Premios Innova 2024 | Pedro de Dueñas, presidente del Grupo de Cohetería de la Universidad de León
Un cohete leonés para batir récords
Son un grupo heterogéneo de jóvenes, con diferentes formaciones, pero con un objetivo claro, llegar cuanto más lejos mejor y si es al espacio, perfecto. Son el Grupo de Cohetería de la Universidad de León, con su presidente Pedro de Dueñas a la cabeza, en los que este año recayó el galardón de Jóvenes Talentos de los premios Innova de Diario de León. Los universitarios se dedican «a fabricar prototipos de cohetes así como todas sus partes, la aviónica, el fuselaje, el motor y lo que lleva detrás, tanto los estudios previos como todo lo necesario para operarlo», explicó De Dueñas.
«Fabricamos prototipos de cohetes así como todas sus partes, la aviónica, el fuselaje, el motor y lo que lleva detrás, tanto los estudios previos como todo lo necesario para operarlo. El motor, que usa un combustible con base de azúcar, deja atrás en la ignición un olor dulzón»
El lanzamiento del León 1, su primer prototipo, se llevó a cabo este verano en el campo de tiro en el que opera el Ejército de Tierra en El Teleno. El modelo alcanzó el medio kilómetro de altura, pero ahora ya trabajan en un segundo prototipo, el León2 que llegue a los 4.000 metros de altura y con el que esperan batir récords y superar lo que se denomina como la línea de Kármán, es decir, el límite entre atmósfera y espacio exterior.
Sus cohetes, además, cuentan con un ‘carácter’ muy dulce y su clave esta en el motor. El que lleva incorporado el modelo León 1 es completamente reutilizable y usa un combustible sólido que tiene una base de azúcar, ya que el 35% de su composición es dextrosa, por lo que deja atrás en el momento de su ignición un olor dulzón, «como de algodón de azúcar», definió De Dueñas, quien añadió que la dextrosa le añaden nitrato potásico. El primer prototipo fue diseñado en base a esta premisa, que exige robustez para poder aguantar la explosión energética que en 1,5 segundos lanzó el cohete en El Teleno. Una vez que alcanzó la velocidad tope se abrió un paracaídas y regresó a la tierra. Conseguir un buen aterrizaje es otro de los próximos objetivos.
Ad astra, per aspera , es el lema de estos jóvenes, que podría traducirse como a las estrellas por el camino más difícil, y que pone de relieve la necesidad de esforzarse para conseguir los objetivos que en esta ocasión van perfectamente acorde con el latinajo ya que el reto último de estos estudiantes es llegar, tal cual, a las estrellas y el espacio exterior. Camino de ello van. Aún son jóvenes y ya se manejan en este entorno, con tan sólo once asociaciones de cohetería en el entorno universitario español, dialogan con el Ejército para garantizar la seguridad de su lanzamiento y buscan subvenciones para ir mejorando sus prototipos. Uno de los grandes valores con los que cuenta precisamente este grupo es la diferente formación que han recibido sus integrantes, desde los ingenieros, en todas sus vertientes, a estudiantes de Derecho o de Márketing, que completan el equipo.