Potente...

Gasóleo «de carreras». Opel lanza un órdago al segmento medio con la adopción del tetracilíndrico 2.0 BiTurbo CDTi (195 CV y 40,6 metros/kilo de par) que debutó a principios de año en el buque insignia de la rama europea de GM, disponible ahora en las tres arquitecturas de la gama Astra: el expresivo coupé GCT, el dos volúmenes de 5 puertas y el familiar Sports Tourer.

Las altas prestaciones y la conducción asegurada del Astra diésel más potente que haya fabricado nunca Opel, tampoco están reñidas con una eficacia consumista que se traduce —merced a la aplicación del sistema «Start&Stop»— en cinco litros de consumo medio (4,9 para el cinco puertas y Sports Tourer y 5,1 para el GCT).

La tecnología BiTurbo firmada por Opel, se declina en dos turbocompresores de diferente tamaño, que trabajan juntos o por separado: el turbo «pequeño» acelera a bajo régimen del motor, lo que se traduce en una respuesta más rápida del acelerador -se obvia la clásica «patada»- y en la posibilidad de disponer de hasta el 80% del par desde sólo 1.250 vueltas; mientras, a partir de la gama media de revoluciones, ambos turbocompresores ya trabajan solidariamente.

Consecuencia: el conductor disfruta de una potente aceleración continua.

Como fácilmente puede suponerse, a más alto régimen de giro del motor (alrededor de 3.000 vueltas) todo el flujo de gases de escape va directamente al turbocompresor grande, con lo que se mantiene una entrega fluida de potencia a velocidades más altas y, paralelamente, también se obtiene una buena respuesta del acelerador a medio régimen.

En lo estético, las versiones de la gama Astra que montan esta mecánica BiTurbo diésel, ofrecen un estilismo más agresivo y adaptado a cada arquitectura: parrilla delantera inspirada en la del coupé GCT, aunque con la barra cruzada siempre en el mismo color de la carrocería; tanto el 5 puertas como el familiar Sports Tourer, lucen una nueva barra que cruza la parrilla en forma de ala.

La boca de refrigeración tiene un tratamiento más deportivo, lo mismo que la zona central de la parrilla, en forma de aleta de tiburón; inserciones negras o cromadas en los marcos de las ventanillas y la doble salida de escape trasera, también ponen de manifiesto lo que se esconde bajo el capó delantero… 195 CV.

El interior respira ambiente racing: volante de tres radios tapizado en cuero, asientos de marcadas formas anatómicas y pedales en aluminio antideslizante. Amén del «aderezo» del chasis «FlexRide», con tres modos de utilización: «Standard», «Tour» (confortable) y «Sport» (prestaciones deportivas).

Así que, no por «motorizar» gasóleo… un coche tiene porqué perder tacto de conducción deportiva.