EL LUGAR DE LOS NÚMEROS
LA FORMA DE LOS NÚMEROS. Utilizamos los números todos los días. De forma muy concreta, cuando contamos objetos. Y también de forma abstracta, por ejemplo cuando vemos el ‘8’ o hacemos cálculos
Medir la actividad cerebral humana hasta el nivel celular: hasta ahora, esto sólo era posible de forma limitada. Un nuevo método desarrollado por investigadores de la Universidad Técnica de Múnich (TUM) en Alemania va a permitir que sea mucho más fácil.
El método se basa en microelectrodos junto con el apoyo de pacientes con tumores cerebrales, que participan en los estudios mientras se les practica una cirugía cerebral ‘despiertos’. Esto permitió al equipo identificar cómo procesa los números nuestro cerebro.
Utilizamos los números todos los días. De forma muy concreta, cuando contamos objetos. Y también de forma abstracta, por ejemplo cuando vemos el símbolo ‘8’ o hacemos cálculos complejos.
En un estudio publicado en la revista científica ‘Cell Reports’, estos investigadores han evidenciado que algunas neuronas del cerebro de los participantes estaban especializadas en el manejo de números concretos.
Cada una de estas neuronas estaba especialmente activa cuando se presentaba al paciente su número ‘preferido’ de elementos en un patrón de puntos. En menor medida, esto ocurría también cuando los sujetos procesaban símbolos numéricos.
«Ya sabíamos que los animales procesaban los números de los objetos de esta forma. Pero hasta ahora no era posible demostrar de forma concluyente cómo funciona en los seres humanos. Esto nos ha acercado un paso más a desentrañar los mecanismos de las funciones cognitivas y a desarrollar soluciones cuando las cosas van mal en estas funciones cerebrales, por ejemplo», ha resaltado uno de los investigadores, Simon Jacob.
Para llegar a este resultado, los investigadores tuvieron que resolver primero un problema fundamental. «El cerebro funciona mediante impulsos eléctricos. Así que es detectando directamente estas señales como podemos aprender más sobre la cognición y la percepción», ha deteallado Jacob.
Sin embargo, hay pocas posibilidades de medir directamente la actividad cerebral humana. Las neuronas no pueden registrarse individualmente a través del cráneo. Algunos equipos médicos implantan quirúrgicamente electrodos en pacientes con epilepsia. Sin embargo, estos procedimientos no llegan a la región cerebral que se cree responsable del procesamiento de los números.
Por ello, Jacob y un equipo interdisciplinar desarrollaron un método que adapta tecnologías establecidas y abre posibilidades totalmente nuevas en neurociencia. En el centro del procedimiento se encuentran conjuntos de microelectrodos que han sido sometidos a pruebas exhaustivas en estudios con animales.
Para garantizar que los electrodos produjeran datos fiables en cirugías con el cerebro humano despierto, los investigadores tuvieron que reconfigurarlos en estrecha colaboración con el fabricante. El truco consistía en aumentar la distancia entre los sensores en forma de aguja utilizados para registrar las actividades eléctricas de una célula.
«En teoría, los electrodos muy juntos producen más datos. Pero en la práctica, el gran número de contactos aturde la región cerebral implantada, de modo que no se registran datos utilizables», ha apuntado Jacob.El desarrollo del procedimiento fue posible porque los pacientes con tumores cerebrales accedieron a apoyar al equipo de investigación. Mientras se sometían a cirugía cerebral, permitieron que se les implantaran sensores.