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Los coches del presidente…

El Elíseo vuelve a motorizarse con el «chevron» . Aunque no siempre, Citroën ha venido ocupando «place présidentielle» en Francia. El DS5, hace un par de semanas, se ha convertido en el más reciente de la lista. Una versión especial descapotable, primer híbrido del parque presidencial, a bordo de la que François Hollande saludó… y se «empapó» por los Campos Elíseos.

El nuevo presidente francés, François Hollande, a bordo del Citroën DS5 Híbrido.

Publicado por
JAVIER FERNÁNDEZ
León

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Toujours... DS. Bueno... y «algún» que otro SM; ya saben, aquel Citroën motorizado por Maserati, arquetipo superlativo a principios de los setenta, elegido por Georges Pompidou (1971) como vehículo presidencial para las paradas oficiales y sobre el que el célebre carrocero Henri Chapron realizaría una versión alargada y descapotable, con unas relaciones de transmisión y un sistema de refrigeración específico que le permitían rodar «al paso» en las ceremonias.

Aquella complicidad entre Quai de Javel (enclave matriz de André Citroën) y Módena (cuna de Giulio Alfieri Maserati), traducida en una sorprendente combinación entre la tradición tecnológica de Citroën y la pasión intuitiva del Tridente, montaba un V6 de 3.2 litros y 170 CV… la locura para la época en una «berlina-coupé» más lujosa que deportiva y que no renunciaba -¡sólo faltaba!- a la suspensión oleoneumática, combinada con un potente equipo de frenos y la, también por entonces, modernísima dirección con asistencia variable en función de la velocidad.

Consecuencia: sorprendentes prestaciones sin renunciar al confort, el rutero por excelencia, fórmula tan adelantada a su tiempo… que, lamentablemente, no llegaría a tener la aceptación «popular» que sus fabricantes esperaban lo que —dicho sea de paso— tampoco impediría a los sucesores de Pompidou, Valéry Giscard d´Estaing, François Mitterrand y Jacques Chirac, seguir manteniendo al SM en la nómina automovilística del Elíseo.

Por cierto que Chirac, propietario de un CX como vehículo particular, acabaría convirtiéndose, años después (2005), en propietario de uno de los primeros C6.

Incluso el C6 sería el modelo elegido por Nicolas Sarkozy para todos sus desplazamientos.

Claro que, en la iconografía histórica de la voiture présidentielle, además del Traction 15/6 H (el «Pato», en España, ya saben) utilizado en 1954 por el presidente de la entonces IV República Francesa, René Coty, brilla con luz propia el DS del presidente Charles de Gaulle…

Aquel célebre Tiburón, elegido en 1958 y dotado de techo corredizo eléctrico —ya entonces—, que le permitía «al general», puesto en pie, saludar desde el coche (en fin, nada nuevo bajo el sol… o la intensa lluvia).

Y no sólo saludar de pie en el interior del coche, también un Tiburón le salvaría la vida a De Gaulle en aquel —tristemente célebre— atentado de Petit-Clamart el 22 de agosto de 1962 (Chacal, ¿recuerdan la novela y la película?). El président escaparía indemne gracias a la potencia motorística y, desde luego, a la sofisticada suspensión del DS que «pudo» rodar con dos de sus neumáticos pinchados por las balas.

Ahora, dispuesto a arrêter sa place dans une voiture del chevron, François Hollande se dio un baño de multitudes —nunca mejor dicho— a bordo un Citroën, el DS5, que puede presumir de haberse convertido en una berlina propulsada por el primer motor híbrido diésel del mundo, que desarrolla 200 CV y que sólo emite 99 g/km de CO2.

Y es que, como se canta en la célebre zarzuela… «hoy los tiempos adelantan, que es una barbaridad».