Diario de León

xf sportbrake

El familiar de Jaguar

Una década después, el «Gran Gato» recupera la carrocería familiar. El nuevo XF Sportbrake toma el relevo de aquel primer Jaguar familiar de la historia, el X-Type Wagon lanzado en el 2001. De momento sólo con mecánicas diésel, un tetracilíndrico y dos V6, su tarifa arranca en 50.850 euros

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Elegante y funcional. Si, hace ya más de diez años, el X-Type Wagon supuso el desembarco de Jaguar en un —entonces para el Gran Gato— «inexplorado» segmento comercial, el retorno de la arquitectura de portón trasero en los catálogos de Coventry… viene con fanfarrias: casi cinco metros de longitud (4,96) y 200 milímetros suplementarios de perfil de carrocería con respecto a la berlina homónima de la que se deriva.

Y no queda ahí la cosa; porque Jaguar tampoco se ha parado en barras a la hora de ofrecer una panorámica zona de carga: un generoso portón de acceso y apertura eléctrica según versiones (Luxury y Premium Luxury, opcional en Classic) permite acceder a 550 litros de capacidad, una decena más que la berlina XF y ampliables a nada menos que 1.675 a «plena capacidad», lo que no deja de resultar un plus añadido para quienes pretendan la disponibilidad práctica de un familiar, sin perder un ápice del glamour inherente a las realizaciones firmadas por el Gran Gato.

También el plano de carga totalmente liso y un doble fondo donde alojar la opcional rueda de repuesto de emergencia —la galleta, ya saben—, además de unos no menos prácticos raíles previstos para colocar la habitual red e impedir que se muevan los objetos estibados en la zona de carga, acaba por configurar la verdadera filosofía de un modelo familiar de altos vuelos.

El interior es clónico al de la berlina de derivación, tanto en acabados como en diseño y calidad de los materiales empleados para su realización, y tampoco varía la batalla (2,90 metros entre ejes), aunque las plazas traseras son ahora más desahogadas en altura, habida cuenta que el perfila de la carrocería es menos «perfilado» -valga la redundancia-. Sólo el túnel central de transmisión, recuérdese que el XF es un propulsión trasera, continúa —lógicamente— haciéndose notar.

En lo concerniente al capítulo mecánico, de momento Jaguar solamente ofrece tres gasóleos en la gama XF Sportbrake: un tetracilíndrico de 200 CV y dos versiones (240 y 275 CV) del V6 de 3.0 litros unidos, todos ellos, a la caja de cambios automática de 8 velocidades y con levas detrás del volante.

El cuatro cilindros es, como fácilmente puede suponerse, el menos refinado de la gama; aunque también el menos consumista (5,1 litros de media) debido, como en los V6, a la adopción del sistema «Start&Stop» de arranque/parada automática del motor en detenciones prolongadas.

Sus hermanos de seis en V, homologan 6,1 litros de media por cada centenar de kilómetros, lo que tampoco resulta descabellado si se tienen en cuenta sus prestaciones y calidad de funcionamiento.

Salvo en el acabado de acceso, el Classic, todos los demás modelos de la gama pueden montar opcionalmente (1.320 euros) la suspensión dinámica adaptativa, capaz de modificar hasta 500 veces por segundo la dureza de los amortiguadores, acaba por redondear las condiciones dinámicas de un Wagon que apunta -casi- idénticas maneras deportivas de la berlina.

Apuntar, finalmente, que el tope de gama 3.0D S Portfolio tiene un precio de 79.750 euros, aunque también ofrece un amplísimo abanico de equipamiento.

En definitiva, que Jaguar retoma el camino familiar con un XF Sportbrake de lo más sofisticado, técnica y dinámicamente.

tracking