Diario de León

Robótica tiene un reto

Aprendizaje basado en proyectos. El Colegio Don Bosco-Salesianos León implanta una novedosa metodología que involucra al profesorado de forma multidisciplinar y entrena al alumnado en la resolución de problemas prácticos y trabajo en equipo.

La maqueta se realiza en los talleres con que cuenta el colegio para el alumnado de FP. fernando otero

La maqueta se realiza en los talleres con que cuenta el colegio para el alumnado de FP. fernando otero

León

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‘¿A mano o a máquina?’. El reto del grado superior de Automatización y Robótica Industrial que imparte el Colegio Don Bosco-Salesianos León se presenta con una incógnita. La realidad es que el alumnado tendrá que diseñar a mano y a pequeña escala un ingenio cuyas funciones robotizadas son aplicables a diferentes máquinas.

El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) es una nueva modalidad de enseñanza que el Centro Don Bosco implanta en todas sus áreas de enseñanza, desde la ESO hasta la Formación Profesional. Con esta nueva metodología han involucrado al profesorado en «llevar innovación a las aulas y ofrecer una estrategia docente innovadora», señala el centro.

Durante el pasado curso escolar, el profesorado de la ESO se formó sobre ABP (Aprendizaje Basado en Proyectos), con aplicación directa e inmediata en las aulas, ya que todos los cursos de la sección realizaron un proyecto interdisciplinar en la que se trabajaron todas las competencias básicas del currículo.

El profesorado de Formación Profesional también se ha formado en esta nueva metodología. Entre los diferentes ‘retos’ destaca el proyecto interdisciplinar realizado en el primer curso del Ciclo Formativo de Grado Superior Automatización y Robótica Industrial bajo el título ‘¿A mano o a máquina?’.

En su desarrollo intervienen la mayoría de los módulos del ciclo con el objetivo de automatizar una máquina con tres motores, empleando diferentes técnicas, desde automatismos cableados básicos, pasando por la automatización con autómatas programables, hasta la integración de pantallas táctiles HMI.

El reto aplica los conocimientos necesarios para la automatización de una máquina de manera escalable, ya que se realiza a partir de una pequeña maqueta que integra desde cableados simples hasta una pantalla táctil. El alumnado se entrena en la resolución de problemas concretos que van surgiendo y se fomenta el trabajo en equipo, comentan tres de los profesores involucrados en el reto, que es interdisciplinar al involucrar cinco módulos del ciclo formativo: sistemas secuenciales programables, sistemas de potencia, sistemas eléctricos, neumáticos e hidráulicos, documentación técnica e información y orientación laboral.

La maqueta se realiza con material muy barato —menos de 30 euros— que realiza las mismas funciones, a escala, que se consiguen con las grandes máquinas de marca con las que se trabaja en el centro de FP de los salesianos de León.

«De esta manera tienen que adaptarse a una tecnología con la que no habían trabajado, porque no siempre, en la vida real, van a tener a disposición las mejores tecnologías», explica Alberto Elías, que fue quien diseñó el reto.

Con componentes de bajo coste se realiza una máquina con tres motores, un autómata y una pantalla táctil de pequeña escala

La idea surgió a partir de un alumno de Mecatrónica que comentó que en su empresa usaban ese tipo de tecnología para pequeños procesos. «Durante el verano me puse a mirarlo y se lo propuse a Laura Fresno (otra profesora) y así fue como empezamos con un grupo pequeño de alumnos», explica Elías.

Poco a poco se fueron involucrando otros profesores para que el reto fuera «lo más globalizador posible». No se trata solo de que la máquina funcione. El alumnado tiene que plantear un caso real y todas las máquinas llevan aparejada una documentación técnica que se elabora como parte del reto, al igual que las medidas de seguridad, señala Julián Farto, profesor de Documentación Técncia.

Todo el alumnado de primero de robótica participará en la construcción de la máquina, que es el reto para el curso

La máquina se diseña con el propósito de el proceso de aprendizaje «sea escalable» a proyectos de más envergadura. La máquina que se fabrica sirve para muchas industrias y aplicaciones —arranque directo, inversor de giro, arrancador estrella triángulo— «con posibilidad de sustituirlo por otra tecnología», apuntan.

«El arranque de los tres motores puede darse en cualquier máquina», apostilla Alberto Elías. Pueden servir tanto para mover un torno como para hacer funcionar una lavadora.

El proyecto se realiza sin abandonar el temario que hay que abordar de forma obligatoria para cumplir el curriculum establecido en el grado superior de Automatización y Robótica Industrial. Este año el reto se plantea para toda la clase del primer curso de este grado, de modo que cada alumno o alumna (solo hay una mujer) pueda participar de acuerdo a sus posibilidades.

En la ejecución del reto «se trabajan gran parte de las competencias profesionales establecidas en el Real Decreto 1581/2011, de 4 de noviembre, en el que se establece el Título de Técnico Superior en Automatización y Robótica Industrial, así como la mayoría de los contenidos de los módulos implicados en mencionado reto», subraya el centro.

El Centro Don Bosco aboga porque este proyecto pueda ofrecer respuesta a determinadas cuestiones que surgen en el entorno industrial, en concreto, está orientado a empresas de nuevos proyectos (oficina técnica), de procesos de producción de instalación y mantenimiento industrial y organismos de infraestructuras.

Todas las acciones se llevan a cabo dentro de la red europea de Centros de Excelencia Profesional de la que el Centro Don Bosco forma parte. «Una buena muestra de ello son los proyectos de FP Dual que tienen en marcha, reforzados por una bolsa de empleo propia que se traduce en una inserción laboral del más del 90%», indica Laura Fresno

La maqueta se realiza en los talleres con que cuenta el colegio para el alumnado de FP. FERNANDO OTERO

Tanto el grado de Robótica como el de Mecatrónica tienen una inserción profesional del cien por cien. Los salesianos cuentan con una bolsa de empleo de ámbito estatal a la que llegan ofertas de contratos. «Como León no es una provincia muy industrial, hay algunos que tienen que salir fuera», señala Farto.

Algunos alumnos llegan a estos grados de formación profesional desde la universidad o desde el mundo laboral. «En estos casos vienen a formarse para adquirir una práctica que en la universidad no se imparte y para promocionar en la empresa», apuntan.

El Colegio Don Bosco—Salesianos lleva más de 50 años formando a profesionales en sus instalaciones de Armunia. El centro se puso en marcha en 1969 en los terrenos que doce años atrás había cedido la Junta Vecinal de Armunia. Ha formado a generaciones de profesionales que, en algunos casos, están al frente de empresas punteras.

El alumnado de Robótica se forma en cuatro de los talleres con que cuenta el colegio. Además de Educación Secundaria Obligatoria, imparte Formación Profesional, con un ciclo de FP Básica en Electricidad y Electrónica, cuatro ciclos de grado medio: Instalaciones de Telecomunicaciones, Instalaciones Eléctricas y Automáticas, Mantenimiento Electromecánico y Mecanizado, y dos de grado superior: Automatización y Robótica Industrial y Mecatrónica Industrial. Es centro colaborador del Ecyl para la formación a desempleados (cursos FOD) y tiene un programa específico para la formación de empresas que lo demanden.

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