Diario de León
La silueta, el antes y el después, en la mitológica iconografía del «nueveonce».

La silueta, el antes y el después, en la mitológica iconografía del «nueveonce».

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León

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Preciosista silueta coupé, resoplante motor «boxer» refrigerado por aire y «colgado» por detrás del eje trasero, propulsión trasera; así, desde hace casi medio siglo… y que siga.

Salvo por los resoplidos de la refrigeración, musicalizados por el escape cuando el 6 «boxer» del nueveonce pasó a refrigerarse por agua, se diría que «nada» ha cambiado en la iconográfica representación de Stuttgart-Zufenhaussen; al menos, no ha cambiado —¡enhorabuena!— desde que el espíritu del Dr. Porsche, Ferdinand Porsche, marcase el rumbo tecnológico de la industria germana del automóvil entre comienzos y mediados del pasado siglo XX.

Ferdinand, aquel genio nacido en 1875 en una pequeña aldea austriaca, daría su apellido a uno de los más célebres deportivos de todos los tiempos.

Es más, el nueveonce, su inconfundible silueta, ha conseguido marcar un antes y un después en el devenir de la historia mundial del automóvil: dos puertas, capó «así de largo», perfilada zaga «en disminución», piloto casi «sentado» sobre el eje trasero y motor «colgado allí detrás»…

Todo un símbolo que comenzó a rodar en 1964 con el 901, la primera generación nueveonce que se mantendría en catálogo hasta 1973.

La segunda entrega, el modelo G (1974-1989), ya se convertiría en icono por, entre otras cosas, la adopción del turbocompresor y sus radicales versiones RS.

Tercero (1989-1994) el 964, con el primer cambio Tiptronic, la también primera versión de cuatro ruedas motrices y… la «bandeja» de alerón trasero; en el corazón de los incondicionales: el Porsche más bonito jamás construido.

De la mano del 993 nacería la tercera generación nueveonce (1994-1998), nueva plataforma y nuevas suspensiones, que hubiesen tenido cabida en una nueva «berlina»… de haberse fabricado entonces (ha habido que esperar hasta el actual Panamera… aproximadamente).

Si no hay quinto malo, el 996 (1998-2004) ha sido el «911» más vendido (hasta la fecha), aunque también uno de los más controvertidos por aquel infamante diseño de los faros… nunca se lo perdonarían los incondicionales.

Y la sexta (2004-2011), el inmortal 997, que resolvería la traición recuperando el diseño original de los faros «redondo-ovalados»: si no ganamos… «empatamos», debieron pensar los diseñadores; ganó la historia… y los incondicionales.

Y la séptima (2011-…) otro salto generacional… para que nada cambie en el mitológico espíritu del «aquel» Ferdinand que diera al mundo la posibilidad de seguir soñando con el «antes y el después», con el morro «así de largo», con el «boxer» colgado por detrás del eje, con la cada vez más potente «propulsión»… con el nueveonce. ¡Loor y gloria a los visionarios!.

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