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UN PROYECTO 'MADE IN LEÓN' PARA LA ESA

El sueño leonés en el espacio

ESA BIC Castilla y León, una de las aceleradoras fundadas por la Agencia Espacial Europea en territorio español para proyectos espaciales, acoge a Invicsa, la primera ‘start-up’ en unirse a su sede en el Parque Tecnológico de León

Andrea Soto-Río, responsable de Comunicación de Invicsa, Carlos Almanza, co-fundador de Invicsa y Carlos García, co-fundador de Invicsa.Fernando Otero Perandones

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León

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El 12 de abril de 1961 se produjo un evento que cambiaría para siempre la humanidad. El cosmonauta ruso Yuri Gagarin, de 27 años, se subió a la nave Vostok 3KA-3 y se convertiría en el primer ser humano en viajar al espacio. Un vuelo de 108 minutos que daría el pistoletazo de salida a los viajes espaciales.

Precisamente, no mucho tiempo después, exactamente ocho años más tarde, Estados Unidos lograría un nuevo hito. Millones de espectadores desde sus casas se congregaron frente al televisor ante un evento nunca antes visto: la llegada del hombre a la Luna. Tres hombres, Neil Amstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins, despegaron desde el Complejo 39A del Centro Espacial Kennedy en Florida e hicieron historia el 20 de julio de 1969. Ocho años de trabajo le llevó a la NASA poder cumplir su objetivo de llevar a aquellos tres astronautas en la nave Apolo XI al satélite espacial.

Fue Amstrong quien puso el primer pie en aquel territorio desconocido hasta el momento y pronunció aquella frase que pasaría a los libros de historia. «Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad», dijo mientras descendía de aquella escalera que separaba el módulo espacial del suelo lunar.

A pesar de la lejanía que separa aquel evento de la actualidad, el alunizaje quedó marcado en la memoria colectiva. No han sido pocos, quienes desde niños han soñado con poder participar en una misión espacial, mientras jugaban con sus muñecos o les preguntaban la famosa pregunta: ¿y, tú qué quieres ser de mayor?

Los drones son una pieza dentro de la oficina del centro ESA BIC donde se ubica la startup leonesa Invicsa.Fernando Otero Perandones

León, nuevo actor

Aunque países como Estados Unidos continúan liderando esta carrera espacial junto a otras potencias como Rusia, Europa a través de su Agencia Espacial Europea trabaja desde su fundación en sus propios proyectos para lograr nuevos hitos que ayuden al ser humano a entender el Universo que los rodea.

En este contexto, España ha cobrado especial protagonismo y la provincia de León cada vez tiene un mayor peso en este área. Gracias al trabajo desempeñado por los astronautas Sara García y Pablo Álvarez, la provincia ve cada vez más cerca el sueño espacial. Ambos leoneses se encuentran ahora mismo entrenando en centros espaciales para lograr lo que algún día fue un sueño: convertirse en auténticos astronautas. Los dos jóvenes estudiaron en León, pero gracias a un duro entrenamiento y estudio lograron ser los primeros españoles seleccionados por primera vez en 30 años por la Agencia Espacial Europea (ESA).

Lejos de alejarse el mundo espacial de la provincia, un nuevo actor ha emergido gracias a los nuevos centros de incubación de la ESA. Castilla y León fue elegida para albergar uno de las tres primeras aceleradoras españolas de proyectos aeroespaciales en colaboración con la entidad europea. La aprobación de este centro se debe a varios factores como son: la existencia de un polo de innovación aeroespacial con un sector consolidado que cubre gran parte de la cadena de valor; el compromiso de más de 50 entidades públicas y privadas, que han mostrado su apoyo a la iniciativa ESA BIC Castilla y León; la experiencia previa del Instituto para la Competitividad Empresarial de Castilla y León, tanto en aceleración de proyectos empresariales (primera aceleradora pública en España), como en la puesta a disposición de financiación y servicios y, las características propias del territorio.

Desde hace unas semanas, una 'start-up' leonesa se ha integrado al centro a través de un proyecto que busca dar apoyo a las misiones espaciales. Ellos son Invicsa, una pequeña empresa nacida en León hace tres años y fundada por cuatro emprendedores leoneses. Estos jóvenes se formaron en la Universidad de León y su proyecto comenzó «como un pasatiempo» durante la carrera.

«Durante nuestra etapa universitaria, cada uno tenía su hobby y el de los cuatro coincidía en que era volar drones. Solíamos quedar por la tarde para volar. Cuando acabamos la carrera lo seguimos manteniendo, pero cada uno fue siguiendo su propio camino y fuimos a estudiar o trabajar a empresas distintas de diferentes sectores. Todas ellas internacionales», explica Carlos Almanza, uno de los fundadores.

Después de ocho años y a raíz de la pandemia, los jóvenes retomaron su hobby y volvieron a volar juntos, decidieron empezar a intentar hacer nuevos sistemas de conectividad 5G para drones y en cierto momento, pensaron en «hacerlo de verdad»: convertir su pasión en su trabajo.

«Tuvimos muchas ganas y mucha pasión por hacerlo porque los cuatro somos de León y todos habíamos ido fuera. En parte, crear la ‘start-up’ aquí era una excusa muy bonita para regresar. Hace poco que nos hemos asentado en esta oficina (de la ESA), ya que trabajábamos mucho en remoto. El hecho de haber entrado en la ecuación la Agencia Espacial Europea con la oficina que tiene el Parque Tecnológico de León para nosotros es una oportunidad muy buena», destaca Almanza.

Los miembros de Invicsa prueban uno de los drones de la empresa.Fernando Otero Perandones

El proyecto de la ESA

Para poder integrarse en el centro de la ESA, han pasado por un riguroso proceso. Si bien el centro prevé acoger a más empresas que deseen crecer de la mano de la agencia europea, tan solo dos proyectos lograron poder incorporarse desde el inicio. En León, Invicsa ha sido la primera empresa en poder caminar junto a la ESA desde el Parque Tecnológico y en Valladolid ha sido Astraspec, quienes se encuentran en el centro de Boecillo.

La iniciativa presentada por Invicsa se trata de un sistema de recuperación de cargas durante lanzamientos espaciales. Tal y como explican sus fundadores, «actualmente, cuando se hacen lanzamientos al espacio con un cohete se liberan muchos elementos que se destruyen al volver o directamente aterrizan en el mar o en tierra con el peligro que entraña esa caída». Por ello, su sistema busca lograr un mecanismo en el que un paracaídas con un sistema autoguiado que incorpora ‘machine learning’, pueda predecir la mejor trayectoria gracias a la Inteligencia Artificial (IA). «De esa forma podemos hacer volver todos esos objetos con mucha precisión a un coste muy bajo», aclaran los fundadores.

«Tuvimos muchas ganas y pasión por hacerlo porque los cuatro somos de León. En parte, crear la ‘start-up’ aquí era una excusa para regresar»

Carlos García, co-fundador de Invicsa, aclara que la IA se incorpora gracias a un sistema que «lleva un ordenador embarcado y una serie de sensores que recopilan información gracias a un entrenamiento previo para lograr predecir la trayectoria más óptima».

El dron echa el vuelo.Fernando Otero Perandones

Etapas previstas

En una primera fase, su proyecto, integrado en el sistema de incubadoras de la ESA, tiene el objetivo de poder recuperar partes de cohetes espaciales y lanzamientos con globos estratosféricos.

A continuación, la segunda fase se centrará en un «diseño más modular que se pueda integrar dentro de la cápsula del cohete, salir junto con el satélite o el objeto que vaya a estar en órbita, hacer toda la misión con él en el espacio y a la hora de hacer la entrada en la Tierra que se despliegue y haga el ejercicio de traer sano y salvo al cohete». Para conseguir ese reto, deberán lograr el primer hito que es con el que participan en el proyecto de incubación.

Esa primera parte, enfocada en la recuperación de carenados de lanzamientos y globos estratosféricos, tendrá una duración de cuatro años, por lo que «esperan poder lanzarlo a final del año 2026». Por otro lado, el proyecto de recuperar cargas desde el espacio será más largo, ya que tienen previsto su inicio en paralelo, por lo que será a «cuatro años vista».

Aunque su proyecto se ha encaminado a la recuperación de partes de lanzamientos de cohetes y satélites, Almanza puntualiza que un paracaídas autoguiado puede tener «muchas más aplicaciones como la recuperación de aeronaves dentro de la estratosfera o el reparto de ayuda humanitaria». «En general, muchas aplicaciones que hoy se realizan con paracaídas convencionales sin ninguna precisión», exponen.

Mando del dron.Fernando Otero Perandones

Un diseño económico

Su proyecto resulta muy innovador, pero también supone un avance para el cuidado del planeta. «Actualmente, la forma en que los satélites o la basura espacial vuelven a la Tierra es deshaciéndose dentro de la atmósfera. No obstante, al deshacerse no desaparece, ya que las partículas son metales pesados y se quedan ahí, por lo que son un gran contribuyente al calentamiento global. Pensamos que en el futuro todos los sistemas tendrán como obligación el poder volver a la Tierra cuando acaben su misión. Eso es lo que respecta a la parte medioambiental», relatan los fundadores.

Por otro lado, los emprendedores recuerdan que «cada año estamos poniendo muchos millones en el espacio y después los dejamos caer, pero con este sistema se pueden recuperar para hacer que funcionen y volverlos a utilizar». Por ello, su impacto económico también es importante.

En una primera fase, su proyecto, integrado en la ESA, tiene el objetivo de poder recuperar partes de cohetes espaciales

En cuanto a su papel en el mercado internacional, desde Invicsa apuntan que tienen un sistema «que a nivel global es bastante innovador». «Ahora mismo, en el mercado internacional no hay un sistema de paracaídas autoguiado como el que estamos diseñando nosotros. Sí existen paracaídas que se utilizan para recuperar muchas cargas espaciales. No obstante, ocurren dos situaciones: no tienen un sistema de control y caen a voluntad del viento o lo tienen, pero es un sistema sin un guiado de IA y hablamos de precisiones muy malas (cientos de metros). De hecho, hace algunos meses durante una misión de suministro humanitario en Gaza se tiraron muchas cargas con paracaídas que no tenían ningún tipo de guía, por lo que muchas cayeron directamente en el mar y se perdieron y otras cayeron directamente sobre la gente, por lo que hubo víctimas mortales. Hay muchos vídeos en YouTube sobre ello», narra Carlos Almanza. Como detalla el fundador, los paracaídas «son elementos muy potentes porque pueden generar mucha sustentación para muchas cosas, pero es muy difícil controlarlos».

Parte del equipo de Invicsa.Fernando Otero Perandones

El futuro de Invicsa

En España, hay más centros BIC como es el caso del de Barcelona o el de Madrid. Todos los centros se relacionan a través de eventos, «donde pueden hacer contactos con otras aceleradoras, ‘start-ups’ y otros actores importantes dentro del mercado».

«En dos semanas estaremos en Barcelona para un evento de todos los ESA BIC de España y la próxima pasada iremos a un evento de ‘networking’ del mundo del espacio en Alemania», afirman los empresarios.

Ante las oportunidades que les ofrece su proyecto, los emprendedores tienen la meta de poder crear un producto vendible y comercializarlo a nivel europeo primero y, a continuación, a nivel internacional, al terminar su estadía con la ESA.

«Nosotros tenemos varios proyectos adicionales al del paracaídas con aeronaves remotamente tripuladas, pero a 120 metros, lo que conocemos como drones. Nuestro plan como empresa es continuar con actividades que hacemos ahora mismo relacionadas con drones y dar el salto al área espacial», explican.

«Ahora, somos ocho personas en el equipo, pero nuestro objetivo es aumentarlo con este proyecto de la ESA de aquí a dos años. Con la previsión que tenemos de comercializarlo y de ser un producto que el mercado querrá pues ojalá que seamos muchos más en el futuro», agregan.

«Nuestro plan es continuar con actividades que hacemos ahora relacionadas con drones y dar el salto al área espacial»

Ambos fundadores están de acuerdo en que su meta es «seguir creciendo y seguir contando con más personas y con más recursos».

Recreación digital del paracaídas diseñado por Invicsa para la ESA.INVICSA

De León al espacio

Sin ninguna duda, la apertura de este centro de la ESA en León ha marcado un antes y un después en el rumbo que el mundo aeroespacial tomará en la provincia. En una tierra dedicada tradicionalmente al turismo, a la agricultura y la ganadería, las misiones espaciales podrían ser el siguiente gran sector que marque el futuro de la provincia.

Desde el centro de la ESA BIC esperan seguir recibiendo proyectos en las convocatorias venideras y acoger nuevas iniciativas que hagan despegar a la Comunidad. El centro ofrece a todas las empresas interesadas servicios tales como soporte económico (hasta 50.000 euros) para el desarrollo de producto y la protección de derechos de propiedad intelectual; servicios avanzados de negocio; apoyo técnico especializado en colaboración con socios estratégicos del sector, que incluye pruebas y validación de tecnologías; asesoramiento legal; espacios e instalaciones como el centro del Parque Tecnológico de León; apoyo en la búsqueda financiación con inversores y la participación en eventos exclusivos y ‘networking’ con actores clave del sector.

Prueba de vuelo.Fernando Otero Perandones

Nuevas oportunidades

Para los fundadores de Invicsa, la apertura de este centro en el Parque Tecnológico de León es «un cambio de paradigma».

«En León, somos súper afortunados en los últimos meses porque tenemos aquí a Pablo y a Sara como representantes astronautas del país, Europa y la región. El hecho de que adicionalmente la ESA apoye proyectos que estén relacionados con el espacio son muchos puntos y muchas ventanas para que todo el talento que hay en León tenga oportunidades de entrar, demostrar lo que valemos y poder salir a competir con el resto», detallan.

Respecto a la decisión de crear en Sevilla la sede de la Agencia Española en Sevilla (y no en León, como se propuso en algún momento»), los emprendedores recalcan que «hay oportunidades que van y otras que vienen».

«Nos gusta presentarnos como ejemplo de que se puede y hay oportunidades. No son muchas, pero hay que lucharlas»

«Todos queríamos con todo nuestro corazón que se creara la sede de la Agencia Espacial Española en León, aunque al final está en Sevilla, y, también trabajamos con ellos dentro de ESA BIC. El objetivo que tenemos es dar oportunidades a todo el talento que hay en León. Somos los cuatro de León y estudiamos en la Universidad de León y tenemos muchos compañeros que se han ido fuera porque querían o debían. Entonces nos gusta presentarnos como ejemplo de que se puede y hay oportunidades. No son muchas, pero hay y hay que lucharlas. Si tienes interés, hay talento en León y solo hay que ir a buscarlo para sacar adelante los proyectos», concluye el co-fundador, Carlos Almanza.