calidad, lo que nos permite comparar cuáles son los factores críticos. El objetivo de fondo es poder establecer marcadores tempranos del éxito del injerto y conocer qué factores principales son los que afectan al mismo, para poder desarrollar y validar tratamientos que mejoren sustancialmente su éxito».
Frey reconoce que los objetivos que se han marcado en la investigación son ambiciosos. «Estamos dando un gran paso para arrojar luz sobre cómo se desarrollan los tejidos durante el establecimiento del injerto. Hemos observado que son los meristemos laterales (unas células madre que permiten crecer a los tallos de las plantas) los que orquestan la respuesta celular para la reconexión, pero no los únicos participantes. Además, aquellas combinaciones que no funcionan, presentaron una respuesta exacerbada a la herida, depositando moléculas de defensa en la zona del corte, mientras que las combinaciones que funcionaron, unieron sus células engrosando sus paredes celulares (la pared celular es la estructura más externa de las células de las plantas y que puede tener diferentes grados de rigidez)».
El investigador señala que la principal innovación que aporta su tesis es precisamente analizar científicamente el proceso del injerto. «Se trata de un tema sobre el que aún se desconocen muchos aspectos, especialmente a nivel molecular. Cuáles son los mecanismos que actúan durante el establecimiento de la unión entre ambas plantas. Si conseguimos descubrir más detalles sobre el funcionamiento de los injertos podremos elaborar herramientas o tratamientos para mejorar su éxito. Además, y no menos importante, entenderemos un poco mejor cómo las plantas interaccionan al combinarse entre ellas, cómo se reconocen, cómo se defiende del estrés, cómo se reparan, etc.».
Un avance trascendental en una tecnología agronómica «de primer nivel, ya que su utilidad ha permitido la supervivencia de varios cultivos y la mejora de muchos de ellos».
A la hora de analizar las ventajas que aportaría este conocimiento a los cultivos, Carlos Frey señala que «si conocemos en profundidad los mecanismos que subyacen durante el establecimiento del injerto y sabemos cuáles son los que fallan en combinaciones de bajo éxito, podremos ensayar diversos tratamientos para mejorar y asegurar la formación de uniones de gran calidad».
Un conocimiento que repercutiría tanto en las empresas dedicadas a la producción de planta injertada como en los agricultores, «ya que verían mejorada la calidad de sus injertos y la posibilidad de obtener nuevas combinaciones antes imposibles. Las ventajas de injertar son múltiples y con diversas motivaciones».
Sectores beneficiados
Si los objetivos del proyecto se cumplen, tanto productores de planta injertada como agricultores se verían beneficiados. «Los primeros se ahorrarían muchas de las pérdidas ocasionadas por la producción de combinaciones demandadas pero de baja compatibilidad, para las cuales son necesarias un número de injertos grande ya que la proporción de éxito es baja».
El trabajo que desarrolla Frey es pionero, «ya que no se habían planteado metas tan ambiciosas sobre este tema, sobre todo profundizando en los cambios relacionados con las paredes celulares. Además, la búsqueda de marcadores tempranos y de los tratamientos de mejora de la formación del injerto con los que trabajamos tampoco se han desarrollado antes. Por otra parte, apenas hay grupos de investigación trabajando en este tema desde un punto de vista biológico».
Por lo que se refiere al futuro de la investigación que lleva a cabo, el biólogo de la ULE señala que «el siguiente objetivo, del cual ya tenemos resultados, es indagar en qué papel juega la pared celular de las células que median la adhesión entre una y otra planta. Su composición y estructura, dada por la presencia de unos o otros compuestos, podría ser clave a la hora de reconocer y adherirse una y otra planta».