Audi reinventa el Coupé
Ligeros cambios estéticos, mayor equipamiento y mecánicas renovadas. Audi da una vuelta de tuerca a una de sus más preciosistas realizaciones. El A5 Coupé adopta una nueva «cara» y refuerza su gama con aplicaciones tecnológicas de última hornada.
Revalorización de gama. Capó largo, voladizos cortos y generosa batalla... Considerado como una de las perlas en el catálogo de los cuatro aros, el A5 Coupé refresca ahora su imagen con un frontal de nuevo diseño en el que destacan los faros y paragolpse de renovada factura donde, si se opta por la iluminación de tecnología bi-xenón, las luces diurnas adquirirán entonces una sugestiva forma de «horquilla» que viene a personalizar, más si cabe, uno de los diseños más sugestivos que haya lanzado últimamente el fabricante de Ingolstad.
También el paragolpes adopta unas generosas entradas de refrigeración, con una afilada forma hacia su interior enmarcada por unos pronunciados cantos, a la vez que se incorporan unas también novedosas rejillas romboidales, unos faros antiniebla con iluminación «esquina» y unas barras sobresalientes barras transversales que vienen a recordar los blades de los coches de carreras, mientras los cuatro aros adquieren un efecto tridimensional y, por descontado, se sigue rindiendo culto a la conocida parrilla «Singleframe», con «sus» esquinas superiores oblicuas.
Es verdad que los cambios —diríase un sucinto maquillaje— no influyen en las cotas exteriores, que se mantienen prácticamente inalterables salvo por el crecimiento de escasamente un centímetro en la longitud aunque, eso también, puede escogerse ahora entre 15 diferentes colores de carrocería para la generalidad de la gama A5; incluso la capota —de lona… ¡sólo faltaba!— de la arquitectura Cabrio, que mantiene su cinemática de una quincena de segundos apertura/cierre, puede también solicitarse en cuatro diferentes tonalidades.
Los grupos ópticos zagueros presentan ahora una forma más cuadrada y, en combinación con los faros de «xenón plus», vienen equipados con tecnología led; la luz de marcha atrás forma un arco homogéneo, el intermitente dibuja una franja en el borde superior y, entre ambos, se ubica la luz de freno. Mientras, en menor medida, se aprecian modificaciones en el emblema y paragolpes traseros, así como en el embellecedor del difusor de escape que, según las motorizaciones, puede ser de una o dos salidas.
Los cambios interiores son «de detalle»: renovado estilo del volant(achatado en su polo inferior según versiones), además de ciertas modificaciones en los mandos de la columna de dirección, el climatizador y la selección de posiciones en la palanca del cambio automático, dónde incluso cambia también la tecla de selección del modo de conducción («Audi Drive Select») que ofrece ahora un nuevo ajuste «efficiency», para la optimización del consumo de combustible por, entre otras cosas, un sistema de ventilación de menor intensidad. Los embellecedores de la consola de instrumentos y en las inserciones del habitáculo, que pueden ser de aluminio o en madera de fresno o raíz de nogal, además de las renovadas tapicerías redondean un interiorismo en el que, tampoco se olvide, puede optarse por el paquete deportivo «S Line», que acaba por crear un ambiente sport, en tonos negros, decorándolo con pequeños detalles en las inserciones, en el volante deportivo tapizado en cuero y en la palanca de cambios. Tanto los asientos deportivos «normales» como los opcionales deportivos «S», incorporan costuras de color gris o negro, que acaban por aportar un sugestivo toque de contraste.
Un tren de rodaje deportivo, que recorta al altura libre al suelo de la carrocería en una decena de milímetros, las llantas de 18 pulgadas y los emblemas «S Line» en las carrocería y en las estriberas inferiores de las puertas, completan un paquete que puede combinarse con otro buen número de opcionales.
La optimización en la gama de motores (cuatro de gasolina y otros tantos gasóleos), turboalimentados y con inyección directa de combustible, es otro de los santo y seña en la renovada gama A5 que, desde el escalón de acceso (el cuatro cilindros) entregan un alto par lo que, como fácilmente puede suponerse, propicia un funcionamiento muy elástico (buenas recuperaciones desde regímenes bajos y medios).
Entre las «elecciones mecánicas» más homogéneas en utilización práctica, el tetracilíndrico turbodisel de rampa común 2.0 TDI de 177 CV, con unos generosos 38,6 metros/kilo de par desde sólo 1.750 vueltas y cuya más sugestiva credencial se cifra en 4,6 litros de consumo medio por cada centenar de kilómetros.
Dependiendo de las versiones motorísticas, la caja de cambios puede manual de 6 marchas o automáticas de doble embrague «S-Tronic» de 7 marchas (ultrarrápido engranado entre relaciones) y la de variador continuo «Multitronic» de 8 relaciones; sin olvidar la posibilidad de la tracción total permanente «Quaattro», sobradamente «celebrada» por sus condiciones de efectividad dinámica.
En suma, que Audi sigue apostando -y bien fuerte- por la preciosista estética del A5 Coupé… y «derivados» (Sportback, Cabrio y S5).