Nuevo diésel «vitaminado»

De nuevo… Energy. Con un sobresaliente contenido tecnológico (filtro de partículas sin mantenimiento, como aplicación más práctica para el usuario), comportamiento muy elástico (excelentes recuperaciones desde regímenes bajos) y 130 CV, el recién estrenado 1.6 dCi, que viene a sustituir con ventaja al anterior 1.9 dCi de idéntica potencia y menor par, puede presumir de una reducción de hasta el 20% en consumos y emisiones: 4,4 litros de consumo medio, nada menos que un litro de diferencia respecto al «viejo» 1.9 litros, lo que se traduce en un incremento de autonomía en torno a 300 kilómetros.

Es más, esta nueva serie motorística, conocida en clave de fábrica como «R9M», dará origen a una también nueva familia Energy cuyo objetivo, en los planes motorísticos del rombo es el de no superar la barrera de los 100 g/km de CO2. Apuntar también que, mientras la media del mercado se sitúa en 140 g/km de emisiones, Renault la rebaja actualmente hasta los 135 g/km. en la generalidad de sus catálogos. También este nuevo tetracilíndrico turbodiésel multiválvulas, que obtiene mejores prestaciones incluso con su sensible rebaja de cilindrada (de 1.9 a 1.6 litros) «suena » menos y tiene menos vibraciones que su antecesor, del que los técnicos de la marca han intentado aprovechar el máximo de elementos ya disponibles, lo que tampoco ha impedido que este novedoso 1.6 dCi contabilice hasta el 75% de piezas nuevas.

Tampoco el rombo se ha parado en barras a la hora de pedir consejo y «ADN» a departamentos de tanta enjundia como Renault Sport (ya saben, los «padres» del intratable Red Bull RB7 de F1). Así que, por mucho que pueda chocarle al lector, el 1.6 dCi de 130 CV… bebe en las fuentes tecnológicas del Grand Prix de F1: arquitectura «cuadrada » (similar diámetro y carrera del cilindro), circulación transversal de refrigerante (en lugar de longitudinal) y segmentos del pistón clavaditos a los que montan los motores de un monoplaza de la máxima especialidad del automovilismo deportivo.

La adopción del sistema «Start&Stop» es capaz de ahorrar hasta un litro de gasto medio en ciudad y, lo mejor, se ha optimizado tanto su funcionamiento que «casi» no se nota o, cuando menos, no «molesta»: el motor se para automáticamente cuando el coche se detiene y vuelve a ponerse en funcionamiento -sin la menor «protesta»- nada más volver a pisar el embrague.

De momento, ya se ha dicho, serán el Scénic y Grand Scñenic los benefi ciados de la nueva implantación motorística, que el próximo año se montará también en el Mégane. Lástima que, por el elevado par máximo, no pueda combinarse este motor con la caja automática EDC de doble embrague.

En suma, que las propuesta motorísticas del rombo ganan muchos enteros con la llegada del nuevo 1.6 dCi de 130 CV.