Tercero... en concordia

Urbanita y práctico. En poco más de tres metros y medio, un maletero de 251 litros (ampliables a 999 si se abaten los asientos traseros) y dos mecánicas tricilíndricas de 60 y 75 CV, el Citigo salta a la palestra con todos los predicamentos de sus antecesores —VW Up! y Seat Mii— en el redondeo de una terna de puros urbanitas, se diría tan clónicos como prácticos, en reparto de papeles que, salvo detalles de personalización de marca, vienen a ser idénticos.

El caso es que la versión checa de la trilogía ya puede verse en las vitrinas de los concesionarios españoles de Skoda, con un precio de 9.190 euros, a los que hay que descontar entre 500 y 1.000, según acabados, de descuento promocional.

Esos tres metros y medio de longitud, aparejan al Citigo en un escalonamiento de puro ciudadano —como el Fiat 500, por poner un ejemplo—, lo que tampoco le impide disfrutar de un habitáculo muy aprovechable y de un maletero —ya se ha dicho— de los más generosos en el segmento de militancia.

Una baza a tener en cuenta si se piensa que nuestro protagonista tendrá que vérselas con no menos de una docena de enemigos naturales, pobladores de un escalón de mercado en el que la inmensa mayoría tienen motores de gasolina; donde otra gran mayoría (hasta el 76%) tienen cinco puertas y otro 90% están animados por mecánicas inferiores a los 80 CV.

Con estas —nada desdeñables— premisas, el Citigo ofrece la posibilidad de elegir entre carrocería de tres o cinco puertas y también le cabe el honor de estrenar el nuevo logo de la marca, a la vez que inaugura la séptima línea de modelos Skoda.

En el capítulo mecánico, la gama Citigo viene animada por un motor tricilíndrico de un litro de cilindrada y potencias de 60 y 75 CV, ambas multiválvulas y unidas a una caja de cambios manual de 5 marchas, con la posibilidad opcional de elegir el cambio automático pilotado ASG.

El motor más pequeño (60 CV), se conforma con 4,5 litros de consuno medio y marca una punta de 160 por hora; mientras la versión más potente (75 CV), consume 4,7 litros de media por cada centenar de kilómetros y su punta se sitúa en 171 por hora.

Las dos carrocerías se combinan con tres acabados: Active, Ambition y Elegante que, desde el escalón de entrada, ofrecen cuatro airbag, control de estabilidad ESP y dirección asistida electromecánica, además de otro cumplido paquete de soluciones técnicas de última hornada que Skoda bautiza «Simple Clever», como es el caso de los cuatro ganchos para colgar objetos en el maletero.

Por 620 euros adicionales, se ofrece un paquete en el que se incluyen el aire acondicionado y la radio con CD y MP3.

En el acabado intermedio (Amibition) ya se incluye el aire acondicionado, también los elevalunas eléctricos, el cierre centralizado, los respaldos traseros abatibles por secciones y la radio con CD, además de una amplia lista de aplicaciones que diferencian al Citigo de sus otros dos clónicos Up! y Mii.

La versión Elegante, la más alta de la gama, añade las llantas de aleación (todo un lujo para el segmento de militancia) y varias inserciones cromadas que acaban por personalizar al urbanita de Skoda.

El paquete para carreteras en mal estado (15 milímetros de altura suplementaria de la carrocería) es otra de las posibilidades que ofrece el Citigo mientras, en el polo opuesto, la suspensión deportiva rebaja también 15 milímetros la altura libre al suelo. También puede optarse por los sensores traseros de ayuda al estacionamiento y el por sistema «City Safe» de frenada de emergencia, que funciona en ciudad a baja velocidad para evitar los típicos golpes por alcance; incluso el techo panorámico o el sistema multimedia «Move&Fun» están disponibles en el catálogo del Citigo.

La versión de cinco puertas cuesta 300 euros más que la de tres y el cambio automático de embrague pilotado tiene un sobreprecio de 730 euros.