Diario de León

nuevos Coupé y Cabrio

Coupé clásico y Cabrio de cuatro plazas. Tras la actualización de la Berlina y el familiar Estate, les toca ahora el turno a las arquitecturas más deportivas de la Clase E. El Coupé y el Cabrio renuevan sus gamas con aplicaciones estéticas y tecnológicas de última hornada

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León

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Irresistibles, atléticos y apasionantes. No les duelen prendas a los responsables de la estrella plateada en la aplicación de calificativos.

La puesta al día del Coupé y el Cabrio, se declina en clave de innovaciones técnicas y dinámicas con al llegada, entre otras aplicaciones, de los potentes y eficaces motores de cuatro cilindros con inyección directa, además de unos también avanzados sistemas electrónicos de ayuda a la conducción.

Si el Coupé y el Cabrio de la Clase E figuran entre los más codiciados del segmento medio-alto, su nueva cara se traduce en un renovado frontal, con solamente una cubierta que engloba la totalidad de elementos luminosos y con un equipamiento de serie que incluye luces de cruce de diodos luminosos y, por primera vez en el catálogo de la Clase E, tecnología led integral. Cambios que tampoco impiden conservar el típico rostro de cuatro ojos que ha venido convirtiéndose en santo y seña de la Clase E.

El paragolpes delantero ofrece, en ambos modelos, un acusado perfil en punta y en combinación con las generosas tomas de aire, a la vez que se conservan los musculosos guardabarros traseros del modelo anterior adoptando, eso sí, unos nuevos grupos ópticos zagueros y un paragolpes de diseño «en ala» que acaba por acentuar la anchura del vehículo y que, además, luce una moldura de efecto cromado.

Así, la renovación estética respeta escrupulosamente el tradicional pliego de condiciones de ambos modelos: capó largo, perfilada silueta lateral, techo recto y bajo y una zaga contundente; esto es, las proporciones clásicas de cualquier Coupé digno de tal nombre.

Mientras las lunas escamoteables caracterizan al Cabrio de cuatro plazas, subrayando unas proporciones diáfanas y con una línea de cintura ligeramente ascendente desde el morro hasta la tapa del maletero.

El interior se actualiza con profusión de materiales nobles, unas molduras de dos piezas que abarcan toda la anchura del salpicadero, bien en madera o en efecto aluminio según versiones. También son nuevos el cuadro de instrumentos, formado por tres tubos con esferas de fondo blanco, y el display trapezoidal con marco brillante de la unidad central en efecto «Flat-Frame». En clave de guiño clásico, un reloj analógico entre los dos difusores centrales, el nuevo diseño de los difusores de ventilación y mandos en cromo plateado señalizan el parentesco con la generalidad de la renovada Clase E.

La consola central de nueva factura, sin palanca selectora de velocidades, y el volante multifunción de tres radios, con levas para el accionamiento del cambio automático, acaban por redondear la actualización interior.

Y otra novedad: el sistema «Aircap» —la conocida bufanda de aire caliente en el Cabrio— despliega automáticamente el deflector integrado en el marco del parabrisas si la velocidad supera los 40 por hora, replegándolo de nuevo, sin intervención alguna del conductor, si la velocidad desciende por debajo de 15 Km/h. También el paravientos situado entre los reposacabezas traseros «detecta», mediante los broches de los cinturones de seguridad, el número de ocupantes, adaptando su ángulo de incidencia con respecto al marco del parabrisas para el confort de los ocupantes cuado se circula a cielo abierto.

Tanto el Coupé como el Cabrio, incorporan el abanico motorístico y las adopciones de ayudas a la conducción de la nueva gama Mercedes Clase E.

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