toyota ft-bh
Laboratorio rodante...
Ligero, muy aerodinámico y con motor bicilíndrico híbrido. Toyota acaba de desvelar su última propuesta en materia de «coche limpio», en clave futurista y con aplicaciones que ya están pasando a la cadena de montaje. El FT-Bh, todo un laboratorio rodante, aglutina las últimas tecnologías del fabricante nipón
Realidad… futurista. Recoge su denominación de «Future Toyota B segment Hybrid» o, por mejor decir, un prototipo de coche urbano híbrido de menos de 4 metros.
Aderezado con un 50% de reducción en las emisiones de CO2 -sobre lo que se estila en el segmento de militancia- y unos también recortados consumos, el prototipo FT-Bh juega su mejor baza en un estudio aerodinámico que consigue rebajar hasta en un 30% la cifra habitual que se baraja en este tipo de utilitarios polivalentes.
Con estos mimbres, Toyota se lanza a la conquista de un territorio verde que cobra cada día mayor protagonismo en los catálogos de la inmensa mayoría de fabricantes.
A caballo entre el Yaris y el Auris, el FT-Bh puede presumir de una ligereza pocas veces vista: 33% menos de romana en carrocería y chasis respecto a un coche «normal», y un 27% menos en el motor y en los sistemas electrónicos, a la vez que rebaja en un 50% el peso de los acabados interiores, lo que lleva a este prototipo —estéticamente espectacular— a dar 786 kilos en báscula.
Eso, por no hablar de un auténtico récord en su coeficiente de penetración aerodinámica: 0,235 de Cx, contribución definitiva para que su consumo medio homologue 2,1 litros de gasolina por cada centenar de kilómetros.
Aunque la auténtica grandeza de este coche, según Alain Uytenhoven (responsable del proyecto), radica en ser tan factible… como «real»: «hemos buscado —afirma Uytenhoven— unos procesos de fabricación imposibles hoy en día, complementados con unos costes asumibles».
Es decir, que la clave de la ligereza —esos 786 kilos— hay que buscarla en la utilización de la menor cantidad de materia posible, aunque también de utilizarla debidamente y eso, con materiales tan archiconocidos como el acero, el aluminio o el plástico.
¿La cuadratura del círculo automovilístico? Puede… Aunque también «puede», que las claves no estén tan lejanas ni tan apartadas de la actual realidad productiva como que Toyota ha echado mano de un «convencional» motor multiválvulas bicilíndrico de gasolina (combustión interna), de 1.0 litros de cilindrada y ciclo «Atkinson», dotado de un sistema híbrido y 90 kilos más liviano que el del Prius, que promete valores de consumo y emisiones tan excepcionales como 2,1 litros de media cada cien kilómetros y 49 g/km de CO2.
Aún más, Toyota ya tiene también preparada una versión mucho más limpia del FT-Bh, el Plug-in-Hybrid (enchufable), que solamente emitiría 19 g/km de CO2, además de una versión hibrida animada por un motor de gas natural comprimido, cuyas emisiones se cifran en 38 g/km de CO2.