Diario de León

Asimétrico & provocador

La carrocería de diseño asimétrico marca la diferencia. El modelo más provocador de Hyundai declina su gama en cinco versiones, resultantes de la combinación de una sola mecánica con tres acabados y dos cajas de cambio. Sus precios oscilan entre 21.690 y 30.640 euros.

Los generosos aletines propician una «musculada» vista zaguera.

Los generosos aletines propician una «musculada» vista zaguera.

Publicado por
JAVIER FERNÁNDEZ
León

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Tercera puerta. Atrevimiento asimétrico; con estos mimbres, y algunos otros adicionales, Hyundai propone un coupé nada convencional, que fija la vista del observador y tan apetecible en lo estético como reconfortante en lo dinámico.

No es la primera vez que Hyundai sorprende con un deportivo de dos puertas, sólo que esta vez, con la tercera... el fabricante coreano riza tanto el rizo que el Veloster podría situar sus apetencias comerciales en niveles tan exclusivistas —y sugestivos— como los de algunos de sus teóricos enemigos naturales (léanse el Mini Clubman o el Mazda RX-8), sólo que sin fruslerías enfrentadas ni complicación alguna en la apertura de los trihuecos: las tres puertas de nuestro protagonista se abren —y cierran, claro— a favor de corriente; sólo el perfecto camuflaje del tirador de la trasera derecha puede hacer «dudar» de que, realmente, allí exista puerta alguna.

Así que, según por donde se mire, el Veloster acaba por convertirse en todo un camaleónico: la vista lateral ofrece solamente una puerta -bien grande, eso sí- en el lado del conductor y otras dos —más pequeña la trasera— en el de los acompañantes.

Con 4,22 metros de largo; 1,79 de ancho y sólo 1,40 de alto, en la llamativa estética del Veloster no faltan las —hoy imprescindibles— luces diurnas tipo led, tecnología lumínica que también se adopta en unos pilotos traseros especialmente intrusivos en unas esculpidas formas que acaban por perfilar una carrocería que, a la vez, transmite estas sensaciones a un interiorismo de calidad y generoso equipamiento en el superior acabado Sport: asientos de cuero con reglaje eléctrico, techo panorámico practicable, climatizador, apertura y arranque sin llave, incluso navegador con cámara trasera, sin olvidar la conexión USB y Bluetooth.

Aderezado, todo ello, con un excelente puesto de conducción, bien resuelto ergonómicamente y con todos los mandos a la mano.

La configuración de las dos plazas traseras independientes, separadas por una consola central con espacio portaobjetos y posavasos, aporta otro plus de exclusividad y practicidad a un habitáculo presidido por la deportividad (volante de tres radios tapizado en cuero, pedales de aluminio, asientos de marcadas formas anatómicas…).

El maletero ofrece 320 litros de capacidad, con un borde de carga pelín elevado —peajes del diseño, ya se sabe—, un portón muy accesible por ángulo de apertura y un doble fondo en el que se aloja la rueda de repuesto de emergencia.

Hyundai utiliza una única mecánica para mover el Veloster: el tetracilíndrico 1.6 GDI de 140 CV, primer motor de inyección directa de gasolina firmado por el fabricante coreano (también con admisión variable), unido al cambio manual de 6 velocidades (tracción delantera).

Funcionamiento suave y con un amplio abanico de entrega de potencia -y par-; es decir, muy agradable de utilizar, sobre todo en ciudad y autopista, porque los largos desarrollos cambio/grupo nos obligarán a utilizar más profusamente la palanca de cambios en carretera; tampoco nada que penalice especialmente las condiciones dinámicas del Veloster: 9,7 segundos en aceleración de cero a cien, 201 por hora de punta y un consumos medio que ronda las 6 litros por cada centenar de kilómetros, lo que nos permitirá rondar casi los 700 kilómetros -algo menos- sin visitar el surtidor.

Además, un buen reparto de pesos (60/40 delantero/trasero) acaba propiciando un homogéneo comportamiento dinámico, aplomado en el paso por curva, con buen guiado de la dirección y frenada potente; aunque es verdad que, en función de los mencionados largos desarrollos del cambio, los mejores resultados mecánicos se van obteniendo conforme sube la aguja del cuentavueltas. Sólo el piso rizado -asfalto irregular- pone de manifiesto ciertos rebotes del tren trasero, aunque también es verdad que los tarados de suspensión —tirando a firmes— se convierten en los mejores aliados del conductor, devenido en ocasional piloto, cuando se trata de juguetear con las prestaciones de un coche que no tarda en manifestar su filosofía deportiva a la mínima oportunidad.

Así que, el 1.6 GDI no le hace ascos —más bien al contrario— a los regímenes altos de giro; en realidad, es allí donde mejor rendimiento ofrece y donde más partido se saca a sus 140 CV.

En definitiva que, con el Veloster, Hyundai propone un coupé de diseño, impactante en lo estético y con buenas maneras dinámicas, que permitirá al usuario salirse de la norma...

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