Diario de León

LA MAGIA DE LA CIENCIA, DEL AULA A LA SOCIEDAD

NUEVO TÍTULO UNIVERSITARIO. La Universidad de León acaba de estrenar este curso el nuevo grado de Inteligencia Artífical e Ingeniería de Datos. La revolución tecnológica llega al campus para cumplir con una demanda que, además, ayudará a mejorar las cuestiones más técnicas y también las de carácter social

Entre los títulos que imparte la Escuela de Ingenierías incluye ya la Inteligenica Artificial, que se suma al fuerte departamento vinculado a la robótica. DL

Entre los títulos que imparte la Escuela de Ingenierías incluye ya la Inteligenica Artificial, que se suma al fuerte departamento vinculado a la robótica. DL

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Los seres humanos ya no son los únicos que piensan. O al menos, de manera mecánica. Los algoritmos que rigen la inteligencia artificial parece que han llegado para quedarse, para mejorar la producción, las necesidades humanas y también algunas cuestiones sociales. Son las máquinas ahora las que toman decisiones marcadas por las directrices que, eso sí, les introduce los ingenieros para conseguir hacer más rápido y con mayor precisión lo que a una persona les costaría más tiempo.

La Universidad de León ha estrenado este curso el grado de Inteligencia Artificial e Ingeniería de Datos. Sólo con 35 vacantes. Todas ellas cubiertas en el primer proceso de matrícula y con una gran nota de corte. La ingeniería se perfile como la profesión del futuro, en cualquiera de sus ramas y variantes, y en esta vía se sitúa también la IA, la Inteligencia Artificial. El director de la Escuela de Ingenierías Industrial, Informática y Aeroespcial, Joaquín Barreiro, explica que este nuevo y moderno título viene precisamente «a cubrir una demanda del mercado laboral que se ha detectado no sólo en León o en España, también a nivel mundial, porque ahora se reclaman perfiles muy especializados».

La oferta innovadora de la Universidad de León está muy ligada a la Escuela de Ingenierías, donde la Informática el grado de Aeroespacial pugnan con otros títulos a nivel nacional. Pero para innovar también está la Biotecnología y la rama sanitaria, no tan lejos, la Veterinaria, cuya rama vinculada la sanidad humana es una de las demandas constantes de estos profesionales que remarcan cómo la buena salud de los animales está estrechamente ligada a la de los seres humanos. La formación y la capacidad de ver más allá de lo común para conseguir objetivos sociales y tecnológicos son la base de la educación universitaria que cada vez apuesta por uno de sus pilares fundamentales, la investigación, para conseguir ofrecer y transferir a la sociedad todo aquello que se sabe y se conoce en las aulas y los laboratorios para convertirlo en tangible y que tenga una repercusión social, que realmente sea útil para las personas.

Más allá de los grados, la Universidad de León cuenta en su campus con el Centro de Supercomputación de Castilla y León. Un centro puntero donde el cálculo va a velocidad de vértigo y es capaz de hacer millones de operaciones en segundos. Ahora se sumerge en la computación cuántica, en conceptos que al ciudadano corriente en la mayoría de las ocasiones se le escapa, pero que sirve para poner negro sobre blanco cuestiones clave. Los algoritmos que maneja este gran supercomputador, llamado Caléndula, han permitido, entre otras cuestiones a los investigadores detectar mensajes de odio o prevenir los incendios forestales. Es la magia de la ciencia aplicada a las mejoras sociales y naturales.

Uno de cada cuatro alumnos que cada curso concluye su formación en la Universidad de León lo ha hecho en alguna de las carreras que se imparten dentro de la rama Stem. Un porcentaje que aún debe seguir creciendo, a pesar de que la ingeniería no se presenta como una opción atractiva para muchos jóvenes, ante la complejidad de estos estudios. Sin embargo, desde todos los ámbitos se anima a los que se convertirán en los trabajadores del futuro a que se formen en estas materias que ya hoy en día son muy demandadas. Pendiente también está que éstas sean elegidas por las chicas, que como ha marcado la historia académica, continúan más ligadas a ramas sanitarias o de carácter más social como la docencia. Romper esta brecha, tanto la de género como la de convertir a las carreras de ciencia y tecnología en algo atractivo para los jóvenes supondrá un salto cualitativo.

La tecnología ha llegado para quedarse y para hacer la vida más fácil, para ello es preciso que se formen profesionales en estas materias, que vean más allá de las máquinas y que se apoyen en ellas para conseguir una sociedad más sostenible, respetuosa con el medio ambiente y las personas y más social, más amigable y más solidaria. Porque para todo ello sirve la ciencia. En las aulas, los estudiantes que están ahora inmersos en su formación, se está gestando un futuro global que debe ser innovador y mejor para todos.

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