Los silos del ammasso italiano
ESTUDIO LEONÉS. El Grupo de Investigación de Mecanización Agraria y Agronomía Sostenible (MECAS) de la Universidad de León realiza un inventario detallado de los 30 silos italianos de 1930.
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El Grupo de Investigación de Mecanización Agraria y Agronomía Sostenible (MECAS) realiza un inventario detallado de los 30 silos supervivientes de la década de 1930, bajo el régimen fascista, y propone estrategias para su reutilización sostenible. Un reciente estudio científico realizado por el Grupo de Investigación de Mecanización Agraria y Agronomía Sostenible (MECAS) de la Universidad de León (ULE), bajo la dirección del profesor Victoriano Marcelo Gabella, pone de relieve la relevancia histórica y el estado actual de los silos de grano construidos en Italia durante la década de 1930, bajo el régimen fascista. Esta investigación publicada en la revista científica Sci, propone estrategias para preservar y reutilizar de manera sostenible estos silos del ammasso italiano.
El almacenamiento de granos ha sido una actividad crucial para la humanidad a lo largo de la historia, siendo el trigo el principal cereal en la región mediterránea. En la antigua Roma, ya se utilizaba el Porticus Aemilia en el siglo II a.C. para almacenar trigo. Sin embargo, la verdadera revolución en el almacenamiento de granos llegó en 1843 con la invención del elevador de grano, que permitió la construcción de silos verticales.
Tras la Primera Guerra Mundial, Italia enfrentó una crisis económica que culminó en 1925 con el lanzamiento de la «batalla del grano», una iniciativa destinada a reducir las importaciones y aumentar la producción nacional de trigo. Este programa buscaba reducir las importaciones y aumentar la producción nacional de trigo mediante el uso de fertilizantes, maquinaria y la construcción de silos. En 1940, el país contaba con 800 silos operativos.
n la actualidad, solo 30 silos de esa época permanecen en pie, distribuidos en 10 de las 20 regiones italianas, con la mayoría ubicados en Lombardía. Muchos de estos silos están en condiciones de deterioro y desuso, aunque algunos han sido reutilizados para fines comerciales y culturales. La reciente demolición de cuatro silos en Poirino, Cagliari, Lodi y San Angelo Lodigiano subraya la urgencia de incrementar los esfuerzos de preservación.
Los silos italianos se clasifican en tres tipologías:
- Silos de celdas verticales: Principalmente construidos de hormigón armado, con capacidades que varían entre 2,900 y 40,000 toneladas, similares a los silos de la red de silos y graneros en España.
- Silos de plantas horizontales: Parecidos a edificios residenciales, con capacidad entre 1,900 y 16,000 toneladas.
- Silos de piso inclinado: Distribuidos en tres filas de celdas, facilitando la extracción de grano mediante una galería subterránea.
Actualmente, alrededor del 26.7% de estos silos han sido reutilizados o están en proceso de transformación. Ejemplos notables incluyen el silo en Budrio, ahora un espacio cultural y de ocio, y el silo en Pieve di Cento, convertido en un museo privado. Otros proyectos de transformación contemplan la creación de complejos residenciales, espacios comerciales y centros culturales, como el «Il Centro del Libro di Arborea» en la isla de Cerdeña.
La reutilización de estos silos no solo preserva el patrimonio histórico, sino que también promueve la sostenibilidad ambiental y puede convertirse en un motor económico local. Las ciudades con más de 40,000 habitantes y buenas conexiones de transporte son candidatas ideales para inversiones públicas en la rehabilitación de estos silos.
El estudio del grupo MECAS de la Universidad de León ofrece un inventario detallado de los silos supervivientes y sus características, proporcionando una base sólida para futuras iniciativas de preservación y reutilización. La combinación de estrategias sostenibles y la inspiración en proyectos exitosos en otros países puede asegurar que estos testimonios del pasado agrícola de Italia sean salvaguardados para las futuras generaciones y que puedan disfrutarlas.